Todos los seres de este planeta vivimos ajustados a un ritmo, que está marcado en lo más profundo de nuestras células. Es lo que conocemos como ritmo circadiano y para la mayoría de mamíferos se ajusta según el sol. Pero, a veces, este ritmo no encaja con el tiempo externo.
En esos casos, el desajuste puede ser el causante de importantes enfermedades. Entender cómo funciona nuestro reloj interno es muy importante para poder actuar en tales casos. Un nuevo test asegura que puede conocer nuestro "horario interno" con una precisión de hora y media, y con tan solo dos muestras de sangre.
Así funciona un test de relojero circadiano
Medir el reloj interno es complicado. Nuestro ritmo circadiano dirige la hora a la que comemos, a la que dormimos, incluso determina cuándo vamos al baño. Salirnos de estos ritmos puede provocar malestar o, incluso, enfermedades graves. Pero, ¿por qué se desajusta nuestro ritmo circadiano?
Los científicos trabajan para entender las diferencias entre estas dos líneas temporales. Pero determinar "qué hora es en nuestro cuerpo" es mucho más difícil de lo que parece. O lo era, porque un reciente método desarrollado por el instituto Northwestern Medicine promete hacerlo con tan solo dos muestras de sangre.
El método más habitual para conocer "la hora interna" consiste en hacer una serie de cuestionarios, algo que no es muy preciso. Otro método utiliza muestras de sangre, las cuales se toman a lo largo de un día de manera regular. De estas muestras se obtienen mediciones de ciertos metabolitos concretos, los cuales aparecen asociados al "tiempo interno". Esto nos sirve para determinar con cierta precisión el ritmo fisiológico.
El nuevo test del que hablábamos, denominado TimeSignature, afirma necesitar solo dos muestras de sangre. En ellas se buscan hasta 40 marcadores moleculares asociados con la expresión genética. Estos 40 marcadores surgen de décadas de trabajo en los que se han analizado mediante machine-learning más de 20.000 genes y su asociación con el ritmo circadiano.
Además, sus creadores aseguran que el test funciona independientemente de la situación del paciente: no importa si esa noche no ha dormido o si se encuentra mal. Con las dos muestras de sangre, obtenidas en cualquier momento, el algoritmo desarrollado permite determinar el valor del "reloj" interno con una hora y media de variación.
A tu reloj biológico le da igual lo que marquen las manecillas
Los seres vivos que vivimos bajo la luz del sol estamos condicionados por este astro. Sus rayos determinan el transcurrir de nuestro día interno. Eso no quiere decir que todos los seres vivos (ni tan siquiera de la misma especie) tengan el reloj ajustado a la misma hora.
Por ejemplo, hay personas que son vespertinas, y están más activas por la noche; y personas matutinas, que se sienten somnolientas a medida que avanza la tarde. Uno de los mecanismos mejor conocidos de nuestro ritmo circadiano es el de la melatonina, una hormona encontrada en seres humanos, animales, plantas, hongos y bacterias, así como en algunas algas.
En seres humanos sirve para regular el ciclo diario de sueño, alimentación y otros procesos neurofisiológicos importantes. Su producción se regula según la luz del sol en nuestra especie, y varía de forma muy precisa. Sin embargo, una disfunción en la glándula pineal o el cambio de hábitos puede cambiar el ciclo, descontrolando la producción de melatonina. Una manifestación muy clara ocurre en el fenómeno del jet-lag.
Esto ocurre de manera más o menos natural a la edad de treinta años, y se acentúa con la edad. El resultado es que nuestro reloj interno se desajusta con respecto a las horas de luz. Esto puede sobrellevarse bien con buenos hábitos. Sin embargo, en ocasiones, este desajuste provoca problemas muy serios en la salud de las personas.
La importancia de un reloj bien ajustado
Insomnio, depresión, somnolencia, torpeza, malestar, fiebre, brotes psicóticos, fallo multiorgánico... todo esto puede ocurrir cuando nuestro ritmo circadiano se vuelve loco. Si bien es difícil llegar a las consecuencias más graves, el problema de que nuestro biorritmo no esté bien ajustado puede desencadenar o acelerar otros procesos que se van a cumulando en contra de nuestra salud.
Por tanto, conocer nuestra hora interna y su "desfase" puede ser esencial para comprender una patología. Pero no solo sirve para solucionar un problema. Los test de ritmo circadiano pueden ayudar mucho en la moderna medicina personalizada. En un futuro no muy lejano, muchos tratamientos estarán diseñados para cada paciente en concreto.
Esto también necesitará de los datos de biorritmos: por ejemplo, un nutricionista podría utilizar esta información en beneficio del paciente. Lo mismo podría ocurrir con un médico, quien decidiría el mejor momento para aplicar un tratamiento según el "horario interno" del paciente.
Por último, a medida que vamos descubriendo más sobre este mecanismo, entendemos mejor qué implicación tiene para la salud. Todavía sabemos muy poco de nuestro propio biorritmo en comparación con otros procesos biológicos. ¿Quién sabe si el reloj interno no nos dará nuevas sorpresas sobre nuestra salud? Por suerte, cuanto más fácil sea medirlo, más sencillo será desvelar estos secretos.
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