Tras el fracaso del contenedor amarillo, el Gobierno ha llegado a una conclusión: es hora de las botellas retornables

  • El Miteco reconoce que solo se recogen para su reciclaje el 41,3% de las botellas plásticas

  • El dato está lejos del objetivo del 70% para 2023 y no concuerda con las cifras que maneja Ecoembes

A pesar de que ya forman parte del paisaje urbano de España, de las múltiples e insistentes campañas de concienciación que las administraciones lanzan desde hace años y de los toques de atención que cada cierto tiempo lanzan los ecologistas, no estamos aprovechando los contenedores amarillos. No al menos tanto como deberíamos. Hace poco el Ministerio para la Transición Ecológica sacó la calculadora y concluyó que en 2023 se recuperaron para su reciclaje el 41,3% de las botellas plásticas lanzadas al mercado. Y eso nos deja lejos, bastante lejos, del objetivo del 70%.

De ahí que el mismo informe en el que advierte de ese desfase, el propio Miteco deslice otra idea: es hora de aplicar soluciones y pasar a un sistema de depósito, devolución y retorno (SDDR).

Dos cifras clave. Los datos desgranados por el Gobierno en su último informe sobre recogida de botellas plástica de un solo uso es demoledor: estamos lejos, mucho, del objetivo de reciclaje que nos habíamos marcado.

El estudio es amplio y a lo largo de sus 55 páginas el Miteco desgrana definiciones, legislación, metodología y detalles sobre sus cálculos, pero hay dos cifras que lo resumen: 214.039 y 88.499. Ambas se refieren a lo mismo, las "botellas SUP", etiqueta con la que nos referimos a las botellas de bebida fabricadas con plástico, de un solo uso y hasta tres litros.

¿Y qué significan? La primera cifra se corresponde con el número de toneladas de botellas SUP puestas en el mercado español a lo largo del año pasado. La segunda es la cantidad de esos mismos envases que se han recogido a lo largo de 2023, tanto a través de los contenedores amarillos gestionados por las entidades locales como de la recolecciones privadas o complementarias, las denominadas "fuera del hogar", y que incluyen por ejemplo hospitales, residencias, centros deportivos o colegios.

Al contraponer una y otra cifra, la conclusión es obvia: se recuperan para el reciclaje el 41,3% de las botellas plásticas que se lanzan al mercado. Para ser más precisos, el informe del Ministerio para la Transición Ecológica muestra que 84.482 t (el 39,5% del total) llegaron a través del sistema de gestión EEL, que es como denomina a la recogida selectiva a través de contenedores (sobre todo amarillos) gestionados a nivel local. Las restantes 14.017 (18,7%) procedían de vías complementarias y privadas.

Suspenso del contenedor amarillo. El dato no es bueno. Y no lo es por una razón muy sencilla: como se encarga de recordar el informe del Miteco, ese porcentaje de recogida del 41,3% se queda muy por debajo de la meta marcada en la Ley 7/2022 para una economía circular, texto que adapta a su vez una directiva del Parlamento y Consejo europeos. La legislación es clara al respecto cuando habla de objetivos de recogida y reciclaje de botellas SUP.

"A más tardar en 2023" debe de alcanzarse el 70% de las toneladas que la industria pone en el mercado. En 2025 ese objetivo se sube al 77%, en 2027 debe ser del 75% y a finales de esta misma década, en 2029, el propósito es que el 90% de todas las toneladas de botellas plásticas de un uso comercializadas se reciclen. A la vista de esos porcentajes, el 41,3% de 2023 se queda corto.

¿Qué hacemos entonces? El informe del Gobierno es interesante porque no solo revela lo lejos que estamos de alcanzar nuestros objetivos de recogida y reciclaje. El dossier va más allá y en su apartado de conclusiones desliza una idea tan o incluso más importante: dado que España va rezagada en su hoja de ruta con las botellas plásticas de un solo uso, toca recurrir al 'plan B' y apostar por la filosofía de la reutilización. "Se deberá implantar, en todo el territorio nacional y en el plazo de dos años, un sistema de depósito, devolución y retorno", aclara.

