BYD Tang, primeras impresiones: un gigantesco coche eléctrico para las familias más numerosas que lanza un órdago al Kia EV9

BYD renueva el Tang, su gran SUV eléctrico de siete plazas y se posiciona en un mercado con muy poca competencia

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En 2023, BYD llegaba al mercado español. Lo hizo con tres modelos de sus coches eléctricos. El lanzamiento fue toda una declaración de intenciones. El BYD Atto 3 se posicionaba como un coche para hacer la competencia a los grandes generalistas, como el Volkswagen ID.3. Pero, por si había alguna duda de lo que la compañía china era capaz de ofrecer, también hicieron acto de presencia con el BYD Han y Tang.

El BYD Han es una berlina enorme que ya hemos probado. Recordamos que era un coche muy cómodo y excelente para viajar. Cuenta, además, con algunos detalles interiores que lo diferencian de la competencia y es una buena opción si queremos una gran berlina eléctrica que, aunque no es barata, está muy lejos de los 100.000 euros que piden por algunos modelos premium europeos.

En cuanto al BYD Tang, este es el gran SUV eléctrico de la compañía. Es un eléctrico de siete plazas, que apenas tiene rivales en el mercado. El Kia EV9, que ofrece esta configuración, se mueve en los 85.000 euros en adelante aunque, eso sí, nos dejó muy buen sabor de boca durante la toma de contacto.

En su llegada, el BYD Tang se le veía algo desfasado respecto al Han y el Atto 3. Era un coche que llegaba ya con unos años encima. Ahora, el coche se ha renovado en profundidad. Su estética es mucho más moderna, más fluida y más cercana al gusto europeo. Aunque desde fuera impresiona, su pilar D camuflado en negro ayuda a generar una imagen un poco más ligera. No parece tan “tanque” pese a que su tamaño es enorme.

El relanzamiento del Tang cuando apenas ha pasado poco más de un año desde que llegara a España es una muy buena noticia para quien estuviera interesado en el modelo.

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Ficha técnica del BYD Tang


BYD Tang

Tipo de carrocería

SUV de cinco o siete plazas

Medidas y peso

4,970 metros de largo, 1,955 de ancho y 1,745 metros de alto. Distancia entre ejes de 2,820 metros. 2.630 kg.

Maletero

235 litros con siete plazas y 940 litros con cinco plazas.

Potencia máxima

380 kW (509 CV).

Consumo WLTP

Por confirmar. Autonomía esperada de 530 kilómetros.

Distintivo ambiental DGT

Cero emisiones.

Ayudas a la conducción (ADAS)

Control de crucero adaptativo con frenada de emergencia (también en tráfico cruzado trasero), mantenimiento en el carril y asistente de cambio automático del mismo. Cámaras delantera y trasera.

Otros

Compatibilidad con Android Auto y Apple Car Play. Puertos USB para todos los pasajeros. Pantalla rotativa de 15,6 pulgadas con sistema de infoentretenimiento propio.

Híbrido eléctrico.

No.

Híbrido enchufable.

No.

Eléctrico

Sí. Versión con tracción total de 380 kW (509 CV) y 108,8 kWh de batería.

Precio y lanzamiento

Por confirmar.

La comodidad por encima de todo

Como sucede con la mayor parte de coches de BYD, la puesta a punto de este BYD Tang está claramente enfocada al confort de los pasajeros.

El interior, tanto las plazas delanteras como traseras, cuentan con buenos materiales que está muy bien rematados. El uso de materiales agradables al tacto y la ausencia de plásticos duros es algo que se repite entre los modelos más caros de la marca china pero en este BYD Tang es un punto a destacar.

Nos gusta el remate con la costura vista y los plásticos blandos se reparten por todo el mueve del salpicadero. La pantalla del cuadro de instrumentos (12,3 pulgadas), me parece que es de mejor calidad que la de los BYD Han o Seal, a los que le criticamos una resolución que no estaba a la altura de lo esperado.

El Head-Up Display también se ha renovado en este Tang. Ya no cuenta con el problema de que los números bailen entre dos cifras, como sí le ha venido sucediendo a los coches de la marca. Y, además, la información se lee con claridad y el reparto de la misma es buena. Suma también las indicaciones del navegador, que se muestran con mucho detalle.

