El lanzamiento del HTC U Ultra nos ha permitido conocer al primer terminal de gama alta de este 2017, pero los esfuerzos de HTC han sido muy criticados en diversos medios, incluidos los nuestros. Alguien en HTC está obsesionado con llevar a esta empresa al desastre absoluto.
Muchos son los argumentos que pueden defender contra un terminal que parece llegar tarde y mal, con decisiones muy discutibles en su configuración hardware y también confusas en su apuesta software. Así no, HTC. Así no.
El maldito jack: ¿es HTC un borrego más?
La primera y más alarmante señal de la falta de personalidad de HTC es esa decisión de erradicar el puerto de auriculares de su nuevo HTC U Ultra. ¿Por qué lo ha hecho? ¿Por qué negarle a los usuarios la posibilidad de usar cientos, miles de auriculares de todo tipo que ellos ya usaban y disfrutaban en sus equipos? ¿Por qué me obligan a cambiar la forma que tengo de escuchar música?
Eso es especialmente doloroso para una empresa que cuidaba especialmente este apartado en sus anteriores dispositivos. Puede que ya no contáramos con ese icónico diseño con los altavoces en el frontal, pero el HTC 10 cumplía estupendamente en este ámbito y proporcionaba un conector de 3,5 mm que simplemente funcionaba. Sin más. Según HTC:
Eliminamos el conector de auriculares porque creemos que la experiencia de sonido en el teléfono puede ir más allá de la mera transmisión del sonido. Las capacidades tipo-sonar de los auriculares USonic no serían factibles con un conector de auriculares de 3,5 mm. Tenemos micrófonos integrados en ambos audífonos que "escuchan" los pulsos de sonido, que pueden ajustar tu audio para que se ajuste a la arquitectura única de tus oídos. Creemos que el mercado está listo para impulsar el audio hacia nuevas innovaciones que benefician la experiencia de audición de los consumidores.
Pamplinas.
Ahora nos encontramos con una decisión que convierte a HTC en un borrego más que parece seguir la tendencia impuesta por Apple. Puede que el futuro sea inalámbrico, pero hasta que lo sea, ¿por qué erradicar una opción que funciona estupendamente? Apple lo ha hecho para vender sus Airpods, claro.
La cosa no está tan clara para HTC, que proporciona sus auriculares USonic —una iteración de los que ya utilizaba en los HTC Bolt, por ejemplo— pero no nos explicamos por qué ese párrafo tan bonito a nivel de marketing no podría haberse hecho también realidad con unos auriculares que usasen el conector tradicional. Por cierto: esos auriculares USonic con conector USB-C solo funcionan con los dispositivos de HTC. Que vivan los ecosistemas cerrados, chicos.
La doble pantalla tendrá que demostrar su validez
Otro de los apartados en los que HTC se ha dejado llevar por las tendencias que han impuesto otros fabricantes es la de esa segunda pantalla del frontal que imita a los LG V20 pero que tratará de diferenciarse con software.
La diferencia fundamental reside en la forma en la que se aprovecha esa segunda pantalla de 160 x 1.040 píxeles, ya que permitirá mostrar notificaciones "discretas" que evitarán que esas alertas aparezcan en la pantalla principal mientras estamos viendo un vídeo o jugando en el móvil.
Aunque a priori la opción es una versión mejorada de la integrada en LG, este dispositivo tendrá que demostrar que dicha segunda pantalla ofrece más ventajas que desventajas.
La gestión de este componente hará trabajar más al procesador, y aunque el impacto no debería ser muy elevado al final todo suma. Eso tendrá su relevancia en la autonomía de una batería que como comentamos más adelante ya bastante tiene con lo que tiene.
Un hardware más de 2016 para competir en 2017
Las especificaciones de este terminal no dejan tampoco en muy buen lugar a HTC, que nos está vendiendo un terminal con muchos problemas para convencer a los usuarios. En primer lugar, porque el dispositivo no estará en tiendas hasta el mes de marzo: para entonces habrán aparecido una buena cantidad de rivales que seguramente le roben protagonismo. HTC pierde el factor frescura.
Para empezar, contamos con un Snapdragon 821, el terminal que a día de hoy marca la pauta en dispositivos Android. El problema es que este 2017 no estará dominado por este procesador, sino por su sucesor, ese Snapdragon 835 que será protagonista en buena parte de los gama alta que se presenten en los próximos meses.
