Fortnite ha desaparecido de la App Store y de Google Play. Epic ha querido evitar el pago de comisiones en ambas tiendas, y eso ha provocado que tanto Apple como Google la baneen. El asunto, por supuesto, ha traído cola y ha provocado una rápida y premeditada respuesta de Epic, que ha demandado a Apple (y solo a Apple) y ha parodiado el mítico anuncio de '1984' para atacar sus prácticas con la App Store.
Google, aun estando implicada, es actor secundario de una situación que lleva años fraguándose y que ahora tiene a Apple en el punto de mira. La obsesión por el control de la empresa y sus inflexibles términos con su App Store han ido generando más y más críticas e incluso una investigación por parte de la Unión Europea. Apple quiere que todos comamos lentejas, pero algunos se empiezan a negar en rotundo (o se las comen de mala gana).
Son lentejas
El iPhone no planteó una revolución, sino dos. La primera, sin duda, la del propio dispositivo, que planteaba un nuevo formato y una nueva forma de concebir el teléfono como mucho más que un teléfono. La segunda, un año después, fue la App Store.
La tienda de aplicaciones de Apple se convirtió en un imprescindible componente de la experiencia iPhone. Sin ella no era posible instalar nuevo software, y el desarrollo y gestión de ese apartado motivó la creación de una jugosa comisión para Apple, que desde 2008 se ha llevado el 30% de todas las aplicaciones y compras in-app que se han realizado en sus dispositivos con iOS (es decir, iPhone, pero también iPad).
La App Store también se lleva esa comisión del 30% en el caso de las sucripciones a aplicaciones y juegos de la App Store, pero solo durante el primer año: tras ese periodo la comisión baja al 15%.
Esa comisión ha sido objeto de muchas críticas y mucho debate. El congresista David Cicilline, que recientemente lideró el escrutinio a cuatro de las grandes tecnológicas actuales (Apple, Facebook, Amazon y Google), diría tras el proceso en una entrevista que la posición dominante de Apple le permite "cobrar una renta desorbitada -un robo a mano armada, básicamente- intimidando a la gente para que pague el 30 por ciento o negando el acceso a su mercado".
En ese escrutinio público se realizaron algunas declaraciones interesantes sobre los modelos de negocio de estas empresas, y de hecho uno de los congresistas, Val Demings, indicó que debido a su modelo de negocio con la App Store, "temo que las políticas de Apple están sirviendo para elegir ganadores y perdedores en la economía de las aplicaciones, y que las reglas de Apple significan que las aplicaciones de Apple siempre ganan".
Es es de hecho el problema: no hay otra forma de acceder a los usuarios de los iPhone y de los iPad que a través de la App Store, y eso es una realidad tanto para las grandes empresas de desarrollo como para pequeños desarrolladores independientes. Para todos ellos la situación se ajusta al célebre "son lentejas. O las comes, o las dejas".
La situación en la plataforma Android de Google es distinta. Su tienda, la Play Store, aplica también esas mismas comisiones, pero en teléfonos y tabletas Android uno puede instalar aplicaciones de forma externa. Así, es posible descargar e instalar un paquete de instalación de las aplicaciones android (que vienen en ficheros .APK) y también es posible hacerlo a través de tiendas de aplicaciones de terceros.
La situación de Apple es por tanto especialmente llamativa, y aunque las críticas y el debate sobre ese teórico monopolio llevan años produciéndose, nadie había logrado hacer que la idea se tambaleara. No al menos hasta que Spotify se quejara a Apple cuando esta lanzó Apple Music en 2016 y dejara su servicio en clara desventaja ante los usuarios de iOS.
La propia Spotify tuvo que subir un 30% el precio de su servicio cuando se contrataba desde iOS respecto a otras alternativas precisamente por este motivo: el sobrecoste acababa pagándolo el usuario. Para Apple Spotify buscaba un trato preferente.
En 2015 Spotify lanzó una agresiva promoción que ofrecía tres meses de suscripción premium por 0,99 dólares, pero solo si se contrataba de manera externa a Apple Store. Apple amenazó con eliminar la aplicación de la tienda, y ambas estuvieron peleando por una comisión que Apple ha seguido defendiendo a capa y espada a pesar de la posterior demanda de Spotify.
Para Apple el argumento era evidente y pronto daban respuesta a los comentarios de Daniel Ek, creador de Spotify. Para Apple esa empresa, decían, "quieren todos los beneficios de una aplicación gratuita sin serlo". Además, destacaban, la publicidad que se distribuye en esa plataforma no genera ingresos para Apple.
