Pocas crisis en la historia reciente de la humanidad han sido tan universales como el coronavirus. La epidemia es un hecho global, ajena a cualquier consideración fronteriza. Aquellos países que han esquivado la crisis sanitaria se toparán a corto plazo con las consecuencias económicas de una parálisis general de la actividad productiva. Allá donde se mire, la alargada sombra de la pandemia dibuja un horizonte incierto.
El impacto poliédrico de la epidemia ha generado un hambre de cifras en todo el mundo. No todos los países se han visto afectados de igual modo, o al mismo tiempo, y no todas las respuestas gubernamentales han sido similares. La gran disparidad de circunstancias y políticas, amén del carácter descompasado de los brotes, dificulta entender el carácter de la pandemia, por otro lado global.
¿Cómo obtener una fotografía general y contextualizada de la crisis internacional? Durante las últimas semanas han surgido diversas plataformas digitales que facilitan la comprensión de la epidemia, pero una resulta especialmente útil: Coronavirus Tracker, herramienta desarrollada por Gorka Navarrete (@gorkang) y que actualiza en tiempo real las cifras de contagios y fallecidos en todos los países del mundo.
Su valor no radica tanto en lo inmediato de las cifras (obtenidas por otro lado de la Universidad John Hopkins y de Worldometers) como en las tablas de datos, totalmente personalizables. Coronavirus Tracker permite generar gráficos en función del número de casos o de muertes y a partir de ciertos umbrales (evolución en un país dado tras el décimo fallecido, por ejemplo). Y lo que es más importante: está pensado para comparar la situación de los países afectados de forma muy efectiva.
El motivo es simple. Dado que trazar paralelismos a partir de los datos en bruto, muy variables en función de cuándo comenzó el brote y del volumen de tests realizados, no ofrece demasiadas pistas sobre la crisis en unos países y en otros, establecer puntos de partida (días transcurridos desde la X muerte registrada) ayuda a observar las tendencias. La gravedad de la situación ajustada a la misma altura de la epidemia.
Por ejemplo.
¿Qué cuenta el gráfico de arriba? Que mientras Italia acumula más de 27 días desde su décimo fallecido, España y Francia suman tan sólo 16. Nueve días atrás, Italia contaba menos muertos que España, pero unos pocos más que Francia. A nivel comparado, las bajas cifras de Países Bajos y Alemania (213 y 130 muertos respectivamente) dicen poco sobre la gravedad de su situación. Llevan varias semanas de retraso en el brote.
En Países Bajos, por ejemplo, sólo han pasado diez días desde que superaran el umbral de los diez muertos. Su evolución a estas alturas de la epidemia es calcada a la de Italia, lo que otorga otra dimensión a lo modesto de su cifras. Similares palabras se pueden esbozar sobre Alemania (ocho días desde el décimo fallecido) o sobre Reino Unido (335 muertos y nueve días desde el décimo muerto, calcando el ritmo de España).
Sus casos, así, no se pueden comparar a los de otros países que realmente han aplanado la famosa curva de contagio, como Corea del Sur o Japón. Simplemente llevan días de retraso respecto a Italia, España o Francia. Pero no están lidiando con la epidemia con más éxito que ellos a su altura (al menos de momento).
Coronavirus Tracker es una herramienta estupenda porque permite personalizar las gráficas. Podemos establecer otros umbrales tanto de casos como de fallecidos (a partir del primer muerto, o a partir del centésimo) y ajustar el porcentaje de crecimiento diario (por defecto al 30%) como referencia. Además de añadir o quitar países. Una pieza de información clave para tener una foto variable y rápida de cómo está avanzando la enfermedad en el mundo, y qué países afrontan más riesgos.