Para los que estábamos hartos de la unidireccionalidad de la televisión, Internet ofrecía algo maravilloso: un espacio en el que tú pasabas a ser parte activa en la toma de decisiones de tu ocio. Hablamos de los tiempos en los que “surfear” en la red era un concepto legítimo. Te perdías en la aventura del clic, terminabas no se sabe cómo en foros de aficionados a las maquetas de trenes, en un catálogo de la historia de los caballos percherones en el cine, descubriendo que, dentro de tu hobby, las posibilidades tendían al infinito.
Pero llegó el tiempo, el asentamiento de nuestros hogares en el entorno digital, y con ello el apoltronamiento. Tu feed de noticias y tus redes sociales se convertían en los primeros y, en muchos casos, últimos portales que visitarías en todo el día. Nos hemos vendido a los intermediarios y, con ello, hemos delegado el trabajo de exploración en una serie de agentes, en muchos casos desconocidos para nosotros mismos.
Así que, como es lógico, esos intermediarios han visto una formidable ocasión de hacer negocio con nuestras ansias de entretenimiento. Ellos son los cazadores de virales, los que evitan que para descubrir el meme del tipo que hacía todos los bailes del mundo en cinco minutos necesitases participar del bocaoreja, que te descubriesen los nuevos fenómenos ese amigo que, sin saber cómo, siempre estaba a la última de qué se estaba moviendo por el oscuro subsuelo de Internet.
Como te contamos en este video, la empresa insignia de esta tendencia se llama Jukin Media. No han creado ni un solo segundo de contenido, pero has visto más minutos de su producto que de ningún otro proveedor digital (para que te hagas una idea, también son los propietarios de Fail Army). Estos especialistas en el viral se convirtieron en los reyes de cotarro en 2015, cuando ya más de una tercera parte del planeta tenía Facebook y corría a compartir entre sus amigos el último video de un gato con cada de humano enfadado o la madre que hace payasadas grabándose desde el interior de su coche.
En estos siete años de experiencia, la compañía de Jonathan Skogmo ha encontrado la fórmula perfecta para separar toda la paja de la red de esos “creadores accidentales” (así los llaman) que harán que tú, tu madre y tu primo quedéis pegados a la pantalla del móvil. Quieren videos de menos de un minuto, que te emocionen y que apelen a situaciones cotidianas. Esa es la base de la receta, aunque puede estar sujeta a cambios.
Así que allí van estos agentes, a enviar emails a discreción (compran licencias a razón de más de 150 al día) pidiendo, por un precio de entre 300 y 6.000 dólares aproximadamente, que les dejen monetizar el video que le has grabado a tu mascota y que están viendo desde hace unas horas decenas de miles de personas. Eres tendencia, y ellos van a ayudarte a llegar a todo el mundo.
Por supuesto, esta es la razón por la que Internet ya no es el espacio de caos, sino el nuevo lugar hegemónico. Jukin Media y las compañías clónicas que le han salido después acuden a los grandes medios (y estos son New York Times y The Guardian, pero también Playground o Cabronazi) y les explican que, a cambio de miles de euros, podrán colgar en sus redes el video gracioso que acaban de cosechar, de forma que en los próximos tres días es muy probable que vuelvas a ser el mismo video desde distintas cabeceras. Y como tú, los otros cientos de millones de personas que se conecten a Facebook, YouTube o Instagram (Twitter es ligeramente distinto) estos días.
"En el momento en que adquirimos un video, ponemos un aviso legal para que otros agentes no se aprovechen de su poder de convocatoria. La gestión de derechos es muy importante para nuestro negocio”, dice Skogmo.
El paradigma es ligeramente distinto al anterior, sí, porque tú como consumidor puedes confeccionar tus canales de información al gusto, no como ocurre con la televisión, por muchos canales que quiera añadir la TDT. Pero en un mundo globalizado donde el poder de difusión lo tienen las masas, es difícil que ninguno de tus contactos forme parte de esa burbuja hegemónica. Al final todos tenemos amigos que comparten videos de Cabronazi en nuestros timelines y se hace muy difícil resistirse a ciertos clics, y de ahí que Jukin Media sea, en el mundo, potencialmente mucho más poderoso que Mediaset, Atresmedia o Univision juntos.
Y si te estás imaginando cómo funciona el proceso de descubrimiento de estos vídeos, sí, es muy similar al de los buscadores de oro de finales del siglo XIX. Para conocer con más detalle ese submundo puedes informarte desde ese mismo video que hemos preparado al respecto.