Huawei lleva tiempo presentando su candidatura a estar en el podio de los gama alta por derecho propio. Este año hemos visto como tanto sus Huawei P9 como sus Huawei P9 Plus aspiraban a competir con los mejores y lo lograban en muchos apartados, pero no contenta con ello este gigante chino ha presentado un dispositivo no menos gigante: el Huawei Mate 9, sucesor de esa estirpe de phablets de gran formato que desde hace tiempo rivalizan con los Galaxy Note de Samsung.
Tuvimos la oportunidad de ver en directo la presentación de estos nuevos smartphones de gran formato, pero también os ofrecimos unas primeras impresiones especialmente detalladas en las que destacábamos muchas de las novedades de este terminal. Ahora llega el momento del análisis final: ¿es el Huawei Mate 9 tan deslumbrante como nos dice el fabricante?
Un gigante sorprendentemente manejable
Uno esperaría que un dispositivo de 5,9 pulgadas fuese gigante, pero lo primero que sorprende del Huawei Mate 9 es que sus dimensiones son contenidas. Mucho más de lo que podría esperarse de esa diagonal de pantalla, desde luego, porque este dispositivo es prácticamente idéntico (4 mm más de largo, 3 de alto, y 1 menos de grosor) al tamaño del OnePlus One que utilizo normalmente a diario.
Eso deja claro que el frontal del Mate 9 está realmente bien aprovechado, con una pantalla cuyos marcos laterales prácticamente no existen en el diseño, aunque aquí el fabricante aplique el truco de otros muchos: la pantalla no ocupa "todo lo negro", y en realidad hay un fino marco negro de apenas un milímetro que rodea toda esa pantalla.
En el modelo con el frontal blanco que probamos se notaba algo más, pero en los modelos con el frontal oscuro ese recurso funciona mucho mejor. Los marcos superior e inferior no son tampoco especialmente amplios, con un marco inferior que solo sirve para el logo de la marca —nada de botones capacitivos, Huawei vuelve a recurrir a los botones en pantalla— y uno superior en el que encontramos el altavoz y la cámara frontal.
El agarre en mano es excelente, y aunque el metal pulido domina la parte trasera la textura no es tan resbaladiza como otros terminales. Sin embargo en ese agarre contribuyen más unos laterales ligeramente curvados y con un bisel que queda elegante a nivel de diseño y que contribuye a esa mejor ergonomía.
En el lateral derecho encontramos los controles de volumen y, algo separado, el botón de encendido. Para los que estamos acostumbrados a tener unos y otro en laterales distintos resulta algo confuso tenerlos en el mismo lateral, pero es un tema menor al que estamos seguros de que cualquiera se acostumbra muy rápido.
El lateral izquierdo está reservado a la ranura para introducir las dos tarjetas nanoSIM, o bien para la opción nanoSIM + tarjeta microSD que permite ampliar la capacidad disponible en el teléfono. Este sistema está ya muy extendido entre diversos fabricantes, y lo cierto es que nos parece una combinación perfecta tanto a la hora de ofrecer esas opciones como a la de ahorrar en espacio para el resto de componentes.
La parte inferior está dominada por las dos rejillas para la salida de los altavoces, que flanquean al conector USB-C del terminal (con interfaz USB 2.0) con el que podremos cargarlo y también transferir y sincronizar datos con cualquier ordenador. En la parte superior contamos con el conector de auriculares y con el puerto de infrarrojos que da opción a controlar otros dispositivos electrónicos desde el teléfono.
La parte trasera es la más destacable por esa presencia de la cámara dual que ya es una constante en los últimos terminales de gama alta de este fabricante, mientras que encontramos el doble flash LED de doble tono y el también tradicional sensor de huella tradicional que, eso sí, es algo más pequeño que el que encontrábamos en sus antecesores.
La doble cámara presenta una protrusión que se suma a una ligera curvatura de la parte trasera para hacer que el apoyo "boca arriba" del terminal no sea totalmente sólido. Esa curvatura posterior, no obstante, también ayuda al citado buen agarre de un terminal que como decimos es más compacto de lo que uno podría pensar al oír hablar de su diagonal de 5,9 pulgadas y de esa pantalla que, eso sí, aprovecha el un cristal 2.5D con esa ligera curvatura en los bordes laterales.
