Aunque ya habían aparecido soluciones en este sentido, un nuevo proyecto llamado PiScreen que busca financiación colectiva permite acoplar una pantalla TFT de 3,5 pulgadas a las Raspberry Pi de una forma más adecuada.
La pantalla, que tiene una resolución de 480x320 píxeles, es táctil, y sus desarrolladores permiten a los usuarios apostar por la versión para montar por parte de los usuarios, y otra en la que la pantalla ya está acoplada a una Raspberry Pi.
El proyecto lleva ya varios días en Kickstarter, donde sus responsables ya han superado con creces su objetivo inicial, que era modesto: de los 4.400 dólares buscados ya han pasado a más de 46.000 dólares, y aún quedan 10 días para que la campaña finalice.
El kit "para manitas" con los componentes --es necesario realizar algunas soldaduras-- cuesta 55 dólares australianos (más otros 15 AUD de gastos de envío), mientras que la versión de 65 AUD ya está ensambada y no necesita soldadura.
Hay otras versiones, como una de 85 AUD (más gastos de envío) con una tarjeta SD de 4 GB con Raspbian preinstalado y los drivers de la pantalla táctil precargados. Todas ellas llegarán en junio de 2014, y premitirán a los usuarios acceder a prestaciones interesantes cuando la conexión a un monitor o el acceso SSH --métodos tradicionales de gestión de las RPi-- no sean suficientes.
Más información | PiScreen en Kickstarter
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