Sacar a la pseudociencia de las universidades y los centros sanitarios de toda España. Esa es la intención del 'Plan de Protección de la Salud frente a las Pseudoterapias' que han presentado hoy María Luisa Carcedo, ministra de Sanidad, y Pedro Duque, ministro de Ciencia y Universidades.
La iniciativa incluye cosas como la prohibición de que los centros sanitarios incluyan pseudoterapias en su cartera de servicio (Carcedo ha anunciado que si lo hacen no podrán denominarse de esa forma) o la supervisión del Instituto de Salud Carlos III de todos los títulos de grado y máster para eliminar ideas sin evidencia científica. Es un paso interesante, pero con demasiadas cosas por definir.
Líneas maestras del plan del Gobierno
La piedra maestra del plan del Gobierno es considerar a las pseudoterapias como algo que “afecta negativamente a la salud, sea perpetuando algunas dolencias, generando otras o, incluso, aumentando el riesgo de muerte”. Doctrinas que “favorecen el retraso o la sustitución de tratamientos convencionales cuya eficacia y seguridad sí está probada” o que, en el mejor de los casos, “reducen la efectividad de éstos”.
Para ello y con la ayuda de la APETP, Círculo Escéptico, Farmaciencia, RedUNE y la ARP - Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico, han desarrollado un Plan tiene cuatro ejes fundamentales. El primero compromete todas los instrumentos gubernamentales para “generar y difundir información basada en el conocimiento y la evidencia científica” creando “alianzas con las sociedades científicas, los colegios profesionales, las universidades, el movimiento asociativo y la sociedad civil”.
El segundo intentará “evitar la publicidad engañosa” modificando la legislación vigente para apuntalar “la necesidad de que las personas estén informadas” sobre la evidencia científica de los tratamientos disponibles. El tercer eje, como comentaba, conlleva “eliminar las pseudoterapias de los centros sanitarios” y quiere frenar el intrusismo en el área sanitaria.
Por último el Plan tratará de expulsar todo rastro de pseudociencia de las universidades. Aunque esto parece sencillo para títulos que tengan autorización previa (grados y másteres), es complicado de encajar con la autonomía universitaria.
Un objetivo más difícil de lo que parece
Este es solo uno de los escollos del plan del Gobierno que está muy lejos de ser “un documento cerrado”. Y lo está por buenos motivos: durante estos años hemos podido comprobar que el sistema tiene muchos problemas para compatibilizar la lucha contra las pseudociencias con la defensa de la libertad de expresión, investigación o la autonomía del paciente.
En este sentido, aunque hay medidas parciales que pueden ayudar a mejorar la situación de impunidad de la que gozan charlatanes en este momento, un plan que verdaderamente intente proteger la salud frente a las pseudoterapias tiene que ir más. Y el Gobierno lo sabe.
«Este Plan frente a las pseudoterapias es la primera medida de un programa más amplio a favor de la evidencia científica. No solo en el ámbito sanitario, sino en todos los ámbitos del conocimiento», explicaba el propio Duque. En definitiva, parece un paso en la buena dirección, pero queda ver si pasaremos de las palabras a los hechos.
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