El aspecto general del dispositivo es no obstante poco sorprendente: no encontraremos aquí notas discordantes que lo hagan diferenciarse del resto de la industria, y solo hay alguna nota diferenciadora en los colores, con una versión "Mocha Brown" que sí que trata de aportar esa pequeña diferenciación.
Huawei Mate 9, principales características
Nos encontramos ante un dispositivo que sube la apuesta en muchos apartados respecto a su antecesor, pero no en todos. Es por ejemplo ligeramente más pequeño tanto en el tamaño general como en la diagonal de pantalla, que pasa a ser de 5,9 pulgadas en lugar de las 6 pulgadas de su predecesor, pero en muchos otros apartados la evolución del hardware es evidente. Veamos sus especificaciones:
Huawei Mate 9 | |
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Pantalla | IPS de 5,9 pulgadas con resolución FullHD |
Procesador | HiSilicon Kirin 960 |
Núcleos | 4 x 2,4GHz Cortex A73 + 4 x 1,8 GHz Cortex A53 |
Gráfica | GPU Mali-G71MP8 |
RAM | 4 GB |
Memoria | 64 GB ampliables con microSD |
Versión software | Android 7.0 + EMUI 5.0 |
Conectividad | LTE Cat. 11, Bluetooth 4.2, Wi‑Fi a/b/g/n/ac, NFC, infrarrojos |
Cámara trasera | Dual (20 MP y 12 MP), OIS (sólo lente a color), f/2.2 (ambas), 4K@30fps |
Cámara delantera | 8 MP f/1.9 |
Otros | Sensor de huellas, USB-C reversible, carga rápida, dual SIM |
Batería | 4.000 mAh (no extraíble) |
Dimensiones físicas y peso | 156,9 x 78,9 x 7.9 milímetros, 190 gramos |
Precios | 699 euros |
En esas especificaciones hay varios apartados interesantes, pero sin duda una de ellos es el procesador, un HiSilicon Kirin 960 que es el procesador más potente de la firma hasta la fecha. Nos encontramos ante una CPU octa-core con cuatro núcleos Cortex-A73 a 2,4 GHz y otros cuatro núcleos Cortex-A53 a 1,8 GHz, a los que se suma el coprocesador i6 también de la firma y que controla los sensores del dispositivo incluso cuando este está en suspensión.
Como veremos en el apartado del rendimiento, el Kirin 960 es desde luego un SoC de garantías: el terminal va como un tiro en todo tipo de escenarios, y lo cierto es que a este nivel vuelve a demostrarse que la potencia que ofrecen estos micros ya comienza a ser incluso mucho mayor de la que la mayoría de usuarios necesita en sus tareas habituales. Aún así esa potencia está muy bien aprovechada por ejemplo en el apartado de cámara, como también detallaremos más adelante.
En ese rendimiento también ayuda de forma especial la GPU, una Mali G71 MP8 que supone un salto aún mayor para los gráficos. Los responsables de Huawei hablaban de que el Kirin 960 era un 15% más potente pero sobre todo era un 18% más eficiente: con la CPU se buscaba eficiencia más que potencia.
En el caso de esa GPU la cosa cambia, y según la firma el rendimiento es un 180% superior al de sus anteriores SoC: la potencia gráfica casi se triplica en números brutos según ese dato, y aunque no diríamos tanto lo cierto es que la diferencia es clara en los benchmarks que hemos pasado. La compatibilidad con Vulkan también ayuda, así que si buscabais un smartphone con el que disfrutar de juegos exigentes, esta es una excelente opción tanto por su diagonal de pantalla como por esa GPU.
Y ya que hablamos de la pantalla, buenas noticias y algunas no tan buenas (para cierto tipo de usuarios). La calidad del panel es sobresaliente, con un brillo espectacular que hará que incluso en exteriores no tengamos ningún problema para disfrutar del dispositivo. La representación del color es viva, muy al estilo de los paneles SuperAMOLED de Samsung, y de hecho los fondos de pantalla de la pantalla de bloqueo hacen que una y otra vez soltemos un "¡qué foto tan impresionante!" tanto por las propias fotos elegidas por el fabricante como por lo bien que se ven en la pantalla.
