Nikon acaba de anunciar que su nueva Nikon D6, su cámara para fotógrafos deportivos profesionales, no llegará en marzo como estaba previsto, y teóricamente lo hará en mayo. Ese retraso se une a otros muchos, y entre ellos un rumor cada vez más potente: el de que el futuro iPhone 12 no estará disponible en septiembre como suele ser habitual, sino que no llegaría hasta octubre.
La razón no es otra que el coronavirus, que está provocando cierres de fábricas y parones en las líneas de producción de todos esos componentes electrónicos que forman parte de esas cámaras de Nikon o esos smartphones de Apple. Son solo dos ejemplos de una industria que se enfrenta a un año realmente complejo en el que los lanzamientos de nuevos productos podrían verse retrasados de forma notable.
La industria tecnológica comienza a mostrar sus heridas
El coronavirus lleva semanas convertido en absoluto protagonista de la actualidad, y su impacto está siendo enorme tanto en la sociedad como en la economía: muchas empresas están poniendo en marcha cuarentenas parciales o totales.
Lo hacen mandando a sus trabajadores a casa —las grandes lo están haciendo ya— o activando cierres temporales de sus plantas de fabricación, oficinas o tiendas en diversos países como China, como hizo Apple a principios de febrero, por ejemplo.
Eso está provocando retrasos en diversos lanzamientos tecnológicos, y estamos empezando a ver las consecuencias estos días. Nikon, por ejemplo anunciaba hace unas horas que aplazaba el lanzamiento de su cámara profesional Nikon D6 "por falta de piezas y componentes de un tercero" que se había visto afectado por el COVID-19, explicaban en el anuncio oficial. Sony ya advertía hace semanas de que el coronavirus podría tener un impacto enorme en la fabricación de sensores para cámaras digitales.
No es el primer caso y previsiblemente no será el último. Nuestros compañeros de VidaExtra nos hablaban recientemente del retraso en el lanzamiento de la TurboGrafx-16 Mini, la versión "retro" de aquella consola mítica.
Productos como las Oculus Quest que fueron lanzados hace meses están sufriendo problemas de inventario y se agotan de forma frecuente porque la producción es insuficiente y la demanda supera a la oferta.
Un informe reciente de TrendForce advertía de cómo se podrían ver afectados los distintos sectores tecnológicos en los próximos meses. Mientras que las memorias DRAM utilizadas en muchos dispositivos no parecen estar amenazadas —la producción está fuertemente automatizada y robotizada y apenas hace falta personal humano— hay otros muchos sectores como el de los smartphones o las consolas de videojuegos que podrían pasar por problemas serios.
El iPhone 12, la PS5 y las Xbox Series X, amenazadas
De hecho hay productos muy importantes que este año podrían verse afectados. Entre ellos está el iPhone 12, cuya disponibilidad podría retrasarse un mes y pasar del tradicional septiembre, cuando se presenta año tras año, a octubre de 2020.
En Bloomberg indicaban cómo todo dependerá de cómo va la producción en abril y mayo. Hasta el rumoreado iPhone 9 (o iPhone SE 2) podría acabar lanzándose no este mes de marzo como se esperaba, sino uno o dos meses más tarde.
También las futuras Xbox Series X y las PS5 están amenazadas por estos problemas, ya que su producción depende de las factorías chinas con miles de trabajadores implicados en el montaje de dichas máquinas.
Algunos analistas apuntan a que habrá un mes de retraso en la disponibilidad de unas consolas que además podrían llegar de forma muy limitada al mercado. Sin embargo AMD, que fabrica tanto la CPU como la GPU de ambas alternativas, indicaba que todo seguía en marcha para que se lanzasen durante las navidades de 2020.
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