Poco a poco las bicicletas han ido ganando protagonismo como medio de transporte alternativo al metro, los trenes, los autobuses y como no los vehículos privados sin olvidarnos, claro, del típico paseo. No contaminan, son fáciles de transportar, hacemos ejercicio con ellas y su crecimiento está haciendo que las ciudades estén transformándose.
Todo empezó con la introducción de los carriles bici en muchas ciudades de todo el mundo. Sin embargo no en todas están bien colocados y a veces pueden provocar accidentes o entorpecer el resto del tráfico. Para atajar el problema, Nick Falbo, un diseñador y planificador urbano de Portland, ha propuesta una solución muy sencilla y útil.
El modelo que propone Nick Falbo se basa en rediseñar las intersecciones para hacer los giros más seguros: antes de girar a la derecha la carretera se estrecha un poco para que el ciclista no quede expuesto cuando vaya a realizar este movimiento. Las esquinas quedan más protegidas ya que los peatones también quedan más protegidos de los coches.
Lo que parece más cuestionable es el espacio que restan a la carretera. Como se puede ver al principio del vídeo, cuando se muestra la transformación, los coches pierden un par de carriles, uno en cada sentido, para que el carril bici ocupe más espacio y se puedan proteger las intersecciones.
Con este cambio los ciclistas pueden hacer el giro antes que los coches y no preocuparse por ver si éstos van a ir en la misma dirección que ellos o no. También se quiere modificar la señalización para introducir a este figura en los semáforos de los cruces.
Cuando un vehículo grande como un camión necesitan mucho espacio para hacer un giro, un coche menos pero lo puede hacer de forma más rápida, reducir este riesgo es un buen planteamiento para darle más protagonismo a la bicicleta y que sea más seguro moverse por las calles.
El diseño es bastante interesante ya que demuestra que con una serie de cambios se puede cambiar para adaptarse a la forma en la que nos movemos. Eso sí, llevarlo a cabo es más difícil que decirlo: los cambios estructurales son grandes y en algunos tramos estas obras pueden ser muy sensibles debido a la importancia que tienen, pensemos por ejemplo el centro de una gran ciudad. Habrá que ver qué tal se lleva con las bicis inteligentes eso sí.
Vía | Wired
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