Un grupo de investigadores de la Universidad de Harvard lleva tiempo trabajando en un método para poder imprimir microbaterías de Ión Litio del tamaño de un grano de arena en una impresora 3D.
La batería, más delgada que un pelo humano, podría proporcionar electricidad a dispositivos de tamaño diminuto como implantes médicos o nanosensores. Ahora ese proceso se ha pulido con dos avances importantes.
El primero de ellos consiste en unas tintas que se pueden solidificar formando baterías y componentes simples como electrodos, cables y antenas. El segundo, el diseño de extrusores que permiten obtener esas microbaterías a partir de impresoras 3D industriales.
Esta tecnología podría acelerar la producción de este tipo de componentes ya que es capaz de despositar la tinta necesaria para que se construyan cientos de microbaterías al mismo tiempo. Además funciona a temperatura ambiente, lo que permite imprimir esos materiales en plástico sin causar daños.
Las primeras microbaterías --la revolución está en la forma en que se fabrican, afirman sus desarrolladores-- tienen un tamaño de un milímetro cuadrado pero se comportan tan bien como las baterías comerciales. El secreto está en que es posible trasladar el diseño de baterías de mucho mayor tamaño a una escala microscópica en la cual se manejan precisiones de 100 nanómetros.
Vía | MIT Technology Review En Xataka | Witbox, la impresora 3D española ya tiene precio y fecha de lanzamiento
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