El notch ha conquistado el Mobile World Congress. En esta fiebre por copiar al iPhone X hemos visto hasta 11 móviles Android que ya cuentan con esa característica, algo que no tendría mayor importancia si no fuera por la razón por las que se hace.
Y la razón es una que no tiene argumentos lógicos o prácticos. Los responsables de los nuevos Asus Zenfone 5 lo dejaban claro: "no podemos escapar de lo que los usuarios quieren. Tienes que seguir las tendencias". Que eso sea verdad no significa que no sea menos triste.
Si tienes notch molas, si no, no
Muchos se (nos) quejaron del célebre notch cuando Apple lanzó sus iPhone X. Esa muesca, pestaña, isla, península o como queráis llamarla se convirtió en objeto de debate y creó una de esas nuevas flame wars en la que tanto nos gusta entrar a los amantes de la tecnología.
Que aquello fuera más o menos horrible se convirtió pronto en una conversación secundaria. Para gustos los colores, queridos xatakeros, porque lo importante es que Apple había logrado dos tres cosas con esa decisión. La primera, diferenciarse con un diseño que se puede calificar de otras cosas pero que desde luego es original y, como decíamos, diferencial. La segunda, ganar un montón de titulares durante meses. La tercera, convertir al notch en seña de identidad de un móvil aspiracional.
El mérito de Apple no es solo el de lograr todo eso con una decisión de diseño, sino hacerlo además con una excusa funcional y práctica. El notch era necesario para el iPhone X si uno quería aprovechar toda la pantalla y ofrecer además la tecnología Face ID que es la otra gran revolución de estos dispositivos.
Si había que decirle adiós a Touch ID maximizando el área visual, ese notch era una solución discutible por forma y diseño pero aceptable por fondo y función. No solo eso: ese 'defecto' de diseño que muchos podrían considerar como tal acaba desapareciendo con el tiempo. Quienes han comprado un iPhone X concuerdan: tras cierto tiempo uno se vuelve ciego al notch. Está ahí, pero es como si no estuviese.
Esa situación se hará aún más evidente ante esa progresiva adaptación de aplicaciones a ese nuevo paradigma de diseño en el que los desarrolladores podrán adaptar sus interfaces visuales para que "no se peguen de tortas" con el notch. Para que "lo esquiven" y acabe formando parte de un lenguaje que, una vez más, acabará siendo seña de identidad de los iPhone X (y de sus sucesores).
Hay tendencias buenas y tendencias no tan buenas
Como ocurrió con otras tendencias marcadas por Apple como las pantallas Retina, Touch ID o ese modo retrato que ahora lo inunda todo de cámaras duales, el 'notch' ha acabado convirtiéndose en objeto de deseo para diversos fabricantes.
El problema, como decíamos, es que frente a esas tendencias que tienen sentido porque efectivamente suman y no restan, el notch en móviles Android no tiene sentido. No al menos de momento.
No lo hace porque como decían los responsables de ASUS ese nuevo diseño solo se hace por las razones equivocadas.
Western tech bloggers: “lol that notch is silly Apple screwed up”
— Benedict Evans (@BenedictEvans) 27 de febrero de 2018
Every phone maker in China: “how soon can we ship a notch phone?” pic.twitter.com/bhxTSxr98d
Los fabricantes que lo están integrando no logran una mejora funcional con esa opción, y el único argumento es el de conseguir móviles 'me too'. El de seguir la tendencia por el mero hecho de poder hacerlo, aunque eso acabe perjudicando la experiencia de usuario.
Lo hace porque Android no está preparado para adaptarse a este tipo de pantallas. Lo estará con Android P según los rumores, pero hasta que eso ocurra pasarán meses, y eso hace que los móviles que adopten estos diseños acaben en manos de unos usuarios que verán cosas como esta:
Puede que uno acabe volviéndose ciego también a este elemento y a los conflictos visuales que provoca, pero parece que en esa batalla por no quedarse atrás algunos acuden a soluciones incompletas y que acaban restando en lugar de sumar. Es lo que hemos visto y veremos en algunos smartphones Android en los próximos meses, y el problema es que las razones prácticas son discutibles.
Es bueno que el área visual sea lo más grande posible para que tengamos toda la información que se pueda mostra en pantalla disponible para nosotros, pero si la experiencia de usuario acaba perjudicada porque las apps aún no están preparadas, ese elemento no tiene sentido.
La solución a un problema que no existía
Tampoco lo tiene cuando no hay excusa real para hacer pestañas tan grandes. La muesca minimalista del poco exitoso Essential Phone era un buen ejemplo a seguir, ya puestos, algo que han intentado copiar en Wiko con su View 2 Pro con un resultado más bien discreto:
Toda esta fiebre por el 'notch' es especialmente llamativa cuando ese elemento acaba creando un problema que ya tenía solución. La solución es obvia: quizás no necesitemos un 'notch'. Quizás no necesitemos ese 90% de área del frontal ocupada por la pantalla. Puede que ese 80% o más que ya ofrecen muchos dispositivos sea suficiente, y no sé vosotros pero yo creo que los diseños del LG V30 o del OnePlus 5T en este sentido son excepcionales.
Lo son porque maximizan esa experiencia visual sin comprometer el diseño y, sobre todo, sin comprometer a los miles de desarrolladores tanto del propio Android como de las aplicaciones (y juegos) que utilizamos en estos dispositivos.
Quizás el notch sea la solución a un problema que Apple tenía y ha resuelto (o mejor dicho, está resolviendo) de forma aceptable. Ese problema no existía en Android, y ahora existe. Y tenemos que resolverlo, y lo triste es que lo estamos haciendo por las razones equivocadas. Al menos, de momento.
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