Nuevo enfrentamiento vial entre ciclistas y cochistas: en una vía de tres carriles, un descapotable circula por la de la izquierda y una bici por el centro. Muy a su pesar, el ciclista de nuestra historia se enfrenta a los comentarios airados de la conductora, que le escarmienta por no ir por el carril de la derecha, reservado a taxis y buses y, en Madrid, también a motos. El ciclista arguye que ella se equivoca, lo tiene prohibido. La conductora responde: “puede circular la moto no va a poder circular usted. A ver si se informa mejor”.
El choque se produce, como muchos sabrán, por la sensación de invasión del espacio de circulación que sienten los cochistas por las lentas e incómodas bicis. Los ciclistas por su parte se sienten nuevamente atacados por los abusones a motor. Deteibols, que se identifica como “activista ciclista urbano”, pretende difundir este ejemplo de conflicto cotidiano para dar concienciar a los conductores sobre la normativa (y también un poco porque parece que tiene ganas de montar bulla).
Según el artículo 167 apartado 5 de la Ordenanza de Movilidad Sostenible del municipio de Madrid publicado en octubre de 2018, y en el caso de vías con carriles reservados a otros vehículos, las bicicletas están obligadas a circular por el carril contiguo al reservado. Es decir, que el ciclista del vídeo tiene razón.
Aunque nuestra conductora, probablemente sin saberlo, también estuvo cerca de tener razón: el mismo reglamento municipal indica que, de tratarse de un carril bus, los ciclistas deberían ir por ellos “si el carril cuenta con una sección mínima de 4.5 metros” y tiene una señal expresa que lo autorice, y en caso de ser así, tendría que ir pegado a la izquierda del propio carril.
No parece que ese carril tenga la señalización, con lo que los consejos del ciclista enfurecido a la conductora quedan algo en entredicho: hubiera sido mejor si le hubiese explicado este punto. Aunque es más fácil decirlo que hacerlo en un calentón como el que vemos en el vídeo.
No hay dos ordenanzas iguales
La DGT recoge una “guía del ciclista”, un marco genérico básico que sirve más bien como protección para las zonas que no tengan sus normas particulares. Son los Ayuntamientos los que han hecho avanzar a lo largo de los años las normas de circulación de ciclistas, pero sus ordenanzas sólo se aplican para el interior de cada municipio y sus reglamentos varían de unas ciudades a otras, incluso están ocasionalmente en conflicto con las reglas nacionales.
Por ejemplo, y aunque la DGT indica que los ciclistas deben ir lo más pegado posible a la derecha de la vía, en Madrid nos encontramos con que estos conductores “deben circular por el centro del carril por el que vayan; es más seguro”.
Sin ir más lejos, desde En bici por Madrid elaboraron un gráfico elocuente sobre el caos regulatorio sin salir del sur de la Comunidad de Madrid: una mayoría de situaciones quedan fuera de la legislación mientras que otros, como el estacionamiento anclado al mobiliario o el tránsito de bicis por zonas de prioridad peatonal, tienen regulaciones opuestas. Aunque las normas no están actualizadas y muchas han cambiado, ya que el gráfico es de 2013.
Hay ocasiones en las que los propios policías municipales estarían multando a ciclistas en contra de lo que dictan las ordenanzas municipales. La llegada de vehículos como los patinetes lo están haciendo todo aún más difícil.
Todo esto queda a la espera de una reforma de la actual Ley de Seguridad Vial, que se espera que regule y generalice muchas de las normas. En cualquier caso, para ciclistas que no salgan de su municipio, bastará con estar al día de sus respectivas ordenanzas.