A veces, las historias de ficción tienen la capacidad de inocular una idea a toda una generación. Hace 25 años, ‘Jurassic Park’ lo consiguió. Pese a sus errores científicos y sus problemas técnicos, ‘Parque Jurásico’ inspiró hornadas enteras de paleontólogos… e ingenieros genéticos.
Quizás sea eso lo que nos diferencia de 1993, que hoy "tenemos todo tipo de herramientas de modificación biológica. La posibilidad de crear un dinosaurio existe ahora mismo”, decía Jack Horner hace unas semanas y reanimaba un debate que llega hasta ahora mismo. Justo cuando el Congreso de los Diputados español publica un Listado de especies extinguidas en todo el medio natural español en los últimos años: ¿Deberíamos traer de vuelta a los dinosaurios?
La extinción no tiene por qué ser para siempre
Jack Horner es un viejo conocido de Xataka. Hace unos meses hablamos con él y nos confirmaba que seguía defendiendo la idea que le había hecho famoso: que traer de vuelta los dinosaurios no solo era posible sino deseable. “Probablemente no serán copias exactas de especies extintas, sino algún tipo de transgénico”, nos decía. Pero habrá dinosaurios en el futuro porque, como insistía, “no veo razón alguna para no crear diferentes tipos de animales, la cría de perros ya es una forma de ingeniería genética”.
A finales de 2017, Helen Pilcher publicaba ‘Que vuelva el rey’, un libro en el que iba incluso un paso más allá y analizaba la posibilidad de resucitar a los dinosaurios, animales extintos o a especies humanas ya desaparecidas como los neandertales y los hombrecillos de las Flores. Pilcher se preguntaba si podríamos resucitar (o, por usar la palabra de moda, desextinguir) a individuos concretos. La portada de ‘Que vuelva el Rey’ lleva a Elvis montado en un T-Rex.
Cuando Darwin cierra una puerta, Mendel abre una ventana
Parece cosa de ciencia ficción, pero el asunto es que ahora mismo no lo es. Un ejemplo: el prólogo español del libro de Pilcher está escrito por Alberto Fernández-Arias, cuyo equipo fue capaz de traer de vuelta al búcaro en 2003. Podemos decir, de hecho, que esta cabra montesa del Pirineo es la única especie del mundo que se ha extinguido dos veces.
Hay más ejemplos. El que está de moda, sin lugar a dudas, es el del rinoceronte blanco. En marzo de este año, Sudan, el último rinoceronte de esta subespecie africana murió rodeado por los soldados keniatas que protegían su vida de los cazadores furtivos.
El interés mediático de la muerte de Sudan hizo que numerosos laboratorios fijaran su mirada en su especie: con dos hembras aún vivas, la posibilidad de emplear las mejores técnicas disponibles para resucitarlo con la aprobación del público eran algo demasiado goloso para dejarlo pasar. Los estudios que anunciaban la viabilidad de esa intervención no se hicieron esperar.
Un futuro cercano lleno de oportunidades (y de peligros)
Y es que lo realmente nuevo de la época que nos está tocando vivir es precisamente eso: los discursos de los gurús que nos hablan de futuro se han topado con técnicas que hacen ese futuro viable. Si no ahora, en muy poco tiempo. Horner llevaba años hablando de cómo deconstruir un pollo, pero en 2015 un equipo de científicos sencillamente lo hizo (o algo muy parecido). Así que la cuestión no es si podemos.
La cuestión es cómo lo hacemos. La accesibilidad de las técnicas de modificación genética, sin ser tan grande como algunos pretenden, sí que ponen a disposición de muchos investigadores la posibilidad de iniciar este camino hacia de desextinción. O sea, que muy probablemente hacerse, se hará. Serán transgénicos cíbridos (híbrido citoplasmático en el que se combina una célula completa con otra sin núcleo) como nos decía Horner o cualquier otra cosa, pero ya casi nadie duda que es cuestión de tiempo que veamos "nuevos dinosaurios", "nuevos rinocerontes" o "nuevas dodos".
Anticiparse al futuro
Sea cual sea, parece claro que necesitamos dar un marco legal y ético a estas nuevas tecnologías. Como muchos científicos defienden, no deja de ser cruel traer al mundo a seres disfuncionales y desconectados, especies cuyos hábitats desaparecieron hace millones de años y que su única función será ser animales de circo.
Y yendo un paso más allá. "Si traemos un mamut o una paloma, existe un muy buen marco ético y legal sobre cómo tratar a los animales de investigación", decía No tenemos muy buenas consideraciones éticas para crear y mantener a una persona en un laboratorio ", sostenía Jacob Sherkow, miembro del Stanford Center for Law and the Biosciences. Eso no ocurre en otros casos. "Traer de vuelta a un homínido plantea la pregunta: ¿Es una persona?".
Las preguntas están encima de la mesa, ya solo queda esperar que seamos capaces de tener las respuestas antes de que tengamos Tiranosaurios rex paseando por la calle.
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