De las promesas a la realidad: el coche autónomo que iba a revolucionar nuestra movilidad es uno de los grandes retos tecnológicos de nuestro tiempo
En Xataka llevamos hablando de coches que se conducen solos desde 2010. Han pasado 14 años, y a pesar de las promesas y el optimismo que se vivió durante la primera mitad de la década pasada, la realidad nos ha dado un buen tortazo: ni tenemos coches autónomos, ni se los espera hasta dentro de bastante tiempo.
Incluso los más optimistas se han dado cuenta que resolver este problema era mucho más complejo de lo que parecía. A día de hoy las empresas —algunas, desaparecidas— se han gastado verdaderas millonadas en ese futuro autónomo con coches con nivel 5 de conducción autónoma, pero la realidad es muy distinta de lo que nos pintaban estas empresas. Hemos avanzado, sí, pero el despliegue de la tecnología está siendo paupérrimo y limitado a pesar de todos los recursos invertidos. Hagamos un repaso de los protagonistas.
Waymo. La división de Alphabet ha levantado un total de 10.500 millones de dólares en cuatro rondas de inversión según Crunchbase. La más reciente de ellas, en el pasado mes de julio, cuando desde la compañía revelaron que invertirían otros 5.000 millones de dólares en esta subsidiaria. La empresa anunció recientemente su sexta generación de vehículos autónomos, y ha expandido su servicio en la ciudad de San Francisco, pero su despliegue sigue siendo muy limitado a estas alturas.
Cruise. La subsidiaria de General Motors ha levantado un total de 16.000 millones de dólares en 13 rondas de inversión según Crunchbase. La empresa ha tenido problemas últimamente con sus taxis autónomos, pero es sin duda una de las que más avanzada está en este segmento con sus coches con autonomía de nivel 4, que también hacen el servicio de robotaxis en San Francisco.
Tesla. La empresa dirigida por Elon Musk solo alcanza el nivel de autonomía 2 en sus coches con su tecnología FSD, aunque también es cierto que están mucho más extendidos que los coches autónomos de Cruise o Waymo. Elon Musk indicó en abril que la inversión acumulada en el proyecto (incluyendo centros de datos) superará los 10.000 millones de dólares en 2024.
Apple. El célebre Project Titan de la compañía que Apple jamás confirmó (ni negó) le salió caro según informes de diversas fuentes. De hecho, se habla de que supuestamente Apple perdió 10.000 millones de dólares en este proyecto, e incluso se planteó la compra de Tesla en cierto momento.
Baidu. El gigante chino de las búsquedas que compite con Google no solo lo hace en ese terreno: también compite en el desarrollo de robotaxis. Su servicio Apollo Go ya funciona en China desde hace tiempo, pero ahora quieren expandirlo a otros países. La empresa lleva desarrollando esta tecnología desde 2013 y acaba de presentar su robotaxi de sexta generación, que afirman cuesta tan solo 27.670 dólares y cuenta con un nivel de autonomia 4.
Hyundai. La compañía también mantiene un proyecto de sistemas de conducción autónoma gracias a su proyecto Motional, iniciado en colaboración con la firma de desarrollo de sistemas de conducción autónoma Aptiv y que cuenta con una financiación cercana a los 1.000 millones de dólares. Uber firmó un acuerdo de 10 años para colaborar con Motional, pero recientemente hemos sabido que ahora se ha aliado con Cruise y Waymo.
Mercedes. La firma ha conseguido el nivel de autonomía 3 en sus vehículos y presume de que es el primer fabricante que vende coches en EEUU que permiten a los conductores no mirar a la carretera. Eso sí, solo en circunstancias muy concretas de tráfico (hasta 60 km/h) y en espacios y carreteras específicas.
Renault. Carlos Ghosn, entonces máximo responsable de Renault, Nissan y Mitsubishi —y más tarde protagonista de un verdadero escándalo—, afirmó en una entrevista con Bloomberg en 2018 que tendríamos coches autónomos en 2023. Estamos en 2024 y lo que ha aclarado la compañía es que ni siquiera harán coches autónomos para el público general, centrándose al menos de momento en minibuses autónomos. Decidieron saltarse el nivel 3 de autonomía para desarrollar esos vehículos con nivel 4 de autonomía, indicando que estarían teóricamente preparados para operar en pruebas en 2026.
Ford y Volkswagen. Mataron el proyecto Argo AI, el sistema de inteligencia artificial que teóricamente permitiría a sus vehículos convertirse en totalmente autónomos. Esta alianza, iniciada en 2019, planteó una inversión de 2.600 millones de dólares. El CEO de Ford indicó recientemente que su tecnología BluCruise permitiría alcanzar autonomía de nivel 3 en 2026, con ciertas limitaciones. Volkswagen parece haberse quedado atrás, aunque en abril presentó en Pekín su ID.CODE, un SUV deportivo con teórica autonomía de nivel 4.
Stellantis. El grupo de automoción en el que se engloban marcas como Peugeot, Citroen, Chrysler, Alfa Romeo u Open anunció en noviembre de 2022 la adquisición de la startup aiMotive. Su sistema STLA AutoDrive plantea una conducción autónoma de nivel 3 que estará disponible gradualmente en algunos de sus vehículos en EEUU en 2025.
Pony.ai. Esta empresa estadounidense respaldada por Toyota desarrolla sistemas de conducción autónoma y se ha convertido en una de las posibles aliadas de diversos fabricantes. Ha levantado un total de 1.300 millones de dólares en 10 rondas de financiación según Crunchbase. Ha logrado incluso operar en China, y recientemente firmó un acuerdo con Luxemburgo para impulsar la movilidad autónoma en el país.
Wayve. La startup británica de conducción autónoma levantó 1.050 millones de dólares de inversores como Microsoft, SoftBank o NVIDIA. Fundada en 2017, es otra de las impulsoras de ese futuro. Bill Gates, por cierto, pareció de lo más contento tras montar en uno de sus coches en Londres en marzo de 2023.
Zoox. La startup fue adquirida por Amazon en 2020 por unos 1.200 millones de dólares, y según Crunchbase ha levantado 1.000 millones de dólares en cinco rondas de financiación. La empesa ha desarrollado desde entonces un singular vehículo autónomo que ya en 2023 recibió permiso para empezar a operar. Lo ha hecho en Las Vegas (Nevada) y Foster City (California) con limitaciones (velocidad máxima de 55 km/h, aunque pronto podrán ir a 70 km/h), pero su despliegue es también cauteloso y de hecho por ahora está apoyado por conductores remotos humanos.
Mucho dinero gastado, y lo que queda por gastar. La situación general es bastante clara: aunque hay empresas con coches con nivel de autonomía 4 operando como robotaxis, los despliegues son por el momento muy limitados y cautelosos. No conocemos totas las inversiones realizadas por los fabricantes, pero en todos los casos los sistemas disponibles son más sistemas de asistencia a la conducción —avanzados y prometedores, desde luego— que otra cosa.
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