Los youtubers están cansados de que la plataforma de vídeos haga cambios sin avisarles ni tener en cuenta la opinión de la comunidad. Tras perder derechos con el último cambio relativo a los ingresos publicitarios y observar cómo YouTube prioriza a las grandes empresas por encima de los creadores particulares, el movimiento FairTube (explicado en este vídeo) ya ha conseguido el apoyo 18.000 youtubers descontentos.
Sindicato youtuber. El youtuber alemán Joerg Sprave tiene un canal dedicado a la review e invención de armas, pistolas y lanzacohetes. Con más de dos millones de suscriptores y harto de sufrir la escasa transparencia de la plataforma de Google, se ha convertido en uno de los impulsores de este movimiento sindical con el que pretende plantar cara a YouTube.
Con 18.000 miembros integrados dentro de la iniciativa, el movimiento apodado como FairTube se ha asociado recientemente con la Unión de Trabajadores del Metal para tratar de cerrar una reunión con YouTube el próximo 23 de agosto. ¿Objetivo? Defender su derecho como miembros activos a participar en las decisiones importantes y a crear un mecanismo para impugnar los vídeos bloqueados o desmonetizados.
¿Por qué? YouTube filtra el contenido subido con un doble objetivo: por un lado proteger los derechos autor de las majors y, por el otro, vigilar que se respetan las políticas de uso. Sin embargo, este sistema además de echar para atrás un vídeo que claramente incumple la normativa, en algunos casos, también elimina la monetización de otros donde todo está en orden.
Por eso los creadores nunca saben a ciencia cierta qué contenido pueden llegar a banearles. El algoritmo que detecta este tipo de infracciones es tan sensible que penaliza por exceso a los creadores para favorecer a las grandes empresas de derechos de autor. Un caso muy representativo de este problema es Guitarraviva, un canal divulgativo al que YouTube ha desmonetizado vídeos antiguos donde lo único que pueden reclamar es que toca dos acordes de una canción conocida. Es decir, ni siquiera suena la melodía, ni se reproduce la canción completa.
Cuando sucede esto, el algoritmo identifica un elemento aislado con copyright dentro del vídeo, pero no se para analizar si realmente está incumpliendo las políticas. Y, aunque tras un primer aviso no sucede nada, al tercero YouTube elimina el canal.
Monetización cerrada. En 2017 YouTube cambió su política de monetización y pasó de un panorama donde los creadores más pequeños podían solicitar a la plataforma la obtención de beneficios a través de la publicidad a otro donde solo los canales con 10.000 visitas podían monetizar. Esta medida sirvió para ampliar aún más la brecha entre los creadores emergentes y las grandes estrellas que, aunque también reciben avisos por copyright, suelen llevarse las campañas de publicidad mejor pagadas.
Falta de transparencia. A pesar de que YouTube tiene colgadas en su blog las condiciones de uso de la plataforma, hay mucha letra pequeña que los creadores desconocen. Por ejemplo, YouTube sostiene dentro de su blog que la sección de Tendencias es un espacio para destacar el talento de los creadores más vistos durante ese día. La realidad dista mucho de esa promesa y ofrece una recopilación del contenido de las discográficas y las cadenas de televisión. Por no hablar de que en este reportaje de Bloomberg, varios ex-trabajadores reconocían que YouTube promovía este tipo de contenido porque sabían que "indignación era igual a atención".
Del mismo modo, FairTube denuncia una falta de comunicación entre los creadores y la plataforma. Comprenden que como empresa privada que es, YouTube es quien debe establecer las reglas del juego, pero al menos piden que les comuniquen los cambios con antelación porque como trabajadores les afectan.
¿Cuál es el rumbo? Conscientes de que no pueden revertir decisiones como que YouTube priorice el canal de Will Smith por encima de otros youtubers que nacieron en la plataforma, desde FairTube aspiran a hacer más sólida esta unión de creadores tomando como referencia el movimiento de los trabajadores de Buzzfeed o los creadores de memes de Instagram.
Quieren hacer entender a la sociedad que el trabajo del creador de contenido es un oficio más que merece tener sus derechos y donde, en este caso YouTube, debería tener en cuenta sus opiniones ya que sin ellos la plataforma de vídeos no sería lo que es. La iniciativa de los creadores de memes plantando cara a Instagram ha abierto la veda de una regulación digital que tarde o temprano acabará por llegar.