Si damos por buena la estimación de que el 30% de todo Internet es porno, entonces los británicos tendrán capado el acceso a buena parte de la red dentro de unos pocos meses. La cosa es como sigue: el Parlamento tiene previsto aprobar el nuevo reglamento elaborado por el Departamento de Cultura, Medios y Deporte, y a partir de su aprobación el Gobierno tendrá que anunciar cuándo empezará a ser efectiva esta medida, a más tardar, en semana santa de este año.
La verificación de edad: esta regulación de AV lo que pide a los usuarios de Internet es que, cada vez que accedan a una web de contenido adulto, ya sean gratuitos o de pago, tengan que identificarse. Servirá el DNI, un pasaporte, una tarjeta de crédito… las opciones son variadas, pero siempre permitiendo rastrear a cada persona que accede a estas plataformas.
Nueva Ley de Economía Digital: todo viene por la necesidad de poner en funcionamiento la tercera fase de la “Digital Economy Act”, ideada en 2015 por John Whittingdale, el entonces Secretario de Estado para la cultura bajo el Gobierno del conservador David Cameron, y que fue refrendada por la Cámara de los Comunes al año siguiente. La implantación de la norma se ha ido posponiendo demasiado tiempo por la complejidad técnica de la puesta en marcha, pero parece que dará comienzo definitivamente en abril.
La patrulla del porno: la propuesta contempla que si una página tiene un contenido pornográfico superior al 30% de toda su plataforma, se le obligue a solicitar esas identificaciones que luego trasladará al Gobierno. En caso de no hacerlo, y si le pilla el Consejo Británico de Clasificación de Cine, se bloquearán sus servidores en Gran Bretaña y se le impondrá una multa.
Pensando en los niños: la propuesta cuenta con 14 medidas, muchas de ellas menores y en lo tocante a los derechos del consumidor y las obligaciones de velocidad y acceso por parte de los operadores de Internet, pero la norma estrella es la de proteger a los menores de 18 años del contenido pornográfico. Es el triunfo de una de las peticiones de carácter social del votante conservador, pero también de grupos como la coalición Acabar con la Violencia Contra las Mujeres, que predica las dañinas consecuencias del consumo de porno disponible a dos clics, en muchos casos híper violento.
Un fail en toda regla: efectivamente ahora muchos ciudadanos se sentirán incómodos, observados y vigilados durante sus ratos de ocio más íntimo, pero además es que se vaticina el desastre. Por un lado, 60.000 tiendas del país podrán oficialmente vender tarjetas de navegación anónimas, con lo que un mayor de edad podría darle su tarjeta legítimamente comprada a un menor de edad. Por el otro, muchos expertos ya han avisado de que es casi imposible poner coto a las páginas pornográficas. Con la citada regla del 30% quedan fuera de rango sitios como Tumblr, Reddit o Twitter, donde no es nada difícil encontrar porno. Además, si el chico instala un VPN y entra en Redtube a través de Ucrania, se acabó el problema.
Estados vigilantes: dentro de la UE, Gran Bretaña es uno de los países que más pasos ha dado históricamente para limitar el acceso a la pornografía, también online, pero con esta medida el reino se une a una lista integrada por otras naciones como Japón, Rusia, India o China. Reino Unido ya es, según Reporteros Sin Fronteras, uno de los 19 países del mundo “enemigos de Internet”. La protección de los menores a la pornografía, tal y como está redactada la norma, va a ser de escaso valor, pero con estos gestos se acerca a medidas de supervisión del ciudadano similares al temido sistema de créditos chino.