La inflación se está llevando por delante sobre todo a los "alimentos baratos". Y en España más que en ningún sitio

Tras años negando que los precios de los productos baratos crecen más que los de los caros. Ahora sabemos la verdad

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Hace unas semanas, me crucé con un tuit de un español en Suecia en el que se sorprendía de que "la confluencia de precios en Europa estaba siendo increíblemente rápida". Era, como él mismo reconocía, un dato algo engañoso: en Suecia esos productos no eran tan comunes como en España. Ahí fue cuando me acordé de Jack Monroe.

Esta periodista británica protagonizó una polémica en 2022 cuando denunció que los productos baratos estaban creciendo de precio más rápido que el resto de productos. Aquello levantó una enorme polvareda, hizo que las autoridades cambiaran la metodología y que, poco después, el Gobierno dijera que no era así.

Ahora sabemos, sin embargo, que Monroe tenía razón.

Bienvenidos a la 'cheapflation'. Una receinte investigación de Alberto Cavallo y Oleksiy Kryvtsov ha estudiado esta sospecha en varias economías desarrolladas entre los años 2018 y 2024. ¿De verdad los precios crecen más rápido en los productos más baratos que en los caros? Para averiguarlo reunieron microdatos de 10 países occidentales y categorizaron los productos según su rango de precios.

Las conclusiones muestran un panorama interesante, sí; pero sobre todo,  preocupante. "Aunque hasta mediados de 2021 todas las categorías de precios crecieron de forma similar", a partir de 2022 "los alimentos más baratos comenzaron a crecer a un ritmo mucho mayor con respecto a los productos premium", explicaban.

¿En qué se traduce esto? El dato clave es que mientras que entre 2019 y 2024 los precios de los productos baratos en España crecieron un 37%, los productos más caros solo crecieron un 23%. La panorámica de Cavallo y Kryvtsov muestra que no es un fenómeno propiamente español. Al contrario, afecta a casi todos los países estudiados.

Eso sí, España es el lugar donde los productos, caros o baratos, han crecido más. De hecho, el país es el lugar donde más han crecido los productos premium (junto con Países Bajos) y el lugar donde más han crecido los más baratos (ya en solitario).

Pero ¿por qué? Esa es la pregunta que se hacen Ángel Martínez e Isabel González en El Mundo. Desgraciadamente los datos españoles no ayudan demasiado. Al menos, lo que están disponibles de forma general. No tenemos microdatos para saber "exactamente qué tipo de productos son los que han subido de precio y si estos se concentran en determinadas zonas, establecimientos o, como hemos visto en el caso de los alimentos, categorías de precios".

Lo que sí parece claro es que "la fuerte inflación de los últimos tres años y la lenta recuperación del poder adquirido" de la mayoría de los hogares pueden tener mucho que ver. Al fin y al cabo, los dos grandes mecanismos explicativos que usan Cavallo y Kryvtsov tienen importancia aquí: por un lado, los "productos tienden a verse más afectados por los problemas en las cadenas de suministro" y, por el otro, "los hogares tienden a disparar el consumo de los bienes más baratos, lo que presiona al alza su demanda y, en última instancia, también sus precios".

Sea como sea, la radiografía es terrible. En este contexto,  no es raro (siempre según Martínez y González) que "un porcentaje relevante de consumidores que, incluso cuando la mayoría hayan recuperado el poder adquisitivo sobre el papel, sigan sintiendo que su poder de compra sigue por debajo con respecto al nivel prepandemia". Ese porcentaje, además, se concentra en los niveles socioeconómicamente más vulnerables.

Imagen | Eduardo Soares

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