De 50 km/h a más de 600 km/h en menos de un mes. Supuestamente. Esto es lo que ha confirmado el diario chino South China Morning Post, haciéndose eco de la información aportada por CASIC, (China Aerospace Science and Industry Corporation), la empresa encargada de construir y operar las instalaciones del Hyperloop chino.
Decimos que se ha pasado supuestamente de 50 km/h a más de 600 km/h porque hace apenas dos semanas que en Xataka nos hacíamos eco de los avances que está realizando esta empresa. Entonces se advirtió que habían comenzado las primeras pruebas de su Hyperloop pero que apenas se había alcanzado la velocidad antes referida pues en los test sólo se habían recorrido poco más de 200 metros.
Ahora, con dos kilómetros construidos, CASIC ha confirmado que las pruebas han marcado un nuevo hito de velocidad. El mayor problema es que, como recogen en el medio chino, no se sabe cuál es la velocidad alcanzada. Al menos no lo sabemos nosotros, pues aseguran que la cifra sigue siendo un secreto y que no se ha hecho público.
Desde CASIC defienden que han conseguido establecer un nuevo récord de velocidad utilizando un vehículo de levitación magnética y sin condiciones de vacío. Esto obligaría al vehículo creado por la empresa china a superar los 603 km/h registrados por los trenes japoneses de la Serie L0, los cuales marcaron un récord como los trenes tripulados más rápidos del mundo.
Un Hyperloop para conseguir el transporte terrestre más rápido del mundo
Los intentos por tener la alta velocidad más avanzada están obligando a China a llevar a cabo importantes esfuerzos tanto en trenes de pasajeros como en el desarrollo de este Hyperloop.
En 2022 ya utilizaron los Juegos Olímpicos de Invierno para mostrar su músculo tecnológico con un tren bala autónomo que permitía conexiones en directo para los periodistas y hasta contaba con un pequeño estudio de televisión. Extender las vías de alta velocidad puede ser esencial en un país donde las distancias entre ciudades son enormes.
Aunque ya cuentan con la red de alta velocidad más extensa del planeta (con 40.000 kilómetros disponibles), en Qingdao mantienen una línea de prueba para seguir desarrollando sus trenes maglev, aquellos que funcionan con levitación magnética y que permiten alcanzar velocidades extraordinariamente altas por carecer de roce con las vías.
Al mismo tiempo, el Gobierno chino está dedicando un buen número de recursos a su propio Hyperloop. Con él quieren ser los primeros en alcanzar velocidades de hasta 1.000 km/h, lanzando vehículos en tubos de vacío y haciéndolos levitar mediante imanes. En dos años, han creado de la nada una pista de pruebas de dos kilómetros que esperan ampliar hasta un total de 60 km/h de longitud.
El proyecto cuenta con el respaldo del Gobierno chino para, en un futuro, poder transportar mercancías y personas a velocidades desconocidas hasta ahora en el transporte terrestre.
De sacar adelante su propio Hyperloop, China no solo habría alcanzado cifras difícilmente imaginables, también estaría demostrando que la tecnología es viable. Al menos en lo puramente práctico porque el Hyperloop, de momento, sólo ha cosechado fracasos cuando se han ido ampliando las pruebas.
Hay que tener en cuenta que para que un vehículo alcance estas velocidades no sólo se necesita la tecnología magnética, también es necesario crear tubos de vacío donde la fricción con el aire del propio tren es inexistente. Esto presenta enormes problemas en su concepción, su construcción y en los materiales utilizados que, hasta ahora, no han conseguido resolver paladas de millones de euros.
Y una vez conseguida la tecnología, ya solo queda rentabilizarla.
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Foto | Geely
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