"No sé si nos han presentado antes, pero yo soy el árbitro de este campo, no tú. Limítate a hacer tu trabajo y yo haré el mío. Si vuelves a gritar algo, lo que sea, voy a castigarte. Esto no es fútbol, ¿te ha quedado claro?". Este discurso, que podría abrir una secuencia de acción en una película de Jason Statham, es la seña de identidad de Nigel Owens, un árbitro de rugby tan famoso como poco ortodoxo. No admite discusiones, no le gusta el juego sucio y más te vale -si eres jugador- que no se te ocurra plantarle cara sobre el terreno de juego.
Owens, galés de 44 años,también es muy activo en las redes sociales. Presenta un programa de televisión, es un defensor de la lengua galesa, es monologuista cómico en sus ratos libres. Oh, y es el primer profesional del rugby en declarar abiertamente que es gay. Pero, ¿cómo consigue un árbitro despuntar así?
"Esto no es fútbol"
Owens lo dejó claro cuando saltó a la fama (fuera del rugby. En ese deporte está considerado uno de los mejores árbitros del planeta) en un partido entre el Munster y el Treviso, en enero de 2012. El jugador Tobias Botes intentó reclamarle un lance del partido y Owens se plantó con el vídeo que abre este post.
Owens, que ha arbitrado al más alto nivel -estará presente en el Copa del Mundo de Rugby que se celebra en Inglaterra a partir del 18 de septiembre-, se ha hecho popular entre aficionados y extraños por su estilo, parecido al de un profesor de colegio, capaz de hacer que los 30 tiarrones de los dos equipos se reúnan en el medio del campo para comerse una bronca épica.
"El estadio de fútbol más cercano está a 500 metros de aquí"
Un piscinazo o un juego peligroso también te garantiza una de sus frases infalibles. O una regañina sobre lo bien que desempeñas tu puesto a la hora de batirse en un scrum:
"¿No os gusta la melé? Porque si no os gusta, entonces estáis jugando en el puesto equivocado"
Pero es una seguridad ganada a pulso: Owens ha tenido que lidiar con la presión de arbitrar frente a masas enfurecidas de hinchas... Y con la de ser gay, algo que casi le hace suicidarse a los 26 años. Pero que ha podido normalizar, con el apoyo de los jugadores y las ligas, hasta el punto de incorporarlo a su repertorio de chistes en el campo:
"I'm straighter than that one". Juego de palabras con straight-hetero / straight-recto, referido al pobre lanzamiento.
Desde entonces, especialmente desde que declaró públicamente su condición sexual en 2007, Owens se ha implicado en todo tipo de proyectos de apoyo a la comunidad LGBT. Ahora mismo apadrina a una ONG, Bullies Out ["Fuera Abusones"], en la que pide a los colegios galeses que se impliquen más a la hora de cortar los abusos homofóbicos en las aulas.
Y predicando con el ejemplo: Owens está acostumbrado al ciberacoso ("no me afecta demasiado, estoy curtido ya"), pero ante los avisos de sus fans de un ciberacosador particularmente insistente, el árbitro tomó otra decisión poco ortodoxa:
"Podría haber ido a la policía, pero decidí conocerle en persona. Sólo tenía 18 años, ¿qué sentido tenía arruinarle la vida? Se disculpó en persona y online. Y lo más importante es que se dio cuenta de lo que había hecho, y la gente que le denunció ayudó a que fuese consciente de ello."
El rugby es diferente
Lo de Owens es sólo un ejemplo de como uno de los deportes más "machos" -en palabras del propio árbitro- pueden ser un modelo a seguir de integración en el campo. Este fin de semana, el capitán de los Bentley Bulldogs (un equipo del equivalente a la segunda división inglesa), Keegan Hirst, se convirtió en el tercer jugador profesional en declarar su homosexualidad (el primero de la liga inglesa, tras Gareth Thomas y el australiano Ian Roberts). Y la árbitro femenina Claire Hodnett ya ha hecho historia al convertirse en la primera en arbitrar en ligas profesionales masculinas "cumpliendo los mismos criterios que se le piden a los hombres".
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Foto: Florian Christoph