Publicidad: tan cerca de la genialidad como de la perversión. Si bien muchas campañas son absolutamente brillantes, otras resultan en un fracaso, o en ideas de dudoso gusto. Siguiendo la polémica de Airbnb en San Francisco, de la que hablaremos ahora mismo, hemos recopilado algunos de los ejemplos de publicidad callejera más indescriptibles, brillantes y divertidos que hemos visto por las ciudades del mundo durante los últimos años. Vamos allá.
1. Airbnb en San Francisco
Airbnb paga impuestos en San Francisco. Al parecer, la compañía no está demasiado cómoda con las tasas que impone la ciudad. Durante este curso, ya han abonado alrededor de 12 millones de dólares. "¿Qué mejor modo de contárselo a los vecinos de la ciudad que con enormes carteles pasivo-agresivos en los que aconsejas sutilmente qué hacer con tu dinero?", debieron pensar en la empresa. Y allí que fueron, empapelando San Francisco con carteles en los que se podían leer cosas como "Querido consejo de Educación: por favor, utiliza algo de los 12 millones de dólares en impuestos hoteleros para mantener el arte en las escuelas".
Chill billboard, @airbnb pic.twitter.com/4QuRJSaG0N
— jden (@jden415) octubre 22, 2015
De forma sorprendente, los ciudadanos de San Francisco se sintieron ligeramente insultados por el paternalismo de Airbnb. Quién hubiera podido imaginarlo.
Dear @Airbnb These passive-aggressive bus kiosk ads are *not cool* No love, the librarians https://t.co/rdo39E7sdz pic.twitter.com/Lf3TCAYYbw
— jessamyn west (@jessamyn) octubre 21, 2015
Un día después, Airbnb se tenía que disculpar, admitiendo lo poco idóneo de su campaña.
We apologize for Wednesday’s SF ads. They displayed poor judgment and do not live up to the values and humanity of our global community.
— Airbnb (@Airbnb) octubre 22, 2015
2. KH-7 en Madrid
Ayer, los vecinos de Callao, céntrica plaza madrileña, despertaron con una peculiar visión dominando el horizonte: una figura fálica gigante recubierta de una enorme tela negra. ¿Qué suerte de ídolo pagano se escondía tras la oscura sábana? ¿Qué regalo de los dioses albergaba? ¿Qué clase de monolito alienígena había aterrizado en Madrid? Nada de eso: un bote gigante de KH-7, célebre quitamanchas que había llevado su publicidad a un estadio superior: el pene gigante en plena calle.
Es como muy WTF todo. #madridsecalienta pic.twitter.com/eq3nRp6m2F
— Señorita Blume (@SrtaBlume) octubre 22, 2015
3. Durex en Bélgica
Vas paseando por la calle y de repente pisas un condón. Si bien la estampa es habitual en los polígonos de extrarradio, no lo es tanto en calles céntricas de urbes noreuropeas. Pero Durex creyó conveniente cambiar dicha situación. En su momento, la compañía contrató a publicistas locales para promocionar condones con texturas en Bélgica. ¿Y qué hicieron? Pintarlos con tiza... calles con asfaltado ornamental que se asemejara a la textura del condón. Genius.
4. Kill Bill en Auckland
Un par de notas aclaratorias. Lo primero: la sangre no es real, aunque pueda parecerlo. Lo segundo: los coches forman parte de la escenografía, de modo que ningún buen vecino de Auckland, Nueva Zelanda, se levantó una mañana cualquiera y descubrió a su coche bañado en tinte rojo. Y tercero: el anuncio lo montó una televisión pública (!) para promocionar el primer estreno en televisión de Kill Bill Vol. 1. Al principio, claro, todo el mundo pensó que era falso. Pero resultó no serlo.
5. Tibits en Zurich
Por todos es sabido que los vegetarianos son consumidores exigentes. ¿Hasta qué punto? Según Tibits, cadena alimenticia especializada en, bueno, comida vegetariana, hasta límites insospechados. En su particular carrera por ofrecer los productos más frescos y naturales posible, la empresa decidió poner un tenedor gigante alrededor del tronco de un muy verde árbol de Zurich. Mensaje claro: de la naturaleza a tu plato. No podrías encontrar ningún restaurante más orgánico, veggie.
6. Je*s en Croacia
Qué mejor modo de apelar al comprador de pantalones vaqueros que a través de su imagen física. A sus complejos. La idea, sin duda controvertida, partió de Bruketa&Zinic Zagreb, agencia de publicidad croata para Je*s Jeans. Colocaron diversas flechas señalando hacia el suelo en marquesinas de ciudades croatas con una idea muy clara: con nuestros pantalones vaqueros ya no tendrás que agacharte para que todos los demás te miren el culo. Se llevó incluso un premio.
7. Fitness First en Holanda
Vamos con otro claro caso de "cómo es posible que esto haya llegado a las calles". En 2008, la agencia N=5 comenzó a utilizar asientos-marquesinas de autobuses en los que, al sentarte, un letrero mostraba tu peso. El mensaje subliminal: estás gordo... ven a Fitness First, una cadena de gimnasios internacional. Porque, al parecer, no hay mejor modo de conseguir que la gente acuda a tu negocio que haciéndoles sentir feos, con poca fuerza de voluntad y moralmente culpables.
8. La policía de Elm Grove, Estados Unidos
¿Quieres acabar con los excesos de velocidad? Olvídate de multas: pon radar en el que cada kilómetro por hora implique un día más en el hospital. Lo hizo la policía local de Elm Grove, en Wisconsin, Estados Unidos. Desconocemos si lograron que sus conciudadanos condujeran a menos velocidad, pero se ganaron un lugar en la historia de las campañas callejeras WTF.