Este verano está siendo especialmente duro y las altas temperaturas están provocando una terrible sucesión de incendios además de derretir carreteras, coches eléctricos e incluso "nubes". La pregunta es, ¿cómo afecta este calor a nuestros móviles y otros dispositivos? ¿Pueden ir más lentos o acabar dejando de funcionar ante estas temperaturas? La respuesta breve es que no, pero es interesante hablar de ciertos matices.
La meteorología sí afecta a las comunicaciones móviles. Hay fenómenos metereológicos que desde luego pueden provocar disrupciones en la señal móvil y dejarnos sin conexión. Los relámpagos en una tormenta pueden causar interferencias eléctricas, y un alto volumen de moléculas de agua en el aire pueden hacer que las ondas de radio se refracten y hagan que la señal sea errática.
Los fuertes vientos no afectan a la señal de forma directa, pero pueden acabar dañando las antenas móviles. Y luego tenemos las tormentas solares, que sí pueden tener impacto en móviles, pero sobre todo lo puede tener en satélites y receptores GPS. Pero... ¿y el calor?
No digas temperatura, di humedad. Un calor o un frío excesivos no tienen por qué afectar a la señal móvil (pero sí a los dispositivos, más sobre esto más adelante). El problema de la temperatura no es la temperatura como tal, sino el impacto que tiene en la humedad relativa.
Si es muy baja o muy alta el vapor de agua se congela o se evapora y eso hace que la señal móvil no pueda propagarse con tanta facilidad, pero es raro que aún así ese impacto sea elevado.
Las altas temperaturas sí pueden provocar que la latencia se incremente y también que se pierdan paquetes en la comunicación entre dispositivos, disminuyendo así el ancho de banda efectivo.
Los escasos estudios no dicen mucho más. No hay demasiados estudios publicados sobre el tema, pero uno publicado en 2017 analizaba el RSSI (Received Signal Strength Indicator), una forma de medir si la temperatura afectaba a la calidad de la señal en móviles.
En las conclusiones se ve una "débil correlación positiva" entre la temperatura y la calidad de la señal, y se mencionaba una vez más la humedad relativa como la verdadera fuente de potenciales problemas (pero de nuevo, no parecían excesivos).
El calor no fríe la señal, pero cuidado con tu móvil o tu router. Será muy difícil que la temperatura por tanto afecte a tu conectividad, pero sí podría acabar afectando a tus dispositivos. Todos los componentes electrónicos —móviles, ordenadores, routers— están certificados para operar en ciertos rangos de temperatura, pero una vez esos rangos se alcanzan o superan los problemas pueden surgir.
Para evitar problemas lo ideal es seguir unos consejos básicos: en el caso del router, colocarlo en lugares en los que no reciba la luz del sol. En el del móvil, no dejarlo en el coche y por ejemplo no meterlo en el frigorífico si vemos que está muy caliente: eso puede provocar condensación en el interior del móvil y empeorar aún más la situación. En esos casos es casi mejor apagarlo y dejarlo en un lugar fresco para que su temperatura baje.
Aglomeraciones veraniegas, otro posible problema. Como hemos visto, es difícil que la calidad de la señal empeore por el calor, pero en verano puede ocurrir que nos encontremos en una zona especialmente concurrida.
Las grandes aglomeraciones ponen en problemas a la cobertura, y de hecho en España Movistar, Orange y Vodafone están reforzando su cobertura para poder disfrutar de un verano con 5G sin conflictos. No solo en playas, sino también en eventos como conciertos y festivales en los que la señal puede acabar resintiéndose.
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