Esa batalla se ha mantenido en segundo plano y durante este tiempo ha sido clara referencia en este debate, pero ha habido otros casos mucho más recientes. Entre ellos está el de The Omni Group, una empresa de desarrollo que tuvo que despedir a varios de sus empleados.
Uno de ellos, Brent Simmons, explicaba que "la diferencia entre el 30% y algo razonable como el 10% hubiera significado probablemente que algunos de mis amigos seguirían teniendo sus trabajos en Omni, y que Omni habría tenido más recursos para dedicarse a desarrollar, probar y mantener sus aplicaciones".
Sin embargo y como indican en Tidbits, algo es claro y patente en esta situación: este modelo ha hecho que muchos desarrolladores y empresas hayan logrado convertirse en lo que son y ganarse la vida gracias a este modelo. Los puestos de trabajo que se han generado directa y sobre todo indirectamente tras la creación y puesta en marcha de la App Store y los miles de millones de dólares que han recibido son testimonio del éxito de esta plataforma.
Los problemas con Apple y su comisión también han llevado a que Netflix también retirase sus sucripciones a través de su aplicación en iOS, aunque el caso más llamativo de los últimos meses lo tenemos en HEY, ese cliente de correo electrónico desarrollado por Basecamp que se negó a pasar por el aro. Acabó haciéndolo tras llegar a un acuerdo con Apple, no sin que antes el creador de HEY llamara a los responsables de Apple "mafiosos".
Hasta la Unión Europea ha acabado metiendo baza, y recientemente ha iniciado una investigación contra Apple por prácticas antimonopolio en la App Store y en Apple Pay. Para evitar problemas se rumoreó a principios de 2020 que Apple podría abrir su ecosistema, algo que tras los últimos acontecimientos parece poco probable.
Epic ataca y contraataca
Y así llegamos a los acontecimientos que se produjeron ayer y que desde luego parecían mostrar a una Epic dispuesta para la batalla. Tras introducir cambios en Fortnite que evitaban que tanto Google como Apple se llevaran comisión por las compras dentro del juego, la empresa de Cupertino baneó Fortnite de la App Store, algo que poco después también hizo Google.
En Epic, como decíamos, todo parecía estar planeado. Esperaban ese baneo de la App Store y de Play Store, y pronto respondieron a la desaparición de su aplicación de estas tiendas, aunque se centraron específicamente en Apple no con un contraataque, sino con dos.
El primero, una demanda legal contra Apple. La segunda, con mucha saña, la publicación de un vídeo en tono de parodia que emulaba el célebre anuncio "1984" con el que Apple presentó el Macintosh. Epic le daba la vuelta a la tortilla y ponía a Apple en el papel de los malos, con los personajes de Fortnite luchando por romper con ese régimen establecido por Apple con su App Store.
En la demanda, eso sí, Epic indica que las prácticas de Apple han causado y siguen causando daños financieros a Epic, pero la empresa no busca ahora compensación económica. De hecho lo único que persiguen es que termine el dominio de Apple de mercados tecnológicos clave y abran ese ecosistema para que los dispositivos móviles de Apple estén abiertos a cierta competencia en la distribución de software, como lo hacen sus ordenadores personales y portátiles.
Todo esto, por cierto, viene de una empresa que ya ha realizado un movimiento similar en el mundo de los videojuegos, donde Steam se había convertido en la alternativa de referencia para la distribución de juegos en PC.
La aparición de la Epic Games Store y su agresiva política de precios y comisiones ha hecho que de repente este nuevo actor vaya ganando una relevancia singular.
En Xataka nos hemos puesto en contacto con Google y Apple para tratar de recoger aclaraciones y más detalles sobre esa postura. Los responsables de Google han emitido el siguiente comunicado:
"El ecosistema abierto de Android permite a los desarrolladores distribuir aplicaciones a través de múltiples tiendas de aplicaciones. Para los desarrolladores de juegos que eligen usar Play Store, tenemos políticas consistentes que son justas para los desarrolladores y mantienen la tienda segura para los usuarios. Aunque Fortnite sigue disponible en Android, ya no puede estar disponible en Play porque incumple nuestras políticas. Sin embargo, agradecemos la oportunidad de continuar nuestras conversaciones con Epic y traer Fortnite de nuevo a Google Play"
Apple también ha emitido su comunicado, en el cual lamentan la decisión de Epic y critican cómo ha cambiado de postura al dejar de aceptar los términos y condiciones de su App Store:
"Hoy, Epic Games ha dado el desafortunado paso de violar las pautas de la App Store que se aplican por igual a todos los desarrolladores y están diseñadas para mantener la tienda segura para nuestros usuarios. Como resultado, su aplicación Fortnite ha sido eliminada de la App Store. Epic habilitó una función en la aplicación que no fue revisada ni aprobada por Apple, y lo hizo con la intención expresa de violar las pautas de la App Store con respecto a los pagos dentro de la aplicación que se aplican a todos los desarrolladores que venden bienes o servicios digitales".
