A día de hoy estamos viviendo un cierto crecimiento de dispositivos que catalogamos como cuantificadores que nos ayudan a hacer un seguimiento del ejercicio que hacemos pero la biotecnología está yendo un paso más allá.
Hablamos de la integración del Internet de las cosas en el campo de la medicina gracias a sensores tan finos como un tatuaje que pueden ayudar a los médicos a realizar un seguimiento en todo momento de la salud del paciente.
De hecho, científicos de EE.UU., Suiza y Corea ya están probando diversos prototipos: un sensor de temperatura, otro en forma de lentilla que monitoriza la posible existencia de glaucoma, un marcapasos alrededor del corazón que funciona cuando es necesario o bien un implante que controla el dolor tras una operación y se disuelve sin causar daño cuando ya no se necesita.
Tecnología flexible, la base de esta biotecnología
A día de hoy esos dispositivos que se están probando en distintos laboratorios de Estados Unidos, Suiza y Corea son posibles gracias a los avances en electrónica flexible y ultradelgada. De esta manera se evita tener que "enchufar" al paciente a máquinas vía cables de los sensores o de alimentación para los mismos.
A día de hoy tenemos sensores básicos que están incorporados en pulseras y que son capaces de controlar el ejercicio que hacemos o incluso el pulso cardíaco como por ejemplo en Gear Fit de Samsung. Sin embargo la llegada de aplicaciones médicas más sofisticadas harán que los dispositivos inalámbricos sean capaz de monitorizar los signos vitales de forma más continua.
Los investigadores comentan que aún podríamos estar a una década hasta que los implantes electrónicos flexibles se aprueben para los humanos, pero este tipo de parches digitales prometen hacer el seguimiento de las constantes del paciente más portátil y un procedimiento menos intrusivo.
Lo que está por venir
El Dr. Rogers y sus colegas han sido capaces de reducir el equipamiento para realizar un electrocardiograma, que habitualmente requiere un carrito con un dispositivo de monitorización y un cierto número de conexiones a modo de parches que se sitúan en el paciente.
De ello han pasado a un pequeño parche a modo de tirita que se queda adherido a la piel del paciente y que transmite los datos de manera inalámbrica. También están probando un termómetro digital capaz de detectar cambios del metabolismo al minuto gracias a las variaciones del calor corporal.
Otro de los avances en este campo serán los sensores capaces de dispensar medicación. Investigadores de la Seoul National University en Korea han informado que están trabajando en un parche que podría llevarse en la muñeca y que ayuda a personas con Parkinson al detectar cuándo es necesaria más medicación.
al poder almacenar y transmitir información sobre los movimientos del paciente y recibir información diagnóstica con la que se dispensaría la medicación correspondiente de manera automática.
Según el bioingeniero Yonggang Huang de la Universidad de Northwestern, a día de hoy cuando te sientes mal vas al hospital o al médico a que te hagan un chequeo porque es necesario equipo que no puedes llevarte a casa. Y esto ya está cambiando.
Otro avance se está produciendo en Suiza (Swiss Federal Institute of Technology), donde ya trabajan en unas lentes de contacto que podrían monitorizar la llegada de un posible glaucoma.
De hecho han sido capaces de crear circuitos flexibles capaces de ser enrollados alrededor de un pelo humano sin romperse ni causar problemas. La investigación que llevan a cabo incluye la fabricación de circuitos transparentes en un polímero plástico conocido como parylene que sólo tiene 1 micra de grosor.
De esta manera han sido capaces de crear un medidor de estrés del ojo que puede monitorizar la presión y todo ello con forma de lente de contacto transparente. Otra de las aplicaciones es un tatuaje que puede monitorizar el pulso cardiaco enviando los datos de forma inalámbrica a un smartphone.
Además de este tipo de dispositivos y otras aplicaciones que veremos de cara al futuro también se está trabajando en pequeños dispositivos biodegradables, es decir, que pueden disolverse en agua o fluidos corporales tras pasar días, meses o años.
La electrónica convencional se construye con la idea de durar lo máximo posible, pero en la medicina hay diagnósticos que requieren tratamientos temporales como por ejemplo curar una herida, que se suelde un hueso o incluso el tratamiento de un tumor. Para este tipo de problemas es interesante disponer de dispositivos biodegradables.
Ya se está trabajando en dispositivos fabricados con seda, finas capas de silicio poroso y electrodos de materiales como magnesio todo ello capaz de ser reabsorbido por el cuerpo, sin ser tóxico, y en cantidades más pequeñas que muchos suplementos vitamínicos.
En la Universidad Nacional de Seúl ya han desarrollado una tirita inteligente que puede medir la información de la actividad muscular y liberar medicina de manera acorde a dichos datos. Y también han probado un dispositivo en ratones utilizándolo para liberar bactericida a un ritmo pre-establecido sobre heridas a modo de tirita de seda que el cuerpo reabsorbe sin problemas una vez curada la herida y habiendo evitado cualquier tipo de infección de la misma en el proceso.
Vía | Wall Street Journal.
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