Antes de que acabe la década, seis de las siete centrales nucleares del Reino Unido se desconectarán de la red. La séptima, Sizewell B, cerrará en 2035. Es decir, se enfrenta al mismo problema que tienen la mayoría de países europeos: un deadline nuclear que les obliga a tomar decisiones sobre su futuro energético.
Lo que no es tan común es la decisión que están sondeando. Y es que un consorcio liderado por Rolls Royce (con el apoyo del gobierno británico) está estudiando un plan para construir hasta 16 mini centrales nucleares por todo el país en un plazo de 20 años que permitan alcanzar las cero emisiones antes de 2050.
Una central nuclear por piezas
La idea con la que trabaja con el consorcio (que incluye además de Rolls Royce a actores como National Nuclear Laboratory o la constructora Laing O'Rourke) es rediseñar las centrales nucleares como su fueran un enorme LEGO energético. En lugar de construir centrales enormes, su enfoque se centra en generar módulos prefabricados que puedan usarse en la construcción de centrales en miniatura.
Formulado así puede ser más sencillo de lo que parece, pero hay que tener en cuenta que hablamos de una central nuclear; es decir, es complicado. Se trata de poder fabricar los componentes de la central de forma centralizada, sí; pero aún así son series de cientos de módulos que se envían por carretera y se ensamblan en el destino final.
El motivo no es otro que tratar de resolver uno de los grandes problemas de la energía nuclear: que la inversión inicial es desorbitada. Son proyectos faraónicos con una complejidad enorme y unos estándares de seguridad altísimos. Cosas que, además, no son opcionales y en las que no se puede escatimar. Por ello, el enfoque del consorcio es llevar a la ingeniería nuclear el concepto de "prêt-à-porter": en lugar de hacer una central a medida en cada lugar se confecciona con módulos estándar.
El proyecto está en una fase muy inicial y los plazos están diseñados para que casen con el cierre de las plantas que actualmente están en funcionamiento. Si todo va según sus planes, la primera de estas miniplantas modulares entraría en funcionamiento para 2030 y, a partir de ese momento, se construirían dos al año. Cada una produciría unos 440 megavatios de electricidad y costarían unos 2.000 millones de libras cada una. Eso sí, en este precio no están metidos los costes de desarrollar la tecnología.
El proyecto es interesante, pero no todo es un camino de rosas. Aunque hay análisis independientes que avalan las cifras del consorcio, pero otros señalan que la energía que producirán será hasta un tercio más cara. Veremos qué nos depara el futuro, cuáles son sus resultados y sus estándares de seguridad; pero con proyecto así parece claro que la energía nuclear está lejos de estar muerta.
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