La semana pasada se pudo leer en Xataka "La gasolina está más cara que nunca". Un titular que estaba vigente hace siete días y que, de momento, no ha caducado. Lo que sí ha cambiado, sin embargo, es el precio de la gasolina. El último reporte de la Comisión Europea señala un precio medio para España de 1,559 euros el litro, otros dos céntimos más cara que el recogido en el último informe.
Y el diésel tampoco baja. La Comisión Europea cifra la media del litro de diésel en 1,444 euros. Es decir, el gasóleo está a sólo un céntimo de sobrepasar su máximo histórico. Si la tendencia se mantiene puede que la semana que viene nos enfrentemos a los precios más caros de la historia en nuestro país para el diésel y la gasolina al mismo tiempo.
¿Qué podemos hacer los conductores?
Viendo que el precio de los combustibles está disparado y que las previsiones a corto plazo no son buenas (tan solo el Gas Natural parece que aflojará un poco su espectacular subida), ahorrarnos unos euros a final de mes en diésel y gasolina queda en las manos, y los pies, de los conductores. ¿Cómo? Aplicando algunos de los siguientes consejos.
1.- Elegir bien dónde repostar
Observar, comparar y decidir siempre será la manera más barata de conseguir el mejor precio. En este caso no está de más que aprovechemos aplicaciones como GasAll o Gasolineras España, una forma sencilla de encontrar los precios más bajos cerca de allí donde estés y con la posibilidad de crear una ruta y comprobar todos los precios disponibles a lo largo de la misma. En el ordenador también puedes consultar dieselgasolina.com o los precios que recoge el Ministerio del Interior en su Geoportal.
En el caso de que elijamos una gasolinera low-cost, no debemos temer su combustible. Éste es el mismo que el de cualquier otra gasolinera, la única diferencia en el carburante es que no contaremos con sus aditivos que, en otras compañías, señalan como necesarios para hacer un mayor número de kilómetros. Además, hay que tener en cuenta que el ahorro en estos casos también se produce porque estas estaciones de servicio no cuentan con grandes infraestructuras, servicios de tienda o, incluso, carecen de empleados.
2.- No te dejes el tarjetero en casa
Y nada de olvidarnos de los descuentos y las campañas promocionales. Si todos los días hacemos el mismo recorrido, es posible que en tiempo y dinero merezca más la pena hacernos con una tarjeta de fidelización de la estación de servicio más cercana a nuestro destino y evitar desviarnos de la ruta habitual para encontrar un precio más barato.
3.- Cuidado con el pie derecho
Una vez hemos elegido estación de servicio y hemos rellenado el tanque de diésel o gasolina, nada como cuidarnos con el pie derecho para ahorrar combustible. Y cuidarnos con el pie derecho no quiere decir que tengamos que hacer nuestros viajes eternos, pero sí debemos ser conscientes que ser eficientes en nuestra conducción tiene una influencia directa en el consumo.
Antes de ponerte en marcha, al arrancar, no acelerar. Sólo estresaremos al motor, que todavía estará frío, y consumiremos combustible innecesariamente. Es una regla que irrefutable. De hecho, lo mejor es evitar los acelerones bruscos. También las frenadas fuertes que nos hagan perder velocidad. Adaptar la velocidad al tráfico y mantenerla constante son dos buenas ideas para ahorrar combustible. Así podemos movernos a punta de gas, anticipar mejor los frenazos y, por tanto, además de ahorrar dinero también aumentaremos nuestra seguridad.
4.- Las marchas, cuando tocan
Cuidando los cambios de marcha también podemos ahorrar un dinerillo extra. Circular con marchas largas y, en la teoría, cambiar de relación en un vehículo diésel entre 1.500 y 2.000 rpm o en un gasolina entre las 1.500 y las 2.500 rpm son consejos que se mantienen perennes en el manual de todo conductor.
5.- Y lo mismo con el control de crucero
Ahorrar combustible no debe estresarnos, pero sí exigirá que seamos activos en nuestra conducción. Podemos utilizar el control de crucero, pero con sentido. En zonas llanas puede ser un buen aliado para mantener siempre la misma velocidad pero a pocas cuestas que nos encontremos, lo mejor es desactivar esta opción y adaptarnos a la orografía, circulando un poco más despacio en las cuestas arriba y dejándonos ir en las bajadas.
6.- La melena al viento, pero no siempre
Otro consejo sencillo de aplicar es que tengas cuidado con el uso del aire acondicionado y las ventanillas. En verano, si queremos enfriar rápidamente el habitáculo, o tenerlo muy frío, también repercutirá en un mayor gasto de combustible. Además, en ciudad puede ser más útil bajar un poco las ventanillas. Eso sí, es mejor no bajarlas del todo para no perder excesiva eficiencia aerodinámica y cuando la velocidad aumente, es mejor subirlas por completo pues estaremos frenando el coche.
7.- Vigila el calendario
Otros detalles que afectan directamente al gasto de combustible en nuestro coche están relacionados con el mantenimiento del mismo. Cuidar todos los componentes con las revisiones programadas nos ayudará a que éstos trabajen de la manera más eficaz posible y a que no exijan un mayor volumen de diésel o gasolina para desarrollar la potencia que necesitemos.
8.- La importancia de las ruedas
Otra obligación que debemos aplicar sin falta, por el consumo del coche y nuestra propia seguridad, es revisar nuestros neumáticos. Una presión inferior a 0,5 bares aumenta el consumo de nuestro coche hasta en un 4%, según el RACE. Además, crece la distancia de frenado, la inestabilidad y afecta directamente a los componentes de la suspensión y la dirección, acelerando su desgaste. Invertir unos pocos minutos una vez al mes puede ahorrarnos un buen dinero.
9.- Sólo lo imprescindible
Esto es sencillo, cortita y al pie: no debemos llevar en el coche más de lo necesario. Tener el maletero limpio y no acumular bultos. Es obvio, a menor peso también será menor el gasto en combustible. Imaginemos que todos los días llevamos a la espalda una mochila cargada de peso. Tendresmos que utilizar mucha más energía y reponer nuestros depósitos con mayor asiduidad. No deseemos para nuestro coche lo que tampoco queremos para nosotros.
10.- Prevenir es vivir
Planificar el viaje puede ser decisivo. Tener claro a dónde queremos ir, y cómo vamos a llegar, nos permitirá buscar la gasolinera que más se adapte a nuestro viaje, encontrar con antelación un restaurante que nos guste y, sobre todo, no hacer kilómetros de más, pues sólo repercutirá en un mayor gasto de combustible y más tiempo en la carretera.
11.- Esclavos del GPS
Por último, pero no por ello menos importante. La tecnología es nuestra aliada, pero tampoco debemos depender exclusivamente de ella. Aunque utilices el GPS, no está de más que memorices las instrucciones generales o tengas descargado un mapa de tu viaje. Nunca sabemos cuándo podemos quedarnos sin cobertura y perdernos irremediablemente. Además, no llevarlo siempre activo también sirve para prestar mayor atención a las señales, memorizar caminos alternativos y mejorar nuestra capacidad para ubicarnos en la carretera.
Foto de portada | Ron Reiring
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