"Australia" y "serpientes" son términos que muy a menudo caminan de la mano en los medios de comunicación. No sólo porque algunas de las especies más venenosas del planeta se encuentren allí, sino porque tienden a ser ubicuas. El último ejemplo: una pitón moteada, especie autóctona de la isla, logró colarse en la maleta de una turista, viajar a lo largo de más de 15.000 kilómetros, y aparecer en Escocia.
¿Cómo? Es en gran medida una oda al instito de supervivencia. La mujer escocesa viajaba desde Mackay, en Queensland, hasta Glasglow, tras pasar algunas semanas en Australia. La serpiente, de pequeño tamaño, se había parapetado en el interior de un zapato, y había sorteado con éxito las largas horas de trayecto dentro de la maleta. A su llegada a Escocia incluso había cambiado la piel.
¿Por qué? Las particulares características geográficas de Australia la han convertido en un vivero de serpientes. La isla cuenta más de 140 especies terrestres, de las cuales alrededor de un centenar son peligrosas. Es habitual toparse con ellas: el año pasado, los medios locales recogían un inquietante aumento de los avistamientos en entornos urbanos o suburbanos. ¿Los motivos? En parte, el calor. Las casas funcionan como refugio.
Los extremos. Sí: entran en los hogares. La mujer escocesa, por ejemplo, notificó a sus huéspedes la presencia de una serpiente en el interior de su habitación. Al registrarla desapareció: había entrado en la maleta. Las historias son infinitas: hace poco, otra mujer fue picada por una pitón al sentarse en el váter. La serpiente había encontrado en el agua del WC una cómoda protección.
¿Matan? Algunas, aunque no todas. Australia registra unas 3.000 picaduras anuales de serpientes, de las cuales sólo un porcentaje marginal terminan con la muerte de un ser humano. Seis de las once especies más venenosas del mundo viven en Australia. En espacios naturales rehuyen el contacto con las personas, y sólo tienden a atacar si se sienten amenazadas. Pese a ello, están allí.
Algunas de ellas, como la taipán del interior, han sido un misterio para los investigadores hasta muy reciente. Es la serpiente más venenosa del mundo.
Qué hacer. Curiosamente, los huéspedes de la mujer escocesa habían bromeado sobre la ubicuidad de los reptiles en Australia, minusvalorando el alarmismo en torno a la cuestión. Si viajas a la isla y, por algún motivo, te topas con alguna de ellas, se recomienda no tocarlas, no intentar atraparlas y llamar a los servicios especializados para que lidien con el problema. Es decir, mantente al margen.