En diciembre de 2022, el Servicio de Inspección Sanitaria de Animales y Plantas (APHIS) de EEUU detectó varias larvas y una pupa de la mosca mediterránea de la fruta en varios envíos comerciales de pimiento procedente de Almería. En ese momento, se cerraron las fronteras.
El golpe fue duro.
El pimiento no es un cultivo cualquiera. Como explicaba Antonio Mena, delegado territorial de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural en Almería, "el pimiento es el cultivo estrella de la provincia, el que más superficie ocupa, el que más factura, y muy valorado en los mercados internacionales". Solo en la campaña de 2022, Almería había exportado casi 3.000 toneladas de frutas y hortalizas a Estados Unidos.
A ello hubo que sumar las bajas temperaturas de marzo y el problema de maduración de la hortaliza que dejó a toda España (y a buena parte de Europa) sin pimiento rojo durante semanas. 2023 fue un año complicado en el campo almeriense.
Tras la Ceratitis capitata. En este escenario, tanto el Ministerio de Agricultura como la Junta de Andalucía pusieron en marcha una investigación que consiguió localizar un grupo de invernaderos con daños estructurales (producidos por las fuertes lluvias que sufrió la provincia semanas antes del positivo). Esos daños, comprometían la "estanquidad" de los cultivos y los exponían a la plaga de la C. capitata.
Hay que recordar que muchos estados de EEUU ya sufrieron oleadas de esta especie en los 80 y el despliegue necesario para erradicarla fue tal que ocasionó una enorme polémica. Nadie quiere tenerla de vuelta.
Una larga negociación... Durante todo 2023, las autoridades españolas han estado negociando con la APHIS todo un paquete de medidas para asegurar que el producto llegaba en perfectas condiciones (y sin mosca). El 19 de enero de este año, la orden federal que regula qué puede y que no puede entrar en el país se modificó para aceptar de nuevo los pimientos españoles.
... y una (aún más larga) lista de requisitos. A partir de ahora, EEUU pide que los pimientos deben estar cultivados en invernaderos registrados e regularmente inspeccionados; que se instalen "redes de trampeo" tanto exterior como interior de las carpas; y que, una vez recolectados, los pimientos se protejan con una malla anti-insectos desde el invernadero hasta su empaquetado.
Es más, la orden llega a pedir que los pimientos con destino a EEUU se aíslen del resto y se manipulen de forma separada. Y todo esto a mitad de campaña (porque la campaña habitualmente va de diciembre a abril). No obstante, ya hay cinco empresas almerienses adscritas al programa y el 2 de enero salieron los primeros cargamentos.
Todo un aviso a navegantes. Estos días en los que los productos españoles se han vuelto a enfrentar a la "furia" de los agricultores franceses, el sector agrícola ve cada día más negro su futuro (acosado por la sequía y la reducción de la tasa de ganancia).
En ese sentido, EEUU (y sus altos precios) puede ser una solución. Pero grandes ganancias conllevan grandes requisitos fitosanitarios. Es decir, apuntar a más allá del Atlántico requiere una reconversión industrial y una modernización que cambia muchas de las reglas no escritas del campo español. Todo eso sin saber si vamos a tener agua para todo. Como ocurre a menudo (y más aún en estos tiempos de incertidumbres), toca repensar qué papel tenemos en el mundo.
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