Adiós al teléfono y a la convergencia basada en Ubuntu: Canonical tira la toalla y vuelve a GNOME

Han pasado ya más de seis años desde que Mark Shuttleworth hablara por primera vez de llevar Ubuntu a teléfonos, televisores, coches o frigoríficos. La convergencia era el objetivo de Canonical, y durante algún tiempo el sueño estuvo vivo con proyectos como aquel fracaso triunfal llamado Ubuntu Edge.

Ese sueño, no obstante, se ha truncado hoy. El creador de Canonical y de Ubuntu ha anunciado que a partir de ahora se dedicarán a hacer que Ubuntu logre triunfar en la nube y en la internet de las cosas, abandonando así el proyecto de conquistar dispositivos móviles convergentes. El entorno de escritorio Unity8 que iba a ser centro de esa experiencia también muere, y Ubuntu volverá años después al popular GNOME.

Canonical tira la toalla con la convergencia

Será en Ubuntu 18.04 LTS cuando veamos esa vuelta del entorno de escritorio GNOME en la que probablemente es la distribución Linux más conocida en todo el mundo, pero con ese paso también dicen adiós a un proyecto que era tan ambicioso como complejo. No en vano ni la mismísima Microsoft, con un concepto similar con Windows 10, ha logrado que la idea cuajara (al menos, de momento) en móviles. Como veíamos en nuestro análisis de la plataforma hace años, había mucho por hacer tanto entonces como ahora:

Para Mark Shuttleworth era posible desarrollar una plataforma convergente con Software Libre tanto para usuarios finales como para la empresa, pero finalmente ha tenido que reconocer que no se ha podido llegar a esa meta. "En la comunidad [de usuarios] nuestros esfuerzos se han visto como fragmentación, no como innovación. Y la industria no se ha sumado a esa posibilidad, tomando en lugar de eso un "mejor lo malo conocido" para esos formatos de producto", afirmaba en esa triste rendición este emprendedor.

Para Ubuntu ahora empieza una nueva etapa en la que el foco estará por completo en la nube y en la internet de las cosas. El crecimiento de Ubuntu en servidores y en infraestructura para la nube es evidente, y es ahí donde está el negocio, algo que reconocía el propio Shuttleworth:

Esta ha sido personalmente una decisión muy difícil, por mi fuerte convicción en el futuro de la convergencia, y por mi relación personal con el producto y con la gente, siendo ambos increíbles. Nos sentimos como una familia, pero esta elección esta perfilada por limitaciones comerciales, y eso hace que sea difícil reconciliar esa convicción y esa relación con el producto.

Será interesante ver cómo evoluciona Ubuntu ahora que vuelve a hacer uso del entorno de escritorio que prefirió abandonar hace unos años —existe una versión derivada de Ubuntu basada en GNOME, aunque no haya sido la principal en todo este tiempo—, pero a buen seguro contaremos con todas las fortalezas de esta distribución reenfocadas a esos nuevos objetivos.

Qué pena, señores lectores. Qué pena.

Vía | Ubuntu Insights
En Xataka | Canonical se centra en los snaps y el IoT mientras lleva a Ubuntu Touch al banquillo

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