Es el MVP de la pasada temporada regular, el primer jugador en romper la barrera de los 300 triples anotados en una temporada, juega en el vigente campeón de la NBA y es capaz de meter canastas casi desde el centro del campo (y desde el túnel de vestuarios) haciendo que todo parezca muy fácil. Stephen Curry es el jugador de moda en el baloncesto internacional, y aunque los medios se resisten a llamarlo el mejor jugador del mundo, su juego parece estar calando ya en toda una nueva generación de aficionados.
El baloncesto colectivo de Golden State Warriors, y las exhibiciones anotadoras de su gran estrella, son una evolución de una nueva manera de entender el juego, dominada por las estadísticas avanzadas y el 'Moneyball', y que algunos analistas creen que van a ser perjudiciales para la NBA del futuro. ¿Pero realmente lo son? ¿Y hasta qué punto ha cambiado Curry el basket moderno?
Stephen Curry, en cifras
Para hacernos una idea del ascendente que el base de los Warriors está teniendo en la liga esta temporada, hay que fijarse en algunas estadísticas de su rendimiento tanto este año como el anterior, que fue el de su verdadera explosión. A 21 de marzo, Curry estaba promediando 30,3 puntos por partido, casi siete más que la temporada pasada, con un porcentaje de acierto en tiros de campo del 50,9% y del 45,7% en triples.
Desde la temporada 2012/13, cuando dejó de compartir el backcourt de los Warriors con Monta Ellis, Curry ha estado lanzando más de 17 tiros de campo y de siete triples por partido, que esta temporada han subido a más de 20 y a más de 11, respectivamente, y acapara el 31,9% de las posesiones de su equipo. Para hacerse una idea de su importancia en Golden State, puede servirnos saber que, mientras él está en cancha, los Warriors anotan 121,4 puntos, que bajan hasta los 99,7 cuando está en el banquillo.
Gran parte de esos puntos vienen de su acierto desde la línea de triples, un aspecto en el que Curry ha sido toda una revolución. Nadie había superado los 300 tiros de tres encestados en una temporada, y él lo ha hecho cuando aún quedaba más de un mes de regular season por disputar. Por comparar, J.J. Redick, de los Clippers, que es el líder en cuanto a porcentaje de triples (48,5%), llevaba a mediados de marzo 387 tiros intentados.
Esto ya da una idea de que Curry está operando a otro nivel, y la comparación histórica con otros líderes de temporada en triples anotados desde 1979/80, cuando la NBA empezó a contabilizarlos, lo confirma.
Otra comparación que puede ser útil. Kyle Korver (Hawks) estableció en 2014 el récord de 127 partidos consecutivos encestando, al menos, un triple. Gran parte de esa racha tuvo lugar en la temporada 2013/14, en la que Korver encestó 185 de 392 tiros de tres intentados, con un porcentaje del 47,5%. El 65,3% de sus puntos llegaron desde la línea de 7,24 metros. En esa campaña, Curry acabó con 261/615 en triples totales y un porcentaje de acierto del 42,4%. Y eso sin que Curry sea un especialista, como Korver, pues esa misma campaña 2013/14, "sólo" el 41,4% de sus puntos fueron canastas de tres.
Curry en la historia
Con los Warriors persiguiendo el legendario récord de liga regular de los Bulls de 72 victorias y 10 derrotas de 1995/96 (a 23 de marzo, iban 63-7) y su base titular maravillando a los espectadores con sus triples imposibles, era inevitable que llegaran los intentos por situar históricamente la impresionante temporada que está completando. Por ejemplo, si comparamos su rendimiento con el de otros jugadores también en su séptima campaña en la NBA (Michael Jordan, Larry Bird, Reggie Miller, LeBron James y Kevin Durant), obtenemos este gráfico.
Donde más destaca Curry, por supuesto, es en los triples, puesto que en el volumen de tiros de dos que asume por partido se mueve en las mismas cifras que James (que en 2009/10 jugó la última temporada de su primera etapa en Cleveland) y que Durant (que en 2013/14 recibió el MVP de la temporada regular), y hasta que Michael Jordan en la temporada de su primer anillo de campeón.
