El primer iPhone de Apple llegó en 2007 a un precio de 499 dólares. No obstante, la disponibilidad únicamente con contratos de operadora, su escasa presencia internacional y las variaciones de precio hacen más justo que nos fijemos en el precio del iPhone 3G, su sucesor de 2008, con el del primer iPhone a la venta internacionalmente. Fue igual, de 499 dólares (impuestos de cada estado aparte), aunque al llegar un año más tarde su coste real fue menor por la inflación.
Desde entonces y hasta 2016, los precios fueron bastante estables, con subidas eventuales (en alguna época los iPhone pasaban tres años con el mismo precio) y más bien comedidas. Eso ya cambió. En esta gráfica podemos ver la evolución de los precios de todos los iPhone presentados año por año sin tener en cuenta la inflación.
Una tendencia al alza que no es del todo real: la inflación está para tenerla en cuenta, así que hemos adaptado todos esos precios históricos a los precios ajustados a 2018. Veamos pues cómo queda la evolución de precios real:
El iPhone original se vendía a un precio que hoy, en 2018, equivale a 625,20 dólares. El iPhone XS (que no es la versión "Max" pero tampoco la inferior, el XR, así que lo tomamos como referencia) está a un precio de 999 dólares. Una subida de prácticamente el 60% que alcanza el 100% si no contásemos la inflación.
Cuestas cada vez más pronunciadas
Vamos a rizar el rizo: ¿qué ocurre si tomamos como referencia el modelo más caro de iPhone de cada año? Es decir, la versión de mayor diagonal de pantalla en los años en que hubo variantes, y la versión de mayor almacenamiento.
Apple tiene dos caminos: estabilizar sus precios como hizo en años anteriores, o mantener la tendencia alcista y tener modelos intermedios base por encima de 1.300 euros en pocos años
En el año 2007, el iPhone de 8 GB (el inferior era de 4 GB) costaba 599 dólares, que ajustados por inflación se convierten en 750,49 dólares. En 2018, el iPhone XS Max de 512 GB cuesta 1.449 dólares. La unidad más cara de 2018 es un 93% más cara -contando con la inflación- que la de 2007, aunque tampoco hay que olvidar que las mejoras -tamaño de pantalla, almacenamiento, especificaciones internas, software propio- también han mejorado exponencialmente.
La tendencia de los últimos dos años es la más preocupante, es cuando más se han encarecido los terminales. En este 2018 la llegada del iPhone XR es un alivio relativo: mantiene algo a la baja los precios, pero sigue siendo más caro que un 8 del año pasado, y está por debajo en especificaciones y materiales que los dos "base", que se han disparado a niveles igual y superior respecto al iPhone X de 2017.
Si Apple continúa con esta tendencia de 2017 y 2018 acabaremos viendo modelos con el precio base por encima de los 1.300 euros en 2020. Claro que tiene una alternativa: parar la subida y estabilizar precios para unos años, como hizo entre 2008 y 2011 o como hizo entre 2011 y 2016. De lo contrario, sus precios se encarecerán a niveles cada vez más difíciles de justificar.
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