Es de esperar que haya una larga lista de espera en restaurantes reconocidos con estrellas Michelin como el Central, o el DiverXO. Lo que tal vez no es tan habitual es que un pequeño pub de Bristol consiga un éxito rotundo basado en el boca a boca y haya que esperar hasta cuatro años para disfrutar de sus platos. Una demanda que ya quisieran algunos de los mejores restaurantes del mundo.
Ubicado en el núcleo histórico de Bristol, The Bank Tavern es un pequeño pub con solo siete mesas que pasaría inadvertido a la mayoría de turistas y visitantes de la ciudad. Sin embargo, una serie de afortunados acontecimientos y una pandemia hicieron de esas siete mesas el lugar más cotizado del mundo por la larga lista de espera para conseguir degustar sus platos.
El secreto de su éxito. Cocinar con productos de calidad locales y mantener un precio contenido parece ser el secreto a voces de esta pequeña cantina que apenas sirve 160 cenas semanales. “No quiero ser un aprovechado. Nunca quise que el precio fuera una barrera para la buena comida", declara Sam Gregory en una entrevista en The Guardian. El cocinero tomó las riendas del local en plena crisis de 2008 y desde entonces se ha preocupado solo de ofrecer buena comida a un precio contenido para sus vecinos.
Gregory utiliza producto local con verduras de temporada, que los clientes habituales acercan al restaurante de sus huertas, y carne procedente de granjas cercanas o de piezas cazadas en los alrededores por él mismo. “Si comemos lo que hay en la puerta de nuestra casa, es más barato y tiende a ser de mejor calidad”, afirma Sam.
Almuerzos dominicales de premio. La clientela habitual de The Bank Tavern acudía en familia a degustar los excelentes almuerzos que se servían los domingos. Una selección de carnes asadas y preparadas a baja temperatura durante horas, acompañadas de una selección de verduras locales de la máxima calidad. No todo es carne, también hay algunas opciones vegetarianas.
Estos almuerzos le sirvieron para ganar el reconocimiento como Mejor almuerzo dominical en los premios Bristol Good Food Awards de 2018 y un año más tarde recibió el premio Observer Food Monthly Awards como Mejor restaurante de carne asada de Reino Unido. Todo ese reconocimiento, y unos precios contenidos que de media se sitúan en los 40 euros por comensal, hicieron que la popularidad del pub de Bristol se disparara y su teléfono no dejara de sonar.
…Y llegó la pandemia. Cuando las reservas de The Bank Tavern empezaban a ir viento en popa, llegó la pandemia de COVID-19 y el restaurante tuvo que cerrar. En ese momento, su responsable no vio justo que quienes habían reservado una mesa se quedaran sin ella, por lo que decidió ir aplazando las reservas para cuando pudieran abrir con normalidad de nuevo. No obstante, las reservas, lejos de aminorar el ritmo, continuaron creciendo avivados por la fama de su comida y el altavoz que le habían dado los premios.
Cuatro años de espera ya es demasiado. Al disponer solo de siete mesas, la disponibilidad es muy limitada, por lo que los tiempos de espera se han ido alargando hasta los actuales cuatro años. De hecho, en la actualidad están sirviendo la comida de aquellos que reservaron en los primeros días del confinamiento. Los afortunados, reciben un mensaje recordándoles que, por fin, pueden hacer uso de su reserva y degustar uno de los populares almuerzos dominicales en The Bank Tavern. Algunos ni se acuerdan de que la hicieron, pero nadie ha cancelado.
“Ya teníamos una lista de espera de seis meses antes de la pandemia. Cuando tuvimos que cerrar, tomamos la decisión de que cualquiera que hubiera reservado con nosotros podría venir cuando volviéramos a abrir. Entonces, para gestionar ese trabajo atrasado, cerramos nuestro sistema de reservas”, apunta Sam Gregory en su entrevista con The Guardian.
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Imagen | The Bank Tavern
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