Como decíamos, puede que algunos usuarios critiquen el hecho de que en esas 5,9 pulgadas Huawei haya decidido no ir más allá de la resolución 1080p. Puede que estos paneles sean los ideales para dar el salto a paneles 2K (1440p), pero en nuestra opinión la decisión de Huawei es un acierto absoluto: esa resolución contribuye a ayudar en esa autonomía de batería envidiable de la que hablaremos más adelante.
Los 373 ppp de densidad de pantalla son más que suficientes para disfrutar de todos los elementos visuales, y como decimos es difícil ponerle peros a un panel que es una pequeña maravilla por lo bien contenido que está y el brillo, contraste y reproducción del color (muy viva y alegre) que da.
Donde tenemos malas noticias es en un apartado en el que Huawei quizás podría trabajar en el futuro: no hay resistencia al agua o al polvo, y eso a pesar de ese diseño unibody que podría contribuir a implementar algún tipo de certificación en este sentido. Esto puede ser un obstáculo para ciertos usuarios que buscan algo más de tranquilidad en este sentido, y aunque la norma en el mercado es precisamente la de no incluir este tipo de resistencia, Huawei podría haber ganado aquí puntos de diferenciación con sus competidores.
El apartado de conectividad está cubierto sobradamente con NFC, Bluetooth 4.2 y con ese soporte LTE Cat. 12: 600 Mbps con los que vuestras cuotas de datos volarán rápido si vuestra operadora ofrece esa agregación de portadoras, algo poco habitual salvo en los grandes núcleos urbanos. A ello se suma esa conectividad WiFi 802.11ac con la tecnología Wi-Fi+ 2.0 que hace que el dispositivo siempre se conecte al punto de acceso con la mejor cobertura y que funciona realmente bien. La versión de esa tecnología para conexiones de datos es Signal+ 2.0, que como en el caso anterior permite que la cobertura de datos siempre sea óptima allá donde estemos.
El Huawei Mate 9 incluye 4 GB de memoria RAM LPDDR4 con una frecuencia de reloj que puede ser hasta un 40% más rápida que la de sus predecesores, mientras que la capacidad de almacenamiento se sitúa en unos decentes 64 GB. El uso de la tecnología UFS 2.1 contribuye al buen comportamiento de ese almacenamiento, que como decíamos se puede ampliar gracias a esa ranura microSD. No podremos transferir aplicaciones de forma nativa a esa tarjeta si la tenemos, no obstante, ya que la tarjeta no se puede formatear como si fuera almacenamiento interno.
Rendimiento: el Huawei Mate 9 vuela
La inclusión del Kirin 960 y sobre todo de la GPU Mali G71 hace que sea muy difícil poner en aprietos al Mate 9, que mueve todo lo que vemos en pantalla a una velocidad endiablada. Las pruebas de rendimiento sintéticas dejan claro que nos encontramos ante un terminal que puede competir con los mejores.
Eso son grandes noticias para un segmento cada vez más animado. Samsung y Apple eran la referencia como fabricantes que dotan a sus smartphones de sus propios procesadores, pero Huawei está claramente acertando con ese enfoque y se une ya a ellas dos en ambición aunque sigue estando quizás un escaloncito por debajo en algunos apartados. Los avances de Huawei son malas noticias para fabricantes de SoCs móviles puros como Qualcomm o Mediatek por una razón evidente: Huawei no les necesita.