Eso da la medida de la importancia de Curry en los Warriors y en la NBA actual. Acapara el ataque de su equipo en la misma medida que lo hacían James, Durant y Jordan y, en cuanto a su rendimiento individual por minuto (medido por el PER), se mueve actualmente en las mismas cifras que LeBron y MJ. ¿Por qué, entonces, los analistas parecen tenerle más "miedo" que a esos dos jugadores?
¿Está el triple "matando" a la NBA?
A principios del pasado mes de febrero, The Atlantic publicaba un reportaje, titulado "Por qué la NBA ama -y teme- a Stephen Curry", en el que intentaba dilucidar por qué, si los Warriors habían arrancado la temporada con la mejor racha inicial de la historia (24 victorias consecutivas) y si Curry era su mejor jugador (con seis partidos de aquellos 24 superando los 40 puntos), los periodistas especializados en la NBA eran reticentes a destronar a LeBron James como el mejor jugador del mundo y reconocer al base de Golden State con ese título.
"Si esto puede asignarse en parte a la inercia, también refleja una sospecha permanente de lo que Curry representa. Él y los elegantes y tiradores Warriors se separan de los musculares modelos históricos de los grandes jugadores y equipos, y existe la sensación entre algunos en el establishment de este deporte de que no es tanto que hayan dominado el juego como que lo han resuelto, acarreando una revolución en el baloncesto que no es del todo bienvenida".
Así explicaba el periodista Robert O'Connell las razones detrás de ese temor ante el dominio de los Warriors, un equipo que, hasta la campaña 2012/13, sólo habían jugado los Playoffs una vez en 18 temporadas. La enorme importancia que los lanzamientos lejanos tienen en el esquema ofensivo de Golden State representa un cambio en la idea de que, para ganar un campeonato de la NBA, hace falta un jugador interior dominante y hay que desplegar una defensa casi numantina.
Sin embargo, la cada vez mayor relevancia de los análisis estadísticos avanzados han ido cambiando la manera en la que las directivas configuran sus plantillas. Ya mucho antes de la explosión de Curry, en 2006, el Instituto Tecnológico de Massachusetts empezó a organizar una conferencia anual de análisis deportivo (MIT Sloan Sports Analytics Conference) en la que se desvelan las nuevas tendencias en el uso de estadísticas para describir y analizar hasta el detalle más pequeño del rendimiento de los jugadores.
Con la aplicación de estos nuevos análisis estadísticos al béisbol, la NBA tenía que seguir su ejemplo tarde o temprano. Así, los Houston Rockets eligieron como general manager a todo un "enfermo" de las estadísticas avanzadas como Daryl Morey, en 2007, que empezó a contratar jugadores que pudieran desarrollar sobre la cancha la teoría detrás de este nuevo método.
A saber, hay que potenciar las jugadas con retorno mayor de la inversión, como quien dice. Ante la opción de lanzar a canasta desde la media distancia (a 4-5 metros del aro), si también existe la posibilidad de dar un par de pasos atrás y de tirar un triple, siempre hay que optar por el triple. Por esa razón, hombres como Tim Duncan, con sus lanzamientos a tablero desde la parte exterior de la zona, se ven ya casi como reliquias del pasado y Curry, como la encarnación de esa nueva manera de concebir el baloncesto.
Esta concepción del juego valora, por ejemplo, mucho más a los ala-pívot capaces de tirar desde lejos, como Kevin Love, y ha ido presentando una escalada en el número de triples que los equipos lanzan temporada a temporada. En 1996/97, por ejemplo, los Heat lideraron esa clasificación en la NBA con 678 triples convertidos de 1865 intentados. Para 2002/03, los Celtics se habían convertido en el primer equipo que superaba los 2.000 intentos de tres puntos y, en 2014/15, los Rockets eran los primeros en romper la barrera de los 900 triples anotados en una campaña.
A falta de menos de un mes para el final de la liga regular, Warriors, Rockets, Hornets, Blazers y Cavaliers ya han lanzado más de 2.000 triples cada uno, mientras en 2010/11, sólo los Magic alcanzaron esa cifra en la NBA. La liga alejó la línea de tres hasta los 7,24 metros esperando que no se recurriera tan alegremente a estos lanzamientos lejanos, pero no parece que esté dándole resultado.
Imagen | Cordon Press, Facebook de Golden State Warriors