Las aerolíneas han encontrado otra forma de ganar espacio a costa del pasajero: acabar con los asientos reclinables

  • Las aerolíneas llevan años rediseñando sus asientos para ganar espacio e ingresos

  • La tendencia actual apunta al uso de asientos con una inclinación fija

Tenemos una relación de amor odio con los asientos reclinables de los aviones. Son fantásticos si quieres echar una cabezada más cómodamente, pero si no lo haces y el pasajero delante tuyo sí, eso puede llegar a resultar bastante molesto. Las aerolíneas lo saben, y están planteándose su desaparición para siempre.

Estos asientos imponen además otros problemas a las aerolíneas. Son más propensos a estropearse, pero además añaden peso a los asientos, algo que no ayuda al consumo de combustible final.

Algunas aerolíneas ni siquiera ofrecen ese botón en los asientos de clase turista, mientras que a finales de la década de 2000 comenzaron a aparecer los asientos "prereclinados", más ligeros y que fijaban el respaldo en un ángulo intermedio: ni totalmente erguido, ni totalmente reclinado.

La aerolínea británica de bajo coste Jet2 fue una de las primeras en usarlos en 2009, y British Airways también comenzó a usarlos tiempo después para vuelos con una duración inferior a cuatro horas.

Ryanair se los cargó directamente en 2004 como medida para aprovechar mejor el espacio. La aerolínea comentó entonces cómo eso le permitiría ahorrar unos dos millones de euros al año. Y cuando no intenta ahorrar para ella, intenta hacer pagar más a sus usuarios con ideas discutibles. Como por ejemplo, viajar de pie.

Hay otros muchos casos: en 2019 Delta redujo el grado de inclinación de sus asientos de cuatro pulgadas a tan solo dos pulgadas para la clase turista, y de 5,4 pulgadas a 3,5 pulgadas para primera clase. American Airlines, United Airlines y Southwest Airlines también limitaron la reclinación a dos pulgadas en vuelos nacionales

Hay un par de factores adicionales claros en la desaparición parcial o total de esa opción. El primero, que las aerolíneas pueden hacer desaparecer la posibilidad de elegir asientos reclinables en clase turista y cobrar esos asientos como un interesante extra para subir el precio de los billetes. Después de todo, el futuro parece propenso a la aparición de asientos de clase media "premium".

Reimaginando el asiento del avión

La otra, por supuesto, es el ahorro de espacio. Según CNN, si una aerolínea puede ahorrar 2,5 cm de espacio por fila, eso equivaldrá a unos 76 cm en un Boeing 737 o en un Airbus A320. O lo que es lo mismo: toda una fila extra de asientos.

Son varios los intentos de revolucionar la disposición de los asientos. Por ejemplo, con asientos a dos alturas como los ideados por el joven emprendedor español Alejandro Núñez Vicente. Hay también diseños curiosos que reposicionan el asiento de en medio, habitualmente el peor valorado a la hora de viajar en avión o ideas singulares —o quizás terribles— como la de los asientos invertidos.

De momento, eso sí, las aerolíneas están apostando por los asientos prerreclinados. Así lo indica en citado artículo de CNN, que pone el ejemplo del fabricante Recaro, una de las firmas que está aprovechando la tendencia para equipar aviones de aerolíneas con sus asientos. 

Para averiguar el grado de inclinación —en Recaro es ligero y oscila entre los 15 y los 18 grados— se hace uso del concepto "max pax" utilizado por la industria. Esto es, el recuento máximo de pasajeros que cada avión tiene certificados para poder transportar. 

En un Airbus 321neo, por ejemplo, es de hasta 244 pasajeros si todos viajaran en clase turista, pero cuando se aprovecha la parte delantera para los tradicionales asientos de primera clase y Business, las plazas se reducen de forma considerablemente y bajan de los 150 pasajeros. 

Aún así, los asientos tradicionales están "adelgazando" de forma paralela al resto de técnicas. Cambia la estructura y se hace más delgada justo en la parte donde los viajeros tienen las rodillas para permitir así que estén más cómodos. Ese espacio extra para las rodillas, cómo no, suele ser otro argumento para subir el precio del billete.

Las ventajas de eliminar los asientos reclinables son obvias en vuelos de corta distancia, pero la cosa cambia con vuelos más largos. Mientras tanto y si vais a viajar en avión, quizás no sea mala idea avisar al pasajero de detrás si vamos a reclinar el asiento. 

Imagen | Aleksei Zaitcev

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