A esto se añade la famosa pantalla rotativa de 15,6 pulgadas. La ausencia de mandos físicos vuelve a mandar en el habitáculo y carecemos, una vez más de los mismos para funciones tan sencillas como la climatización. Aunque parece una batalla perdida, no debemos dejar de hacer hincapié en ello. El volante, eso sí, cuenta con un buen número de botones bien repartidos que facilitan algunas tareas sencillas.

El enorme tamaño del panel central ayuda a sumar mucha información con un solo golpe de vista y permite añadir más datos a la navegación. Sin embargo, lo ideal sería posicionarla en vertical para este último cometido pero dado su tamaño provoca que tape ligeramente el parabrisas delantero en su zona inferior. ¿Tiene un impacto real en la conducción? No, porque no tapa ningún espacio que debiéramos tener controlado bajo cualquier circunstancia pero a mí me despista tener una parte del parabrisas recortada por la pantalla, por ínfima que sea.

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En cuanto a lo que se muestra en el panel, BYD ha renovado profundamente el sistema de infoentretenimiento. Durante la prueba no pudimos comprobar hasta dónde llegaba esta actualización que, estéticamente, parece mucho más agradable, jugando incluso con algunas transparencias. También se han añadido más widgets en la zona inferior para incluir atajos a a algunas de las funciones como la música o la radio.

Nos queda la duda de cómo es el manejo general de los menús. Yo no he sido especialmente crítico con este apartado en otras ocasiones pero soy consciente de que la marca ha recibido algunas críticas de compañeros que encuentran algo engorroso los pasos a dar antes de llegar al lugar deseado. Como decimos, necesitaríamos una prueba más en profundidad para comprobar estos detalles que no hemos podido realizar por falta de tiempo.

En movimiento, la prueba discurrió casi exclusivamente en autopista. Allí pudimos comprobar la extrema comodidad en marcha. Los asientos son muy mullidos y amplios. Tan amplios que echo de menos que me abracen un poco más. El espacio para las plazas traseras es enorme y estos pasajeros podrán hacer cientos de kilómetros acumulando muy poca fatiga.

Dinámicamente, el coche está pensado para tragarse kilómetros en vías rápidas. No pudimos ponerlo a prueba en carreteras secundarias por lo que no sabemos su comportamiento a la hora de enlazar curvas y cómo gestiona el reparto de pesos entre uno y otro viraje. Podemos intuir que no será su mayor virtud porque lo blando de su suspensión no parece invitar a ello.

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La dirección y el pedal del freno son blandos y aunque el volante gana peso cuando aumenta la velocidad, sigue siendo menos directo de lo que me gustaría. Donde más brilla es en ciudad, ya que las maniobras, con un volante tan blando, apenas requieren de esfuerzo. Es una tendencia que se repite en muchos coches, la de la dirección extremadamente blanda. Personalmente, me gustan opciones más directas y con mayor peso pero hay quien agradece esta decisión a la hora de maniobrar en el día a día.

En cuanto a los sistemas de ayuda a la conducción (ADAS), nos gustaría hacer una prueba más en profundidad. En el BYD Han destaqué que era un punto negativo en algunas situaciones y tampoco es la mayor virtud del BYD Seal. En el Tang, el funcionamiento parece haberse mejorado pero sigue mostrando ciertas dudas cuando circulamos a la izquierda de un camión, provocando algunas frenadas demasiado agresivas.

Eso sí, me parece que el coche se mantuvo con mayor precisión en el centro del carril y que sus movimientos fueron más fluidos, predecibles y seguros. Las aceleraciones y frenadas que el coche anticipa con tiempo son mucho más suaves que en algunos de sus hermanos pequeños.

No hay muchos coches eléctricos de este tamaño que ofrezcan siete plazas. A falta de conocer el precio, podemos imaginar que el BYD Tang no será barato y, como le sucede al Han, tiene un reto enorme para convencer a clientes que pueden preferir marcas europeas con mayor tradición en el mercado.

Con todo, quien busca un coche eléctrico cómodo, con siete plazas o un espacio enorme de maletero y que se mueva en los 400 kilómetros de autonomía (a falta de pruebas en mayor profundidad), no tiene muchas opciones y BYD le da una solución. En un mercado como España, donde coches eléctricos de semejantes proporciones son casi inexistentes y sus compras puntuales, su precio será determinante.

Fotos | BYD

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