Prueba | Huawei Mate 9 | Huawei P9 | Galaxy S7 Edge | iPhone 7 Plus | OnePlus 3 |
---|---|---|---|---|---|
AnTuTu | 125.649 | 98.008 | 136.695 | 172.644 | 141.995 |
GeekBench (Single / Multi) | 1.910 / 5.863 | 1.764 / 5.383 | 2.117 / 6.063 | 3.457 / 5.608 | 2.378 / 5.465 |
Quadrant | 39.792 | 35.440 | 54.023 | n.a. | 43.182 |
PCMark Work | 6.409 | 7.047 | 5.707 | n.a. | 6.805 |
3DMark (Sling Shot / ES 3.1) | 2.255 | 983 | 2.890 | 2.806 | 2.523 |
Vellamo (Metal) | 3.314 | 2.998 | 3.325 | n.a. | 3.678 |
GFXBench (Manhattan 3.1 ES 3.0) | 29 FPS | 18,5 FPS | 32 FPS | 42,40 FPS | 30 FPS |
Las pruebas de rendimiento dejan claro que estamos ante un terminal que en números "brutos" se comporta al nivel de cualquier otro gama alta del mercado, y aquí también hemos querido hacer referencias a terminales con SoCs potentes y precios más agresivos como el OnePlus 3. Las diferencias con el Huawei P9 son evidentes sobre todo en el terreno de los gráficos, donde está ya a un nivel fantástico.
Lo mejor de todo no es eso: lo mejor es que ese rendimiento no compromete la batería, que como veremos más adelante es uno de los aspectos más destacables de este smartphone. La eficiencia del nuevo procesador y esa elección de una resolución 1080p para su gigantesca pantalla parecen acertadas también en este sentido.
Batería: buenas noticias y más buenas noticias
Escoger un terminal de gran formato suele tener un impacto positivo en la autonomía de la batería. Puede que las pantallas sean más grandes, pero los fabricantes tienen también margen para incluir baterías de mayor tamaño que dan más alegrías en este apartado que es uno de los grandes perjudicados de la evolución de los smartphones.
El Huawei Mate 9 no es una excepción en este sentido, y el fabricante ha incluido aquí una batería de 4.000 mAh que se exprimen de forma realmente sorprendente. En nuestras pruebas ha quedado claro que con un uso "normal" (algo conservador) del dispositivo es perfectamente posible llegar a los dos días de uso aunque puede que al final del segundo día la cosa esté algo más apurada.
Incluso utilizándolo con esa normalidad para navegar por internet, consultar y compartir información en redes sociales, reproducir contenidos multimedia y usar la cámara con cierta frencuencia el Mate 9 no se despeina. Solo cuando lo utilizamos para jugar a juegos intensivos o cuando grabamos mucho vídeo y sacamos muchas fotos podemos notar como la batería baja con mayor velocidad. Será difícil que agotemos esa batería en un día con el uso habitual que le damos a los móviles, y esto desde luego da mucho margen de maniobra.
A ese fantástico comportamiento se le suma el mecanismo de carga rápida incluido por el Huawei Mate 9, y que según el fabricante permite que en 30 minutos tengamos el 50% de la batería cargada. Nosotros no solo confirmamos ese dato, sino que comprobamos que la carga rápida era aún más rápida de lo que afirma el fabricante.
Así es: en 20 minutos ya teníamos más de un tercio de la batería cargada, y en 30 minutos ya llegábamos a un sorprendente 56%-58% que como decíamos puede dar para un día de uso normal del dispositivo si no somos usuarios demasiados intensivos.
La intensidad de la carga (mA) se reduce a medida que va pasando el tiempo.Los primeros 30-40 minutos son especialmente llamativos, a partir de lo cual la rapidez de la carga se va reduciendo para ralentizarse de forma notable a los 80 minutos, cuando apenas queda un 10% de carga.
La velocidad de la carga se va reduciendo gradualmente a partir de ese momento, con un tiempo de carga completa que oscilaba entre la hora y cuarto y la hora y media. El estudio de la evolución de carga con la aplicación Ampere permite comprobar cómo efectivamente el dispositivo es un auténtico "tragón" en los primeros 30 minutos, a partir de lo cual esa voracidad energética se va relajando. El último 10-15% de batería es el que cuesta especialmente llenar.
El dato es fantástico si tenemos en cuenta que el dispositivo tiene esa batería y esa autonomía especialmente destacable. Quisimos realizar una comparación rápida con dos dispositivos distintos (y más pequeños tanto en tamaño como en capacidad de batería) con tecnologías de carga rápida diferentes, enfrentando así el SuperCharge del Mate 9 con un dispositivo con Quick Charge 2.0 de Qualcomm y otro con Pump Express de MediaTek.