"Epic ha tenido aplicaciones en la App Store durante una década y se ha beneficiado del ecosistema de la App Store, incluidas las herramientas y los sistemas de pruebas y distribución que Apple proporciona a todos los desarrolladores. Epic aceptó los términos y pautas de la App Store de forma libre y en Apple nos alegramos de que hayan creado un negocio tan exitoso en la App Store. El hecho de que sus intereses comerciales los lleven ahora a presionar en busca de un acuerdo especial no cambia el hecho de que estas pautas establecen la igualdad de condiciones para todos los desarrolladores y hacen que la tienda sea segura para todos los usuarios. Vamos a hacer todo lo posible para trabajar con Epic con el fin de resolver estas infracciones de modo que Fortnite pueda volver a la App Store".
Apple y el control como máxima
Mientras todo esto ocurre, muchos esgrimen el argumento de que Apple tiene todo el derecho del mundo a decidir cómo funciona la App Store y elogian una plataforma que teóricamente Apple cuida y mima para filtrar aplicaciones peligrosas (además de las que violen sus términos, por supuesto).
El mensaje de Apple se tambalea cuando ha quedado demostrado que en la App Store aparecen copias y clones de todo tipo de aplicaciones. No solo eso: la presencia de aplicaciones extrañas y potencialmente dañinas es también un hecho, como demostraba un desarrollador llamado David Barnard que explicaba en noviembre de 2018 cómo engañar a la App Store para lograr publicar ciertas aplicaciones sospechosas. Hay diversos artículos que de hecho explican cómo tratar de identificarlas tanto en la App Store como en la Google Play Store, donde ciertamente el problema existe aunque parezca que solo afecta a la tienda de Google.
La realidad es que Apple mantiene un control férreo e inmisericorde con su App Store. Uno que incluso teóricos y famosos 'fanboys' como John Gruber -de Daring Fireball- criticaban abiertamente y que ha demostrado que incluso aplicaciones que para muchos deberían estar en la App Store no lo están por las estrictas (y según empresas como Spotify o Epic, anticompetitivas) políticas de Apple.
En todos estos años, por ejemplo, jamás ha dejado cambiar el navegador o cliente de correo en iOS hasta la nueva versión, algo que aunque no es una característica derivada de la App Store sí demuestra que Apple siempre ha luchado por mantener el máximo control posible sobre la plataforma.
El último ejemplo de ese control lo tenemos en la reciente prohibición de que dispositivos iOS puedan ofrecer soporte para los servicios de streaming de videojuegos como Google Stadia o Project xCloud de Microsoft. El argumento de Apple es que con ello no puede garantizar la seguridad de los usuarios -los juegos rediden en plataformas no controladas por Apple- y violan los términos y condiciones de la App Store.
El argumento es llamativo, sobre todo cuando sí permiten que tengamos Netflix, Kindle o Spotify en los dispositivos de iOS y tampoco tengan control sobre esos contenidos.
Para Apple la diferencia es que los juegos son interactivos, pero esa defensa también queda debilitada cuando vemos cómo Apple admitió la publicación del contenido de 'Black Mirror: Bandersnatch' como película interactiva en Netflix, por ejemplo. Y otro elemento singular y contradictorio: es posible disfrutar de Steam Link y de PS4 Remote Play en iOS, y estos servicios no son tan distintos de lo que propone el streaming de videojuegos.
Las alternativas para Apple son diversas, pero es probable que la empresa no mueva ficha a no ser que se vea expresamente forzada a ello, quizás a raíz de la investigación de la Unión Europea. Abrir su ecosistema para que se pudiesen instalar aplicaciones externas sin la App Store de por medio -sideloading- o con tiendas de terceros es una opción, como también lo es que acaben modificando sus comisiones para aliviar las exigencias de los desarrolladores y de empresas como Spotify o Epic.
Ver todos los comentarios en https://www.xataka.com
VER 131 Comentarios