La popularización de los dispositivos móviles ha afectado a todo tipo de segmentos de la industria, y ahora también podrían convertirse en una potente herramienta a la hora de realizar estudios demográficos y censos de población.
Así lo demuestra un estudio realizado por investigadores de la Universidad Libre de Bruselas y de la Universidad Católica de Louvain en Bélgica. Partiendo de los datos de WorldPop lograron estimar la densidad de población de Francia y Portugal utilizando la información de uso de móviles en estos países.
El 96% de la población mundial dispone de una suscripción activa de línea móvil, y en países desarrollados el número de líneas contratadas supera de hecho a la población total ya que algunas personas tienen más de un teléfono móvil -y no necesariamente un smartphone-. En países emergentes esas tasas llegan ya al 90% y no paran de crecer, y todos esos datos consolidan esa estrategia de análisis muy propia de entornos Big Data.
En los informes proporcionados por WorldPop se obtuvieron datos de 2 millones de usuarios en Portugal que permitían cubrir el 20% de la población, y en las que las operadoras almacenan las torres de telefonía desde las que se originan las llamadas y que las reciben, las horas de las llamadas y un identificador de usuario. Lo mismo se consiguió en Francia con 17 millones de usuarios -un 30% de la población-, lo que permitió deducir varias conclusiones interesantes.
Se creó por ejemplo un modelo que estimaba la densidad de población alrededor de todas las torres de telefonía, y gracias a ello se pudieron extraer tendencias claras en la dinámica de la población a lo largo del transcurso de las semanas y las estaciones que los censos convencionales no pueden reflejar. Las conclusiones eran lógicas, pero no por ello menos interesantes: en las épocas de vacaciones la población de las ciudades desciende de forma notable, mientras que durante la semana utiliza sus teléfonos en las grandes ciudades y centros industriales en los que se concentran las localizaciones de trabajo.
Aunque hay aún obstáculos por separar -por ejemplo, el hecho de que hay países en los que los mensajes son mucho más populares que las llamadas- los responsables de este estudio creen que este tipo de metodología puede ser una interesante alternativa para lograr censos con cierta precisión. Lo que no se debate -y aquí hay un tema polémico- es el hecho de que esos datos a partir de los cuales se obtienen esas conclusiones son los mismos que tanto criticamos por una potencial violación de la privacidad que agencias como la NSA han aprovechado de forma continuada -si es que no lo siguen haciendo- durante años.
Vía | ScienceMag
Más información | PNAS
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