Ya tenemos con nosotros los nuevos Samsung Galaxy S8 y Samsung Galaxy S8+, los dos nuevos smartphones de gama alta de este fabricante surcoreano que ha querido plantear una apuesta diferencial en varios apartados, pero sobre todo en uno: la pantalla.
Los nuevos dispositivos de Samsung llegan con pantallas de 5,8 y 6,2 pulgadas respectivamente, y en ambos sorprende la relación de aspecto y esa resolución de 2.960 x 1.440 píxeles que es espectacular a priori, pero que también generan dudas. ¿Cómo se verán las aplicaciones, juegos y contenidos de vídeo en este dispositivo? ¿Qué implicaciones tiene esto para los desarrolladores?
Más información en pantalla (casi) siempre bienvenida
Esta es una duda que de hecho no es del todo nueva. Hace unas semanas conocimos en profundidad al LG G6, el terminal franquicia de este fabricante que nos sorprendió a todos con una pantalla en formato sorpresa, 18:9 (o lo que es lo mismo, 2:1) con resolución 2.880 x 1.440 píxeles.
En el caso del terminal de Samsung, ese formato es un singular 18.5:9, lo que hace que la pantalla sea algo más alargada y que incluya ese pequeño margen adicional que probablemente esté asignado precisamente a esos márgenes curvos del teléfono. De ahí también esa pequeña diferencia en la resolución, que en los Galaxy S8 y S8+ es de 2.960 x 1.440 píxeles, 80 píxeles mayor en uno de los ejes que la de los G6 que no disponen de pantalla curva.
Como en ese caso, el nuevo formato de pantalla de los Samsung Galaxy S8 y S8+ es espectacular y desde luego muy prometedor: el diseño sin apenas marcos de estos dispositivos hace que esas diagonales "gigantes" puedan alcanzarse sin que el tamaño global del teléfono cambie de forma notable. Este formato, no obstante, también plantea algunos cambios en nuestra forma de visualizar los contenidos.
Letter-boxing, pillar-boxing y zoom, inevitables a medio plazo
La pregunta es, claro qué tal se ve todo en estos dispositivos, y si ese formato de pantalla trae algún tipo de desventaja. Tenemos la experiencia previa del citado LG G6, y en el análisis que realizó nuestro compañero Kote Puerto y en la que en primer lugar destacaba que caben dos cuadrados de 1.440 píxeles de lado en ella, y sobre todo, que es posible disfrutar del mismo contenido panorámico y seguir teniendo los botones de navegación Android (16:9 + controles).
Esa ganancia de espacio de estos teléfonos permite por tanto que tengamos más información en pantalla de lo habitual que con los formatos 16:9 tradicionales que se usan en la inmensa mayoría de smartphones del mercado. Es cierto que en algunas aplicaciones, juegos y contenidos se** hará un "letterboxing" o un "pillarboxing" de esos contenidos**, lo que hará que aparezcan bandas negras por encima y debajo o a los lados respectivamente.
Puede que ocurra también lo contrario, y para ampliar un contenido de vídeo o juego se recorte ligeramente lo que vemos de ese vídeo o de ese juego, un sacrificio que tendremos que valorar tanto por un lado como por otro si esa aplicación, juego o contenido no está pensado para adaptarse a estas nuevas resoluciones y formatos de pantalla.
El escalado de aplicaciones, a la orden del día
Eso irá cambiando a medida que más y más proveedores ofrezcan contenidos adaptados a estos formatos. Tanto Netflix como Amazon Video han revelado que aprovecharán estos formatos en el futuro de forma nativa —ya existen series como 'House of Cards' y 'Stranger Things' en formato 2:1—, algo que permitirá explotar la calidad, formato y resolución de estas pantallas de forma aún más llamativa.
En aplicaciones el aprovechamiento de la pantalla dependerá de cómo queramos que se muestre en ella: en el LG G6 ya contábamos con un sistema de selección del tamaño de pantalla para cada una de las aplicaciones descargadas en nuestro dispositivo, de modo que estas pudieran usar un modo compatible 16:9, uno más estandar y que usara algo más de pantalla (formato 16.7:9 en el caso del G6 de LG) y por último un modo de pantalla completa (18:9 de nuevo en el caso de LG) para poder disfrutar de la aplicación en toda la pantalla.
Es de esperar que en los nuevos Samsung Galaxy S8 y S8+ también se implemente un mecanismo similar, y aquí queda clara una cosa. Android hará parte del trabajo a la hora de escalar aplicaciones que se puedan usar aprovechando toda esa nueva resolución, pero los desarrolladores probablemente deban hacer un pequeño trabajo extra para que sus aplicaciones actuales escalen de forma óptima y no aparezcan artefactos y elementos visuales que perjudiquen la experiencia de usuario.
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