Un grupo de investigadores de la Universidad de Stanford tomó esta semana una decisión singular: publicar en GitHub la secuencia de las vacunas ARNm de Moderna para la COVID-19.
Este hito es significativo, sobre todo en un segmento como el farmacéutico en el que este tipo de información suele ser un absoluto tesoro. ¿El problema? Que aunque sea muy intersante poder acceder a esos datos, eso no significa que ahora cualquiera pueda fabricarse vacunas en casa. La realidad ahí es bien distinta, y solo unas pocas empresas son capaces de hacerlo.
De fabricar vacunas en casa, nada
Ahí está, en GitHub, disponible para todos. No una, sino dos secuencias ARNm de las vacunas BNT-162b2 (BioNTech/Pfizer) y mRNA-1273 (Moderna) que se han desarrollado para combatir la pandemia de COVID-19.
Las vacunas ARNm llevan investigándose durante años, pero es ahora cuando han planteado una verdadera revolución. Dichas vacunas entregan información genética con la que nuestras células son capaces de fabricar una proteina viral.
Al hacerlo, nuestro sistema inmunológico se activa para luchar contra esa proteina, algo que permite "entrenar" a este sistema para luchar contra el coronavirus si al final resultamos contagiarnos. Aunque la secuencia ARNm se desintegra rápidamente, los anticuerpos se mantienen ahí, preparados como una línea de defensa ante un potencial contagio.
Las secuencias ARNm publicadas por estos investigadores son algo así como el código fuente de la vacuna, y junto a ella aparecen dos páginas en la que este grupo explica sus motivos para publicarlas.
El más relevante, explican, es el de "permitir a farmacéuticos e investigadores usar aproximaciones a la secuenciación para identificar rápidamente estas secuencias como derivadas de tratamientos terapéuticos, y no como infecciosas en origen".
Los expertos advierten, eso sí, de algo importante: tener disponibles esas secuencias no hace que cualquier ahora pueda ponerse a fabricarse vacunas desde casa.
La cadena de procesos y componentes necesarios para fabricar estas vacunas es enorme, y hace necesarias instalaciones altamente especializadas y también la combinación de ARNm y lípidos entre nanopartículas lipídicas que solo unos pocos cientos de expertos en todo el mundo saben realizar.
Vía | Gizmodo
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