En la gráfica se puede ver que el porcentaje de carga (eje Y) se completa en tiempos similares (eje X) para SuperCharge y Quick Charge 2.0, algo que sería normal hasta cierto punto, pero es que el Mate 9 tiene una batería de 4.000 mAh, mientras que los dos dispositivos con los que realizamos la prueba (un Alcatel Idol 4 y un terminal chino llamado Nomu S20 que ofrece esa opción de MediaTek) tienen 3.000 mAh de capacidad. Huawei carga más en la misma cantidad de tiempo.
El dispositivo de Huawei no ofrece carga inalámbrica, una opción cada vez más en desuso por parte de los fabricantes, pero es mucho más interesante para la mayoría de los usuarios contar con esta carga rápida que es capaz de rondar los 80 mAh por minuto cuando la media del mercado está en unos 50 mAh por minuto incluso con sistemas de carga rápida.
Fantásticas noticias para los amantes de la autonomía, por tanto, aunque eso sí, para aprovechar esta opción tendremos que tener con nosotros el cargador de Huawei. En la caja del Mate 9 se incluye un adaptador de microUSB a USB-C que puede venir muy bien en esos momentos en los que no contemos con el cargador original.
Software: EMUI 5.0 se quiere parecer a Android puro
Los fabricantes chinos son muy aficionados a incluir capas de personalización en sus dispositivos, y aunque estas suelen ser ya tradicionales en el mercado chino, no son demasiado bien recibidas en Occidente, donde la búsqueda por una experiencia "Android puro" suele ser la preferencia para muchos usuarios.
Huawei es uno de los clásicos en este ámbito, y su capa EMUI ha sido durante años señal inequívoca de que estábamos con uno de sus terminales en las manos. Con el Mate 9 llega una nueva versión de esta capa, pero afortunadamente es una en la que el fabricante se ha esforzado en acercar la experiencia de Android puro a la experiencia de ese renovado EMUI 5.0, que se sitúa justo por encima de Android 7.0 Nougat.
Los cambios no son drásticos para los usuarios clásicos de EMUI, pero sí son llamativos en el rediseño visual y funcional de algunos apartados como las notificaciones, más similares a las de Android, o al hecho de que si lo queremos podremos disponer de cajón de aplicaciones al estilo de los terminales Android puro, y no dispuestos directamente en pantalla en diversos escritorios.
También contamos con el teclado Swiftkey de serie, el soporte multiusuario, un modo para manejo a una mano que puede venir bien por las gigantescas dimensiones de esa pantalla, o el modo de pantalla dividida que gana enteros con esa diagonal de 5,9 pulgadas.
En Huawei aseguran que el 50% de las funciones están a dos clics y el 95% de las funciones a tres clics de distancia, y lo cierto es que es relativamente fácil y rápido llegar a cualquier parámetro del teléfono, aunque es cierto que la disposición de algunos ajustes y preferencias puede resultar extraño inicialmente para usuarios de dispositivos con versiones de Android "no adulteradas".
La gestión multitarea es ejemplar: con un leve toque en el botón software de aplicaciones recientes (el cuadrado, situado a la derecha de serie aunque tenemos varias opciones de personalización en este sentido) accederemos a ese sistema de "tarjetas" con el que Android nos muestra qué aplicaciones tenemos abiertas. Si mantenemos el dedo pulsado la aplicación activa "deja" la mitad de la pantalla disponible para que abramos una segunda aplicación en pantalla, y luego podremos modificar el espacio que ocupan una u otra con una barra deslizadora.
El bloatware, por cierto, existe, y junto a la oferta de aplicaciones nativas de Huawei tenemos herramientas que como siempre no hemos pedido pero que están ahí por acuerdos con otros fabricantes y desarrolladores. Es el caso de Facebook, Todoist o Booking, que acompañan a toda la suite de aplicaciones de Google. De las herramientas nativas destaca el gestor de temas, que nos permitirá personalizar el aspecto del dispositivo de forma sencilla y que ofrece temas tanto gratuitos como de pago.
Una característica interesante de EMUI 5.0 es la capacidad de ofrecer las llamadas "aplicaciones gemelas", que permiten utilizar una misma herramienta o servicio con dos perfiles (público y privado, personal y profesional, como queráis situarlos) al mismo tiempo. Esto funciona ahora mismo con Facebook o WhatsApp (con dos SIMs), y puede ser muy útil en ciertos escenarios.
