Las expectativas en torno a Billie Eilish llevan muy altas desde que hace tan solo unos meses se convirtiese en la primera artista nacida en el siglo XXI que alcanzaba el nº1 de Billboard . Sin embargo, esta no es la única razón por la que Instagram se ha llenado de vídeos de sus conciertos en Madrid y Barcelona: las nuevas dinámicas de la música en directo y la preferencia de las nuevas generaciones por el contenido efímero también tienen su parte de responsabilidad.
34.000 personas la han visto en persona. En torno a 17.000 personas disfrutaron del directo de Billie Elish en el Palacio de los Deportes de Madrid y en torno a 18.000 lo hicieron el día anterior en Barcelona. Y, a juzgar por la cantidad de luces blancas que se ven en los vídeos de los conciertos subidos a Instagram, gran parte de los asistentes estaba viviendo el concierto a través de sus propios ojos y la lente de la cámara del móvil.
#hashtags y ubicación. Bajo el hashtag #BillieEilish se almacena la mayor parte del contenido que se sube diariamente sobre la cantante tanto a la feed como a las stories. Actualmente hay más 4 millones de publicaciones, de las cuales una gran parte pertenecen al concierto que tuvo lugar anoche en Madrid. Así, cualquier persona que entre en las historias del hashtag o busque Wizink Center en el apartado de ubicaciones, podrá disfrutar de los clips que sus seguidores grabaron mientras vivían el espectáculo en primera persona.
Nuevos iconos, nuevas dinámicas. Las redes sociales están tan presentes en la vida diaria que el mero hecho de compartirlo todo ha cambiado la forma en la que se vive. Cuando estamos exhibiendo nuestra vida, a su vez, estamos generando productos de entretenimiento para la audiencia que nos sigue. Si extrapolamos esto a un concierto o un espectáculo de masas y lo mantenemos en el tiempo, tenemos como resultado un cambio en los patrones de ocio y consumo.
Este comportamiento es el mismo que perpetúan artistas como Rosalía, Bad Bunny o Don Patricio. Iconos de masas que se comunican con su audiencia a través de directos de Instagram o que comparten las stories que sus seguidores han grabado en los conciertos. De esta forma, los fans crean contenido sobre la experiencia vivida con sus "ídolos" y éstos luego la comparten en sus redes oficiales para mostrarle al resto del mundo todo lo que ofrecen en sus directos. Y, ya de paso, continuar con esta promo interminable y gratuita que les ofrecen sus fans a través de Instagram.
Grabar ya no es un problema. A lo largo de esta década, hemos visto cómo la industria cultural ha pasado de prohibir el uso de teléfonos móviles en determinados espectáculos a normalizarlo e, incluso, utilizarlo a su favor. Con el auge de Instagram Stories las propias empresas y artistas usan esta herramienta para promocionar sus servicios y fortalecer su relación con la audiencia. Mientras antes la sombra de los derechos de autor cernía sobre este tipo de contenido multimedia, ahora, son los propios artistas quienes dan bola a sus seguidores compartiendo sus vídeos.
Parte del éxito de las redes reside en su capacidad para amplificar discursos y compartir experiencias. Gracias a esto, lo mismo Bad Bunny logra mantener a 25.000 personas conectadas a su directo de dos horas en Instagram, que Amaia se permite poner a la venta las entradas de su gira sin ni siquiera haber publicado su disco. Y es que, sus mayores fans no necesitan tener el álbum en Spotify porque sus directos están distribuidos en varios vídeos de YouTube e Instagram.
Fenómeno Billie. En menos de un año, Elish ha pasado de ser un talento emergente en internet a ser considerada musa del pop adolescente. Antes de que publicar su primer disco a finales de marzo, ya acumulaba la friolera de 1.000 millones de reproducciones en Spotify. Sus letras oscuras y su imagen andrógina evidencian que la industria musical esta cambiando con la llegada de sus nuevos consumidores. Donde hace 5 años, Taylor Swiftt era la revelación cantándole al mundo sus relaciones amorosas, hoy, Billie Eilish demuestra que también se puede llenar estadios inventando un nuevo canón de belleza y cantándole a la ansiedad.
Imagen: Instagram Stories