Una solución no tan nueva. En realidad no es nada nuevo. La propia legislación sobre reciclaje de botellas plásticas ya contemplaba qué hacer en caso de que no se alcanzasen las metas intermedias fijadas para 2023 y 2027: desplegar en el plazo de dos años un sistema SDDR, un término que puede sonar complejo, pero en realidad es muy sencillo, como recuerdan desde la Airef.

Básicamente el cliente deposita una pequeña cantidad cuando compra la bebida a cambio de la botella que lo contiene y luego la recupera cuando la devuelve, lo que facilita la reutilización del envase. Y lo que es igual de importante, evita que acabe tirado en una playa o cuneta. Sí, un enfoque similar al del famoso sistema de casquillos de refresco retornables que se usaba hace décadas en España.

La visión de Ecoembes. Hay otra razón por la que el informe del Miteco ha despertado tanto interés. El suyo no es el primer porcentaje de recogida y reciclaje que tenemos. Hace solo unos días Ecoembes, la organización encargada de gestionar el reciclaje de la basura depositada en los contenedores amarillo y azul, aseguraba a Europa Press que sus datos son mucho más halagüeños que los publicados por el Gobierno. Y lo más importante, que cumplen el objetivo contemplado en la ley.

Gráfico extraído del informe del Ministerio para la Transición Ecológica.

¿Tanta diferencia hay? Sí. El organismo asegura que en 2022 recuperó de manera selectiva el 67,2% de las botellas de plástico de bebidas y que en 2023 ese resultado fue incluso mejor y llegó al 73,4%. La entidad reivindica además que sus resultados se apoyan en los datos oficiales y auditados de las comunidades autónomas y los gestores de residuos y que usa metodología avalada por Bruselas.

La diferencia entre el porcentaje de Miteco y Ecoembes no es menor. No solo por la considerable distancia que hay entre uno y otro. En función de cuál tomemos como referencia, España habría logrando o no alcanzar el objetivo del 70% marcado para 2023.

¿Qué ocurre entonces? Ecoembes lo tiene claro. En declaraciones a El País, habla de una "discrepancia técnica" que demuestra la "necesidad urgente" de consensuar las reglas de cálculo. En su opinión, toca "aclarar y consolidar de manera oficial y definitiva por parte de las autoridades públicas una metodología de medición que permita conocer de una vez por todas la única manera posible de calcular a partir de ahora la tasa de recogida de botellas".

Para Ecoembes la clave de las diferencias entre sus datos y los del Miteco está en las botellas recogidas "fuera del hogar", es decir, en hospitales, centros educativos o residencias, por ejemplo. "Las tasas no coinciden porque el organismo público apenas incorpora en su cálculo las cantidades recogidas en zonas de alta afluencia y que representan más del 40% del total de botellas recogidas selectivamente en 2022 y 2023", asegura.

"Un nuevo horizonte". En su informe el Miteco diferencia claramente entre los envases recolectados a través de la "gestión EELL", a cargo de las entidades locales, y lo que denomina "recogidas privadas". Estas últimas son, eso sí, muy inferiores a las primeras y están considerablemente por debajo del 40% del que habla Ecoembes. El ministerio les atribuye poco más de 14.000 toneladas de un total de 88.000. Desde Greenpeace o Ecologistas en Acción hablan de la "ineficacia" y "mentira" de Ecoembes.

"Se abre un nuevo horizonte y, por fin, consumidoras y consumidores podrán 'devolver los cascos' (botellas de plástico, latas y bricks) en un plazo de dos años. Se podrán alcanzar nuevas tasas de reciclaje y reutilización", clama Ecologistas en Acción, que recuerda que ese sistema ya "funcionó en todo el país" hasta los años 80. "Fue progresivamente desmantelado por el sector de la producción de bebidas y distribución para ahorrar costes".

Imágenes | Daniel Lobo (Flickr), Alvizlo (Flickr) y Miteco

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