Es una de las grandes tendencias de los últimos tiempos en el terreno de los sistemas operativos y las aplicaciones: integrar un modo oscuro que en lugar invierte la paleta de colores y hace que las tipografías tengan colores blancos o muy claros sobre fondos negros o muy oscuros.
Ese modo oscuro ha sido muy demandado entre todo tipo de usuarios, y aunque haya ventajas interesantes sobre todo en materia de eficiencia energética en pantallas OLED, las desventajas también son llamativas: según los estudios los humanos hemos ido evolucionando para ver texto oscuro sobre fondo claro, y no al revés, algo que perjudica nuestra comprensión y percepción de los documentos en estos modos oscuros.
Texto oscuro y fondo claro es la norma
Qué tiempos aquellos en los que los ordenadores nos daban la bienvenida con aquellos monitores de fósforo verde. Durante años interactuamos con aquel formato.
Apple y posteriormente Microsoft introdujeron sus interfaces gráficas de usuario para el público general y adoptaron el paradigma tradicional de los libros de texto: tipografías oscuras sobre fondos claros que luego acabaron también siendo la norma de facto en nuestros móviles con Android o iOS.
Salvo contadas excepciones, el "modo claro" se impuso de forma arrolladora, y también la web lo adoptó como formato estándar para presentar todo tipo de contenidos. Hay sitios web, aplicacines, servicios y componentes de estas plataformas que han podido invertir esa tendencia, pero la norma general ha sido esa.
Sin embargo la inclusión del modo oscuro se ha ido imponiendo como tendencia en los últimos tiempos, y se ha convertido en una de las grandes novedades de Android Q, que lo tendrá por defecto, y parece que también de iOS 13.
Apple ya lo presentó como una de las grandes características de macOS 10.14 Mojave, pero curiosamente Microsoft solo lo ha integrado en ciertas aplicaciones del sistema operativo y su interés parece ir en sentido contrario: acaba de actualizar Windows 10 con una novedad llamada "Light Mode" que precisamente hace uso de tonos más claros y ligeros.
Las ventajas del modo oscuro...
Ya hablamos en el pasado de cómo el modo oscuro es una gran idea si uno busca la eficiencia energética en sus dispositivos con pantallas OLED.
En Google realizaron pruebas con YouTube y comprobaron que en un smartphone con pantalla OLED la autonomía del dispositivo era de entre un 14% y un 60% más según el brillo que utilizásemos al reproducir contenidos.
La ganancia era clara sobre todo porque con el color blanco como dominante es un glotón de batería, pero en pantallas OLED (no hay beneficio en las LCD) el uso de los negros del modo oscuro hace que en muchas zonas de la pantalla no se consuma energía porque los píxeles de la pantalla no consumen nada y están "apagados" al mostrar el negro (y solo el negro total, los grises, aún los más oscuros, sí consumen algo de energía).
Estos modos oscuros son también más agradables cuando no estamos en entornos claros: son por ejemplo muy valorados por los usuarios cuando leen por la noche. Emiten además menos luz azul, que puede afectar los ciclos de sueño, pero además molestan menos si por ejemplo leemos mientras nuestra pareja está durmiendo.
... ensombrecidas por sus desventajas
Esas virtudes del modo oscuro pueden estar condicionadas por sus desventajas. Varios estudios han revelado que el ser humano ha evolucionado de forma natural acostumbrándose a ver objetos en fondos claros: nuestra actividad fundamental se desarrolla durante el día y dormimos por la noche.
Todos esos objetos con los que interactuamos, sean pantallas o no, se suelen encontrar en entornos que los hacen más oscuros que los fondos que los rodean: la luz lo rodea todo, y nuestro cerebro está acostumbrado a esa forma de ver el mundo.
Numerosos estudios se han referido al contraste entre objetos y el fondo y cómo tener un fondo claro y un objeto o foco de atención oscuro mejora por ejemplo la legibilidad. La llamada "polaridad positiva" es la que define a los modos claros, mientras que la "polaridad negativa" es la asociada al modo oscuro.
En un informe publicado por varios investigadores en la revista científica Ergonomics (PDF) se llegaba a la conclusión siguiente:
Por ejemplo, se ha encontrado una ventaja de la polaridad positiva en las tasas de error y en la velocidad de lectura en una tarea de identificación de letras (Bauer y Cavonius 1980), en el número de letras transcritas en el papel (Radl 1980), en las clasificaciones subjetivas sobre comodidad visual (Saito, Taptagaporn y Salvendy 1993; Taptagaporn y Saito 1990, 1993), en la comprensión de textos (A. H. Wang, Fang y Chen 2003), en la velocidad de lectura (Chan y Lee 2005) y en el rendimiento de la corrección de pruebas (Buchner y Baumgartner 2007).
Taptagaporn y Saito (1990, 1993) siguieron los cambios en el tamaño de las pupilas para diferentes niveles de iluminación, así como para la visualización de diferentes objetivos visuales, como una pantalla de tubo de rayos catódicos (CRT), guión y teclado. Encontraron menos fatiga visual medida por la frecuencia de los cambios en el tamaño de las pupilas cuando el trabajo se realizaba con una pantalla de polaridad positiva que con una pantalla de polaridad negativa. Asimismo, Saito, Taptagaporn y Salvendy (1993) encontraron una acomodación más rápida de la lente y por lo tanto un enfoque más rápido del ojo con pantallas de polaridad positiva que con pantallas de polaridad negativa.
Las ventajas son por lo tanto sensibles al leer y comprender textos, y los efectos son idénticos en personas de diversas edades, pero además se acentúan si leemos textos con letra pequeña, aseguraban en este otro estudio:
Las implicaciones parecen importantes para el diseño de texto en pantallas como las de los ordenadores, los sistemas de control y entretenimiento de los automóviles y los teléfonos inteligentes, que se utilizan cada vez más para el consumo de medios y comunicaciones basados en texto. Los tamaños de estas pantallas son limitados, y es tentador utilizar tamaños de fuente pequeños para transmitir tanta información como sea posible. Especialmente con tamaños de fuente pequeños, se debe evitar la visualización de polaridad negativa.
Como indican en el estudio, este uso de modos oscuros no es al parecer aconsejable en dispositivos móviles si lo que uno busca es esa mejor comprensión y legibilidad de los textos.
Incluso los programadores que valoran estos modos oscuros en sus sesiones quizás se sorprenderían al usar modos claros ya que según estudios podrían realizar más rápido y eficientemente su trabajo.
Los estudios están ahí, desde luego, pero mucho nos tememos que por encima de ellos hay una clara preferencia personal que hace que uno se sienta más a gusto trabajando o leyendo en modo oscuro que en modo claro.
Afortunadamente los usuarios vamos a tener ambas opciones integradas cada vez mejor en cada vez más plataformas, así que la elección será nuestra.
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