Durante la presentación del dispositivo Huawei hizo mucho hincapié en la integración de una plataforma de inteligencia artificial propia que "aprendía de nuestro uso del dispositivo" para irse adaptando mejor a nuestras necesidades y, sobre todo, hacer que el Mate 9 fuese más y más eficiente a medida que lo usáramos.
Estos algoritmos de aprendizaje automático se ejecutan en el teléfono —no hay conexión a servidores de Huawei— y también ayudan a una mejor planificación de procesos, asignación de memoria RAM o funcionamiento de la memoria ROM (los 64 GB de almacenamiento) para "abrir un canal exclusivo de almacenamiento I/O haciendo que las aplicaciones que usas con más frecuencia funcionen aún más rápido".
¿Qué aporta esa característica? Lo cierto es que es difícil saberlo sin saber cómo se comportaría sin esa opción, pero en el tiempo que hemos pasado con el dispositivo hemos comprobado que la fluidez era total en todo momento. No sabría decir si aquí el impacto de esos algoritmos es tan evidente como para marcar una diferencia con otros dispositivos basados en Android, pero sea como fuere el dispositivo funciona de forma fantástica en todo momento, algo que ya apuntábamos en el apartado del rendimiento.
Huawei Mate 9 en fotografía: ¿dos mejor que una?
Uno de los claros apartados de referencia del Mate 9 es la presencia de ese sistema de cámaras dual que permite combinar dos sensores de forma curiosa y similar a la que ya habíamos visto en los Huawei P9 y P9 Plus.
El primer sensor tiene una resolución de 20 megapíxeles y una apertura focal f/2.2 y recoge la información monocromática. El segundo, de 12 megapíxeles y con la misma apertura, es el responsable de capturar las imágenes a todo color. Las lentes son las Leica Summarit-H 1:2.2/27 que ya habíamos visto en los P9 y P9 Plus, y la colaboración de este legendario fabricante de cámaras trata de ser uno de los valores clave de los dispositivos de gama alta de Huawei.
El resultado de la combinación de esos dos sensores son imágenes que tanto en color como en blanco y negro alcanzan los 20 Mpíxeles. Como explicábamos en nuestras primeras impresiones, Huawei coge la imagen del sensor en blanco y negro y "funde" los datos de color recogidos por el sensor de 12 Mpíxeles encima de esa imagen real de 20 MP interpolando solo el color.
Esa fusión se realiza por software y los resultados son destacables, y lo mismo ocurre con las imágenes en las que podemos obtener un efecto bokeh artificial que se activa y desactiva en la aplicación de la cámara con el parámetro "Apertura ampliada" que aparece junto a los iconos para añadir efectos o para seleccionar la cámara frontal o la posterior para las capturas.
La activación de ese modo de apertura ampliada es una de esas opciones que atraen más "¡hala!" entre los amigos y conocidos. Las fotos no solo ofrecen ese llamativo efecto de simulación de profundidad de campo, sino que una vez hemos tomado la foto podremos modificar el enfoque de la foto —algo que Lytro puso de moda y que muchos dispositivos acabaron ofreciendo después—.
En el caso del Mate 9 la cosa va más allá, y tras enfocar y desenfocar más o menos una foto podremos aplicar efectos sobre el fondo, pudiendo por ejemplo dejar en color solo el objeto enfocado y el resto en blanco y negro. El resultado es desde luego espectacular y aunque en ciertas fotos queda demasiado efecto "pegatina" (la sensación de profundidad es escasa o nula) trabajando un poco ese efecto podemos conseguir verdaderas maravillas que vayan más allá de la foto nativa.
Para esa "espectacularización" del apartado fotográfico también contamos con un buen montón de filtros y modos fotográficos que ayudan a sacar todo el partido de esa cámara dual. El modo monocromo es especialmente llamativo para los que gustan de sacar fotos en blanco y negro, y los resultados de contar con un sensor dedicado a esa única tarea son los esperados: más fuerza y contraste en esas tomas, con un rango de grises rico que luego podremos retocar a posteriori en programas de edición para sacar aún más partido de esas tomas.
