Los potenciales compradores del último DLC de Assassin's Creed Origins, el modo Discovery Tour, han descubierto que Ubisoft ha decidido censurar los genitales de las estatuas del Antiguo Egipto que en él aparecen. Aunque el juego principal tiene un PEGI 18, el Discovery Tour tiene una “intención educativa”. Como intenta llegar a todos los públicos, también a las aulas, no permite que en el juego haya violencia, pero tampoco nada que pueda ser acusado de incitación sexual.
¿Han tapado todas las obras? La censura de Discovery Tour no se expande a otros formatos: sólo las esculturas aparecen tapadas con conchas, cuando se trata de pinturas y relieves el juego muestra los desnudos respetando la obra original.
¿Era necesario? Assassin's Creed Origins se ha llevado una calificación M (contenido mature o adulto) según el sistema ESRB, por lo que tendría derecho a mostrar desnudos. Cubrir las estatuas digitales en el modo Discovery TOur habría sido una medida de precaución excesiva, pero hay que tener en cuenta que el juego se comercializará en países con sensibilidades culturales muy variadas.
No es la primera vez: Se trata de otra medida que conecta con el clima actual, como el reciente intento de un grupo de feministas de retirar o recontextualizar uno de los cuadros de Balthus expuestos en el Museo Metropolitano de Nueva York.
Una Ubi del siglo XIII: Sin querer, Ubisoft se ha colocado también en la misma posición moral que los cristianos de la época medieval, período en el que el clásico desnudo grecolatino se censuró durante siglos con hojas de parra recordándole a los fieles el inextricable vínculo entre sexo, desnudez y pecado. Fue Miguel Ángel y su David, a principios de s. XVI y dando comienzo al Renacimiento, cuando se empezó a desvincular desnudez y pecado y a retomar el valor del naturalismo como ideal humanístico.
Con excepciones: excepto por la famosa hoja de parra que tuvieron que fabricar para que la Reina Victoria, en pleno siglo XIX, pudiese contemplar la estatua.