El año pasado saltó la polémica cuando un estadounidense logró crear un arma de fuego con una impresora 3D. Conocida como Liberator, pretendía ser un mensaje político a favor de la posesión de armas y el quebradero de cabeza que supondría para el gobierno que, teóricamente, cualquiera pueda crear una pistola que además sería difícil de detectar ya que todo el cuerpo es de plástico.
Amenaza real o no, el tiempo lo dirá, en Reino Unido ya se están preparando para conocer bien cómo funcionan las armas impresas en 3D y ya han realizado las primeras pruebas para evaluar el peligro que conllevan. De momento están tranquilos porque el primer modelo que han fabricado no es capaz de hacer disparar una bala.
A día de hoy las armas impresas en 3D son ilegales en Reino Unido
En el Centro para Ciencias Aplicadas y Tecnología (CAST en sus siglas en inglés) un grupo de científicos e ingenieros trabajan codo con codo para estudiar la tecnología más moderna y actual con el objetivo de entenderla y ver qué implicaciones puede tener así como el riesgo que representa cada una de ellas.
No sólo armas impresas en 3D sino también llaves de esposas creadas con esta tecnología. Lejos del ámbito de la impresión también se estudian vehículos aéreos no identificados, baterías, dispositivos electrónicos e incluso prótesis… El trabajo de este centro es importante porque supone conocer bien la tecnología y explicar los riesgos que pueden entrañar.
De momento la preocupación con las armas creadas con impresoras 3D es mínima ya que se pueden identificar sin problemas con escáneres. No tienen partes metálicas, es cierto, pero la forma de éstas se puede reconocer sin problemas con estas herramientas. Aún con todas las dudas, en Reino Unido son tajantes: la legislación actual (revisada en noviembre) prohíbe el uso de armas de fuego impresas
Vía | News Scientist
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