Tenemos también el modo belleza (incluso en vídeo) para que cualquiera pueda quitarse años y kilos de encima como por arte de magia, un modo para fotos con esa llamativa "pintura de luz", y también modos de captura en las que podremos incluir una marca de agua o un modo de escaneo de documentos. Acceder a todos esos modos es muy rápido y simplemente habrá que desplazar la pantalla hacia la derecha con un dedo. Ese modo belleza del que hablábamos está especialmente pensado para la cámara frontal, que con sus 8 Mpíxeles se comporta muy bien si cuenta con la luz suficiente, sobre todo gracias a ese autoenfoque real que ayuda mucho.
Si hacemos ese gesto a la izquierda accederemos a los ajustes de la cámara, mientras que si hacemos el gesto con el dedo de arrastrar la pantalla hacia arriba aparece algo aún más interesante: el modo Pro (con capturas RAW, entre otras cosas) en el cual podremos controlar ISO, modo de enfoque (manual, automático continuo, automático simple) , exposición, velocidad de apertura o iluminación.
Ese modo Pro también está disponible para el modo de grabación de vídeo, y aquí hay una novedad fundamental: por fin podremos grabar en 4K a 30 fotogramas por segundo, algo que probablemente tengamos que agradecerle al nuevo procesador Kirin 960 (no era posible en los P9/Plus) y que ofrece unos resultados que son notables incluso en movimiento gracias a la estabilización de vídeo.
La combinación de ambos sensores también da acceso a un zoom 2x "híbrido" que no es óptico, sino digital y por software, a diferencia del que ofrece la segunda cámara de los iPhone 7/Plus. Aquí Huawei utiliza de forma inteligente el sensor monocromo para ofrecer ese aumento en tiempo real sobre la captura del sensor RGB, y el efecto es bastante aceptable, aunque insistimos, no es un zoom óptico.
La velocidad de enfoque del Huawei Mate 9 es muy buena, pero una vez más creemos que este es un apartado en el que otros terminales como el S7 o el iPhone 7 —veremos cómo se portan los Pixel— siguen marcando la diferencia en ese aspecto. Las capturas se realizan rápido tras la captura, pero de nuevo da la sensación de que esa captura es sensiblemente más lenta que la de otros dispositivos.
Las opciones de las cámaras del Huawei Mate 9 son por tanto fantásticas, pero los resultados, curiosamente, no lo son tanto. Este es el apartado que más nos ha sorprendido de un dispositivo que ya venía con lecciones aprendidas de sus dos predecesores, y que por tanto debería comportarse igual o mejor que el P9 y el P9 Plus. Los resultados no obstante son incluso algo peores, sobre todo en escenas con algo menos de luz en las que esa interpolación de la cámara monocroma y la RGB no es demasiado efectiva: hay más ruido del deseable y ese efecto de foto "artificial" del que hablábamos en el análisis del P9 Plus se vuelve a repetir con el Mate 9.
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En fotos con buena iluminación ese problema se alivia y al contrario que otras cámaras Huawei se esfuerza por no engañarnos y hacer que la cámara nativa añada cosas que no hay y sobre todo esa ligera sobresaturación de la que presumen otros terminales. Puede que las fotos parezcan más llamativas, pero no reflejan la realidad tal y como la vemos nosotros.
En Huawei plantean una opción diferente: las cámaras muestran la realidad de forma especialmente fiel, y luego uno puede editar las fotos con los filtros disponibles fácilmente para añadir esos acabados llamativos. Esto nos gusta especialmente, aunque como decimos para lograr buenas capturas dependemos más de una buena iluminación que en otros casos. El modo HDR permite corregir problemas en escenas complicadas con claros y oscuros en fuerte contraste, porque sin él la cámara una vez más trata de no engañarnos y no corregir lo que un sensor no debería hacer de forma nativa.