Afortunadamente en HTC no se olvidan de integrar una ranura microSD para ampliar los 64 o 128 GB de capacidad nativa, y de momento la cámara de 12 Mpíxeles y apertura f/1.8 es todo un misterio, aunque parece que se trata del mismo sensor que el HTC 10, pero con enfoque PDAF. Es curioso que el fabricante se haya apuntado a tendencias discutibles como la de la ausencia del minijack y la segunda pantalla en su dispositivo, pero no a esa nueva fiebre por la doble cámara que parece será también protagonista en los terminales de este año.
Lo cierto es que HTC por fin acertó el año pasado con el HTC 10 tras el fracaso de su tecnología Ultrapixel, y esperamos que como mínimo la calidad de las tomas con el HTC U Ultra sean tan buenas como las de ese dispositivo o mejores. Sorprende que la resolución del sensor de la cámara frontal sea mayor (16 Mpíxeles) que la de la cámara trasera.
Donde sí encontramos un potencial problema es en la batería, que se queda en 3.000 mAh, una cifra que se nos antoja muy corta para un dispositivo de 5,7 pulgadas y 8 mm de grosor. Esa cifra es más propia de dispositivos de 5 pulgadas, e incluso diversos modelos de 5,5 pulgadas como el OnePlus 3t (3.400 mAh) el Galaxy S7 Edge (3.600 mAh) o el Google Pixel XL (3.450) superan sobradamente esa cifra.
Habrá que ver si la mayor eficiencia del Snapdragon 821 puede salvar un apartado que se verá perjudicado por esas dos pantallas y por la resolución 1440p de la pantalla principal, que sin duda plantearán un consumo de recursos mayor que si el fabricante hubiera ido a una resolución 1080p, quizás algo justa en esta diagonal pero que habría ayudado a compensar esa batería de baja capacidad.
Cristal... ¿por que sí?
Otra de las apuestas con las que HTC también ha querido diferenciarse es el del diseño de este terminal. El cristal es absoluto protagonista, y aunque externamente el efecto "wow" puede ser notable, el cristal puede ser más una condena que una bendición.
El principal problema es lo resbaladizo que llega a ser, algo que sumado a la fragilidad de este material podría provocar más sustos y tragedias materiales de los habituales si el teléfono se nos cae al suelo. Será mejor que os hagáis con una buena carcasa si compráis un HTC U Ultra.
La decisión contrasta con el buen trabajo que HTC había hecho en el pasado en el uso del metal en sus carcasas, y parece que una vez más han querido aprovechar el éxito del famoso acabado "piano black" de los iPhone 7 que no obstante estaba desarrollado con aluminio.
La IA como argumento de venta para un precio desorbitado
Si no puedes conquistarlos con el hardware, hazlo con el software, se habrán dicho en HTC. Como otras en el campo de la telefonía, parece que la próxima gran apuesta para conquistar a los usuarios es mediante la integración de sistemas de inteligencia artificial que hagan que nuestro teléfono se adapte más a cómo lo usamos en persona.
Eso teóricamente se traducirá en cosas como una mejor eficiencia energética o una velocidad de lanzamiento mejor para aplicaciones que usamos frecuentemente, pero ¿tendrán un verdadero impacto esas técnicas en nuestra experiencia de uso? Ni HTC ni otras que han dado este paso han dado datos específicos sobre ganancias en tiempo o consumo de recursos, así que esta capacidad nos hace ser algo escépticos.
Veremos si ese Sense Companion que potenciará estas opciones da de sí lo suficiente para demostrar que esa segunda pantalla no son solo fuegos artificiales.
A ello se le suma un factor decisivo: el del precio. El modelo básico del HTC U Ultra cuesta 749 dólares —el de 128 GB con cristal de zafiro probablemente será mucho más caro—. Mejor dicho, costará 749 dólares cuando aparezca a mediados de marzo. Aquí el terminal de HTC tiene problemas por ambos flancos: existen dispositivos basados en el Snapdragon 821 mucho más baratos, pero es que los terminales de gama alta que aparezcan en las próximas semanas acorrarlarán a una propuesta que lo tiene muy, muy difícil.
Esperemos por el bien de HTC que este dispositivo sea su bala de fogueo para 2017, y que ese rumoreado HTC Ocean llegue con una apuesta más coherente. Por dios, HTC, deja de meter la pata ya. Todo tiene un límite.
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