El enfoque de la política exterior de los Estados Unidos hacia China, desde las declaraciones belicistas de su presidente Donald Trump hasta la idea reciente de una guerra comercial, pasando por el gobierno estadounidense describiendo al país oriental como "una fuerza revisionista", ha sido tachado de bravuconería sin ton ni son, sobre todo porque cada vez hay más incertidumbre sobre el compromiso del gobierno de Washington para con sus aliados.
Pero además, este enfoque se basa en una falta de compresión de la política exterior china que no tiene en cuenta otras formas utilizadas por Pekín para lograr sus objetivos. Un ejemplo es la creciente participación de China en Latinoamérica, donde cada vez es más influyente.
Normalmente en Occidente se entiende la política exterior china de dos maneras. La primera asume que colma regímenes corruptos con dinero con objetivos poco claros, como en el caso de los préstamos chinos a Venezuela . Esta idea también considera la política exterior china como una misión mercenaria a gran escala.
La segunda es la percepción de China como una fuerza revisionista que busca plantarle cara al dominio de los Estados Unidos, centrándose en gran medida en el crecimiento militar de China, algo que se ve reflejado en la reivindicación del presidente Trump para unos presupuestos más inclinados hacia el "poder duro". Esta imagen asume que el conflicto entre China y Estados Unidos es prácticamente inevitable, tal y como ha popularizado el bestseller de Graham Allison: Destinados a la guerra.
A pesar de sus diferencias, ambos puntos de vista ignoran las otras bazas de China para lograr sus objetivos en el extranjero. Gracias a su experiencia en África, la política exterior china hace hincapié en las ventajas del "poder blando" en forma de una ofensiva de simpatía global. China se ha convertido en un destino popular para los estudiantes de los países africanos de habla inglesa, países que también ven con interés el llamado Consenso de Pekín o modelo chino de desarrollo económico.
En territorio americano
Pekín hace uso de experiencias similares para fomentar los vínculos con los países en vías de desarrollo, como puede ser recordar las dificultades durante un proceso de descolonización. Los líderes chinos tampoco pierden tiempo en explotar los errores de la presidencia de Trump. Por ejemplo, China busca un lugar en la industria petrolera iraní en un momento en el que la amenaza de las sanciones estadounidense hace que las empresas europeas se echen para atrás.
En 2017 Panamá reconocía la República Popular de China, algo que ponía de manifiesto la creciente influencia de Pekín en la región preocupando a aquellos que ya estaban nerviosos por el detrimento del control de Washington en Latinoamérica.
Pekín describe la región como "vibrante y prometedora", aprovechándose de los errores de EEUU en la zona, como cuando Trump insultó a varias naciones latinoamericanas al describirlas como "paises de mierda". Este tipo de arrebatos han ofendido a muchos y hacen que el aviso de Rex Tillerson, ex-secretario de estado estadounidense, sobre las "ambiciones imperiales" de China en el continente apenas tenga efecto en los gobiernos latinoamericanos.
China también es capaz de ganar peso en Latinoamérica porque no cuenta con un bagaje histórico con el continente. El aviso de Tillerson probablemente sea visto como hipócrita por muchas estados latinoamericanos teniendo en cuenta el largo y contencioso historial de intervenciones estadounidenses en sus vecinos del sur. Por el contrario, China ha sido capaz de utilizar su experiencia en cuanto a desarrollo económico para posicionarse como una posible fuerza alternativa y ganar peso en la zona.
Resulta revelador que EEUU se esté equivocando al centrarse en el poder duro a costa del poder blando: Joseph Nye, el creador de estos términos, ponía en sobreaviso que la administración de Trump ha eliminado las capacidades de poder blando de Estados Unidos. Citando una encuesta del Pew Research Centre realizada en 134 países, solamente un 30% tenía una opinión positiva sobre los EE.UU., el mismo porcentaje que en cuanto a China.
El poder del petroyuán
La decisión de Venezuela de fijar el precio de sus reservas de petróleo en yuanes chinos en vez de dólares estadounidenses ha sido interpretada como desesperación por parte del gobierno venezolano. Pero también sirve para ilustrar la creciente influencia de China y su potencial para desafiar a EEUU de una forma diferente al enfoque tradicional de fuerza revisionista.
El petroyuán fue bien recibido por los medios de comunicación estatales rusos como Russia Today, reiterando la voluntad de Moscú de renunciar al dólar a favor del yuan como parte de los intentos del Kremlin para menoscabar el petrodólar y aislar económicamente a EEUU. Puede que la estrategia de Trump haya aumentado el poder militar de los EEUU en un intento de contrarrestar el poder de China y Rusia, pero una interpretación errónea de la estrategia china podría ser el causante del fin de la hegemonía de la economía estadounidense.
Otra de las conquistas de China es las nuevas relaciones que ha forjado con El Salvador y al mismo tiempo la ruptura de relaciones con Taiwán. La predisposición de Pekín para financiar obras de infraestructura en El Salvador hizo que Taipei acusara a Pekín de utilizar la "diplomacia del dólar" para aislarles.
Mientras que este tipo de medidas no son nuevas en la política china hacia los países en desarrollo, la reacción hostil de EEUU no tiene precedentes y hasta ahora había sido indiferente a los cambios diplomáticos entre Taiwán y China. Este cambio se le atribuye a la influencia del extremista John Bolton en la administración de Trump, pero también muestra los temores de Washington sobre la participación de China en una región considerada como zona de influencia americana que se remonta hasta los tiempos de la doctrina Monroe en 1823.
Puede que todo esto haga que EEUU deje de ser indiferente hacia los países en desarrollo teniendo en cuenta que esta actitud ha ayudado a consolidar los objetivos de China tras la Guerra Fría.
¿Cuáles van a ser las consecuencias de las maniobras de China en América Latina? La idea de un conflicto entre EE.UU. y China como superpotencia en auge inevitablemente se centra en la capacidad militar de China pero ignora otras bazas que el gobierno de Pekín se puede guardar en la manga. El legendario estratega chino Sun Tzu decía que "La excelencia suprema consiste en romper la resistencia del enemigo sin luchar" y parece que la política exterior china sigue estas premisas.
Imagen: Nicolás Asfouri/AP
Autor: Tom Harper, University of Surrey.
Este artículo ha sido publicado originalmente en The Conversation. Puedes leer el artículo original aquí.
Traducido por Silvestre Urbón.