Podría decirse por tanto que el Mate 9 saca fotografías "honestas". ¿Más aburridas? Puede, pero como decimos, para eso ya tenemos los filtros y efectos que podremos aplicar a posteriori, o incluso activarlos en tiempo real para ir comprobando el resultado antes de sacar la foto —de nuevo el Kirin 960 y su potencia salen a relucir—. El nivel de detalle es peor de lo que hubiéramos esperado —no sabemos si por la combinación de sensores de dos resoluciones o por un software de post-procesado que debería ser actualizado—, y por ello el resultado global, aunque notable, está por debajo a nuestro juicio de los grandes protagonistas actuales en fotografía móvil.
¿Cómo es el día a día con un dispositivo de 5,9 pulgadas?
Dejando de lado la cámara, lo cierto es que la experiencia de usuario del Mate 9 es en todo momento estupenda. Fluida, sin sorpresas y con una capacidad de personalización del entorno de usuario que desde luego da margen para dejarlo todo a nuestro gusto.
En esa experiencia hay opciones especialmente destacadas de las que no habíamos hablado aún, como el funcionamiento del sensor de huella, que en como decíamos es algo menor en tamaño que sus antecesores. Sea como fuere, el comportamiento es absolutamente impresionante. Instantáneo y preciso, un verdadero lujo para los que saquen partido de esta característica que además no solo permite desbloquear el teléfono, sino que da también acceso a algunos gestos como el de mostrar las notificaciones dejando que el dedo se desplace de arriba a abajo por ese sensor.
El apartado del sonido también está cubierto de forma muy decente: el altavoz de la parte inferior ofrece una calidad de sonido llamativo, poderoso y claro salvo cuando subimos al máximo el volumen, con distorsiones en ciertos rangos de frecuencia que hacen recomendable no ir hasta esos niveles.
Con los auriculares ganamos enteros en este apartado, y tanto para ver vídeos como para escuchar música obtendremos mejores sensaciones aunque hay mejores opciones si estáis en busca del smartphone para audiófilos. Huawei no incluye aplicación de Radio FM, algo que es una lástima y que probablemente muchos echarán de menos.
Lo que sí integra es un sistema de captura direccional de audio cuando grabamos vídeo, así como un sistema de cuatro micrófonos con cancelación de ruido que no solo ayudan en la grabación de mensajes o las llamadas de voz: también contribuyen a que si necesitamos activar el reconocimiento de voz (con Google Now, por ejemplo) la precisión de ese reconocimiento sea notable.
Huawei Mate 9, la opinión y nota de Xataka
Huawei lleva ya mucho tiempo creciendo en el segmento de los smartphones, y este año ha sido especialmente activo para una empresa que ha dado pasos muy fuertes para situarse de forma clara en ese segmento de gama alta que todos los grandes quieren conquistar.
El Mate 9 es la última demostración de esa evolución, y desde luego estamos ante un smartphone que destaca por sus comedidas dimensiones a pesar de esa pantalla de 5,9 pulgadas y que cumple de sobra en casi todos los apartados.
La conclusión para el dispositivo es agridulce: el sistema de cámara dual es muy llamativo y los resultados pueden ser fantásticos a nivel de efectos posteriores como el célebre bokeh, pero la definición de las imágenes y la velocidad de enfoque o disparo están por debajo de sus máximos competidores.
Esas limitaciones en el apartado fotográfico se compensan con algo muy importante: la autonomía de la batería, que es realmente espectacular para un smartphone con estas prestaciones. Si este parámetro os interesa especialmente y podéis perdonar que esta no sea la mejor cámara del mercado —en esa batalla están los S7, los iPhone 7 y probablemente los Pixel— tenéis ante vosotros un candidato serio que, eso sí, tiene un precio alto pero que obviamente está en línea con lo que piden otros fabricantes en este segmento.
A favor
- Compacto a pesar de su gran diagonal
- El sensor de huellas es una maravilla
- El sistema de cámara dual ofrece numerosas opciones creativas
- Buena evolución de EMUI, más cercano a Android puro que nunca
- Pocos smartphones pueden competir en autonomía o rapidez de carga
- Gran rendimiento, muchas mejoras en el terreno gráfico
En contra
- La calidad final de las fotos no puede competir con otros tope de gama
- El apartado del sonido está algo descuidado: cumple sin más
- No hay resistencia al agua o al polvo
- La diagonal de pantalla sería adecuada para una resolución 2K
El terminal ha sido cedido para la prueba por parte de Huawei. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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