Google está esperando su apelación ante la multa de 4.340 millones de euros impuesta por la Comisión Europea por el supuesto abuso de posición dominante que ejerce a través Android. Pues Google ya tiene su respuesta a esto, que apunta más a una especie de contraataque, que seguro levantará todo tipo de opiniones tanto a favor como en contra.
A partir del 29 de octubre de 2018, Google modificará los términos de su licencia de uso para sus aplicaciones en Android, las cuales sólo aplicarán para los dispositivos comercializados dentro dentro del Espacio Económico Europeo (EEE). Es decir, para evitar que exista esa "posición dominante", Google aplicará cuatro cambios entre los que se destaca el comenzar a cobrar una tarifa a los fabricantes de dispositivos por la licencia de Play Store y otras aplicaciones de la compañía.
"Android seguirá siendo gratuito y de código abierto"
A día de hoy, los fabricantes no tenían que pagar nada por el uso de Google Play y sus servicios, esto bajo la condición de tener que instalar por defecto la búsqueda de Google y el navegador Chrome, además de enlazar muchas de las funciones del dispositivos a los servicios de Google.
A partir del 29 de octubre, los fabricantes podrán optar por paquetes separados de licencia para Google Search o el navegador Chrome, por lo que ya no serán un combo necesario para obtener la certificación Google Play. El detalle es que ahora todo esto tendrá un costo para el fabricante, quien tendrá que pagar la licencia de uso para incorporar estas aplicaciones a sus dispositivos. Eso sí, sólo para los dispositivos vendidos en Europa.
Google explica que nunca ha cobrado por el uso de estos servicios, Search y Chrome, debido a lo ingresos que recibe por su uso. De hecho, Hiroshi Lockheimer, vicepresidente de Android, es quien da a conocer todos estos cambios y explica que "la preinstalación de Google Search y Chrome junto con nuestras otras aplicaciones nos ayudaron a financiar el desarrollo y la distribución gratuita de Android".
A pesar de todo esto, Lockheimer afirma que "Android seguirá siendo gratuito y de código abierto", ya que estos cambios sólo afectan a los servicios de Google que tradicionalmente se incluyen con el sistema operativo. Es decir, los fabricantes ahora tendrán la opción de preinstalar en sus dispositivos tiendas de aplicaciones alternativas, otros motores de búsqueda y navegadores.
Google da la bienvenida a los forks de Android
Y así es como llegamos al siguiente punto clave de estos cambios: los forks de Android. Google nunca ha permitido que sus socios lancen dispositivos basados en forks de Android, con aplicaciones que no fueran las oficiales de Google. Algo que no es nuevo y que ocurre a día de hoy, por ejemplo, en los dispositivos de Amazon o en China, donde Google no opera (aún).
De hecho, Google está informando que incluso permitirá que sus servicios estén instalados junto a los de la competencia, claro, siempre y cuando el fabricante desee pagar la licencia. En resumen, los socios ya no tienen prohibido lanzar dispositivos con forks de Android, por lo que ahora podríamos ver dos versiones del mismo dispositivo: uno con la versión de Android de Google, con su Play Store y aplicaciones, y otro con un fork de Android con otra tienda de aplicaciones alternativa.
Google conoce su negocio y alcance
Aún no está claro qué es lo que ocurrirá con los actuales dispositivos, tanto los que se están comercializando actualmente como los que ya están siendo usados. Google aclara que ya está en comunicación con sus socios para "la transición a estos nuevos acuerdos". Asimismo, se desconocen las tarifas que impondrá Google por el uso de sus aplicaciones.
Por otro lado, Google está seguro de su negocio y alcance, por ello la justificación de estos nuevos cobros es seguir tendiendo ingresos para continuar financiando el desarrollo de Android, ya que el que empiecen a proliferar dispositivos que no lleven los servicios de Google, es, según la compañía, una amenaza económica para el desarrollo del sistema operativo.
Pero lo más importante es que a Google se le nota confiado con esta decisión, y es que es muy probable que los fabricantes sigan optando por adquirir sus licencias para sus dispositivos, ya que los usuarios seguirán exigiendo dispositivos Android con la experiencia Google "completa" en lugar de apostar por algo nuevo, algo que, por ejemplo, condenó a Firefox OS y otros intentos por diversificar Android.
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