Italia, dispuesta a romperse por dentro por la guerra entre euroescépticos y establishment

Italia, dispuesta a romperse por dentro por la guerra entre euroescépticos y establishment
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En un giro totalmente previsible de los acontecimientos, Italia vuelve a estar sumida en el caos político. Las elecciones del pasado marzo depararon un acuerdo de gobierno inédito entre la Lega, el partido ultraderechista siempre a la sombra del berlusconismo, y el Movimento 5 Stelle, la irrupción populista de la última década. Todo parecía encarrilado hasta que Sergio Mattarella, presidente de la República, decidió anoche vetar uno de los ministros propuestos por la extraña coalición.

Y de ahí al abismo.

¿Qué ha pasado? Que Mattarella, como presidente, tiene que sancionar al gobierno propuesto por la coalición antes de ser presentado al parlamento. Suele ser un procedimiento rutinario sin connotaciones políticas, pero en esta ocasión no ha sido así. Mattarella ha decidido vetar a Paolo Savona como ministro de Finanzas, euroscéptico extremadamente vocal en su rechazo tanto a las instituciones comunitarias como a la participación de Italia en el euro. Una bomba de relojería.

¿Puede hacerlo? No es habitual, pero entra en las prerrogativas del presidente (un cargo elegido por el parlamento). El gesto de Mattarella a la Lega y al M5S es claro: la Unión Europea y el euro son líneas rojas. Están fuera de los márgenes del debate. La decisión de Mattarella se ha interpretado como un mensaje de tranquilidad tanto a los inversores como a Bruselas. Italia sigue sumida en una compleja situación económica. La hipótesis de un euroescéptico controlando las finanzas ya era mero motivo de consternación en los mercados.

¿Y ahora qué? Lógicamente, la Lega y el M5S han interpretado el movimiento como una declaración de guerra. Acto seguido, Salvini y Di Maio anunciaban que el gobierno de Conte (un desconocido que iba a ejercer de primer ministro) se retiraba. Es probable que Mattarella presente ahora al parlamento un gobierno técnico dirigido por Carlo Cottarelli, antiguo director del FMI y viejo conocido en los mentideros comunitarios. Un tipo de confianza, similar a Mario Monti en su momento.

Es improbable que obtenga el apoyo del parlamento, en manos del M5S y de la Lega.

¿Solución? Elecciones. Es lo que reivindican los dos partidos. Algunos diputados han pedido retirar a Mattarella de su cargo, un proceso complejo (es el jefe de estado). Tanto Salvini como Di Maio han olido sangre: la decisión de Mattarella refrenda toda su agenda política (los intereses de la élite política italiana se subordinan a los de Europa y no a los del pueblo italiano, no hay soberanía efectiva, etcétera), por lo que tienen una oportunidad única si hay repetición electoral.

¿Qué pasará? Responder a esta pregunta en Italia es imposible. Pero un reforzamiento tanto del Movimento 5 Stelle como de la Lega parece más que probable. El veto a Savona confirma punto por punto el relato electoral de ambas formaciones (élite vs. pueblo; Europa vs. Italia), y deja en posiciones delicadas a los partidos tradicionales (el sorpasso a Berlusconi por la derecha es una realidad, el PD continúa descabezado y sin relato político). Ante todo, caos.

Imagen | Alessandro Bianchi/AP

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