Bajo el calor abrasador del suroeste de Estados Unidos, varios corredores avanzan a paso firme por el árido desierto de Death Valley. Algunos son atletas profesionales, otros son aficionados que se han propuesto aceptar un reto que jamás olvidarán. Todos ellos están realizando The Speed Project, una maratón de 560 kilómetros entre Los Ángeles y Las Vegas que no tiene reglas, público ni patrocinadores. Pero, sobre todo: es muy peligrosa.
Esta competición se ha ganado la fama de ser una de las carreras más duras y secretas del mundo. No te puedes apuntar en ningúna página web, y hasta una semana antes, nadie sabe la fecha de comienzo. La maratón suele comenzar un día cualquiera a las 04:00 de la madrugada en el muelle de Santa Mónica (condado de Los Ángeles) y el resto es pura aventura.
Una de las características principales de la carrera es que los participantes son responsables de encontrar su propia ruta, nutrición, hidratación y sitios para descansar. Y eso se convierte en un obstáculo gigantesco: hay tramos en los que durante ocho y 10 horas no hay opciones cercanas para reabastecerse de comida o agua, por lo que muchas veces los corredores tienen que sacar fuerzas de donde pueden.
Estar en el Parque Nacional de Death Valley podría llamarse también "estar en medio de la nada". En algunas zonas no hay nada en 30 kilómetros a la redonda y el terreno siempre es el mismo: arena y grava. Como hemos mencionado antes, se trata de una ruta muy árida desde Santa Mónica a Las Vegas que sube a través de Hollywood y Antelope Valley, pasando por un cementerio de aviones en el desierto de Mojave y la ciudad de Inland Empire de Barstow, y a lo largo del borde del Parque Nacional Death Valley hasta llegar a la Ruta 160 hacia Las Vegas.
El calor y la deshidratación: los enemigos del corredor
Sus participantes se tienen que enfrentar no sólo a más de 500 kilómetros, sino a las duras y extremas condiciones atmosféricas. Esta zona de EEUU es considerada como uno de los lugares más cálidos del planeta. Por el día el termómetro alcanza los 50ºC y cuando cae el sol la temperatura se desploma por debajo de los 10ºC. En verano es un infierno abrasador y no hay muchos lugares donde ponerse a la sombra.
Las altas temperaturas hacen que la deshidratación sea uno de los peligros más grandes para los participantes, además de un agotamiento constante. A la llegada a la meta, los corredores no pueden apenas caminar y muchos de ellos se retiran al ver que sus cuerpos están llegando al límite. Ni siquiera beber agua o refrigerarte con hielos es suficiente, hay que tener una resistencia mental de hierro.
"Cuando la policía los detenga, sean súper amables. Y cuando les pregunten qué están haciendo, simplemente digan: ‘somos un grupo de amigos corriendo a Las Vegas’'. No tienen por qué saber nada más ni nada menos", les explica a los corredores Nils Arend, creador de la competición. Arend realizó esta ruta por primera vez en 2013 haciendo relevos con cinco amigos, tres hombres y dos mujeres. Y desde entonces es ese formato de relevos el que se usa para realizar la maratón.
El futuro de la competición
Aunque ahora existen más categorías, que incluyen una modalidad en solitario, una de las más peligrosas. El famoso atleta británico James Poole ha competido en esta modalidad durante los dos últimos años y hace unos meses completó la carrera en menos de 119 horas, acampando en edificios abandonados y alimentándose únicamente de la comida y la bebida de las gasolineras a lo largo de todo el trayecto.
"Corres durante seis horas y estás en la misma carretera. Corres otras seis y sigues ahí. Si estás corriendo 120 kilómetros al día, como lo hice yo, entonces te pasas el día entero en la misma carretera sin girar una sola vez", explica Poole en este artículo de BBC, donde habla de cómo la ruta le llevó a una carretera recta de más de 120 kilómetros de pavimento. "La ruta del TSP es de algún modo bella en su estilo brutal. Hay belleza en todas partes. Todo depende de cómo lo veas. Las estaciones de gasolina son lo más feo que hay, pero son hermosas cuando llegas a ellas", añade.
Sin embargo, y a pesar de ese aura misteriosa y clandestina de la competición, muchos de los atletas más rápidos del mundo y multitud de marcas (como Nike o New Balance) han mostrado su interés en participar en The Speed Project, que este año celebra su décimo aniversario. Los creadores están debatiendo si llevar el evento a Latinoamérica, en este caso a Chile, donde los corredores tendrán que enfrentarse a las extremas condiciones del desierto de Atacama. Sin duda, hay seres humanos que no conocen límite alguno.
Imágenes: Unsplash
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