Es sorprendente el amor que puede llegar a sentir el ser humano por las máquinas. No hablo ni de robots que nos hagan compañía ni de mantener relaciones sexuales con ellos. Hablo, sencillamente, del apego que sentimos hacia herramientas de nuestro día a día, como puede ser un coche.
Pero, ¿puede una empresa sentir amor por sus máquinas? ¿Puede, de hecho, una empresa sentir amor? Toyota está a punto de desmostrarlo.
No tiene un nombre épico como Giga Press pero, al contrario que la máquina que tantas alegrías le ha dado a Tesla, sí tiene una dilatadísima historia detrás. Tan dilatada que, de hecho, tiene más años que la propia Toyota. Hablamos de una enorme prensa Komatsu. Ahora los japoneses la devolverán a su casa, después de 60 años lejos del país.
Esta prensa Komatsu llegó a Brasil a principios de los años 60 y entró en funcionamiento en 1962. Desde entonces, ha estado sirviendo a la compañía pese a superar ampliamente su edad de jubilación. Y es que, para conocer la verdadera historia de esta máquina, hay que remontarse a 1934.
Una máquina con 90 años a sus espaldas
En 1934, De la Cierva estaba realizando los últimos ensayos de su autogiro antes de echarlo a volar definitivamente en el mes de febrero de ese mismo año. El Mundial de fútbol sólo está celebrando su segunda edición. Sí, aquella edición en Italia donde el duelo con la anfitriona terminó con un reguero de bajas (siete fueron los españoles que se perdieron el partido de desempate, incluyendo a Zamora, portero y estrella española, al que le partieron dos costillas en el primer enfrentamiento) y la sombra más que evidente de que el fascismo había tomado todos los caminos para alzar el trofeo.
Saliendo de nuestras fronteras, el mundo todavía no sabía que la Guerra Civil Española estaba a punto de convertirse en un ensayo general antes de la II Guerra Mundial. Eran solo dos de los grandes acontecimientos que esperaban a la máquina Komatsu de Toyoda Automatic Loom Works.
Porque, entonces, Toyota no era Toyota. Al menos como empresa independiente. El fabricante, en realidad, había nacido un año antes (1933) y todavía estaba bajo el paraguas de una compañía dedicada a la confección de telares. Por aquel entonces, el ahora gigante automovilístico sólo representaba un negocio más dentro de una compañía mayor.
No sería hasta 1937 cuando Toyota, impulsada por Kiichido Toyoda (hijo del fundador de la empresa matriz) se establecería al fin como Toyota Motor Company. Para posicionarse como una marca independiente, Toyoda optó por cambiar ligeramente el nombre, ya que sus kanji necesita de ocho trazos (un número que en Japón se considera que trae buena suerte).
Toyota devolverá a Japón una enorme prensa Komatsu que lleva 90 años dando servicio a la compañía
A estas alturas, como puedes imaginar, Akio Toyoda, presidente de Toyota Motor Company, tiene mucho que ver con Kiichido Toyoda. Efectivamente, el nieto del fundador de la marca es quien supervisa todos y cada uno de los pasos que da la compañía.
Lo que entonces decidió Kiichido Toyoda es que para fabricar en masa debían hacerse con una enorme prensa Komatsu de 700 toneladas. Era el momento de dar un paso adelante y cambiar por completo su negocio.
"Debió haber sido increíblemente caro. Pienso que se financió en gran medida con el dinero obtenido de la venta de las patentes de Toyoda Automatic Loom Works a una empresa británica, que también permitió el nacimiento de Toyota Motor Corporation. Debió ser muy cara", recalca Masahiro Inoue, Director General de Toyota en la Región de América Latina y el Caribe.
No es casualidad que este directivo haya tomado la palabra. En la década de los 50, Toyota empezó a evaluar de qué manera podía expandirse. En 1956, el Gobierno de Brasil prohibió la importación de automóviles, por lo que a las compañías que quisieran hacer negocio allí no les quedó más remedio que fabricar localmente. En 1958, finalmente, Toyota dio un paso adelante y se hizo con unos terrenos que pondría a pleno rendimiento a principios de la nueva década.
Tras construir su planta, en 1962 Toyota ponía a funcionar en Brasil su primera fábrica fuera de sus fronteras. Hasta entonces, la compañía sólo tenía dos plantas productoras, en su sede (cerca de Nagoya) y la de Motomachi. Y para rentabilizar la inversión, allí desplazó Toyota su Komatsu que, con casi 30 años de vida, había estado produciendo vehículos en Japón.
Desde entonces, y hasta el pasado mes de noviembre, esta enorme prensa ha estado fabricando vehículos de manera interrumpida. Más de 60 años dando servicio a la planta brasileña produciendo parte del Toyota Bandeirante, el primer modelo que la compañía producía en suelo extranjero y que era una suerte de Toyota Land Cruiser.
Sin embargo, tras más de seis décadas dando servicio, la planta de Sao Paulo cierra sus puertas. No es el fin de la prensa Komatsu, pese a todo. Toyota ha decidido que la máquina sigue funcionando a la perfección y está trasladándola de nuevo a Honsha (donde estaba instalada antes de su envío transoceánico) para mantenerla como una reliquia del pasado pero, también, formando parte de su cadena productora.
La máquina se mantendrá en un estado que garantice su trabajo y señalan desde la empresa que seguirá produciendo piezas de repuesto. Para asegurarse de que se mantiene con vida, algunos trabajadores han recibido la formación necesaria para repararla en caso de necesidad.
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Foto | Toyota
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