Aseguran de Enzo Ferrari que, entre sus muchas frases lapidarias, tenía dos que podían grabarse con letras de oro: "la aerodinámica es para fracasados que no saben hacer motores" y "cuando usted compra un Ferrari, está pagando por el motor. El resto se lo doy gratis".
Sea o no cierto, da una idea de cuál es el legado que lleva consigo la marca. Un legado, una historia que la actual Ferrari está cambiando por completo para sobrevivir en un contexto social y económico muy distinto al que se encontró Enzo Ferrari cuando fundó la marca que llevaría su apellido en 1947.
El mundo ha cambiado y con él Ferrari que tiene en el coche híbrido, eléctrico y el SUV sus bazas más fuertes para el futuro.
La nueva Ferrari
Ahora estamos ante un nuevo escenario. La Unión Europea presiona para rebajar sensiblemente las emisiones contaminantes en su suelo. Aunque se ha dado luz verde a vender vehículos con motores de combustión que funcionen con combustibles sintéticos neutros en carbono, pasado 2035, el objetivo pasa por reducir a corto y medio plazo las emisiones contaminantes.
De momento, parece que Euro 7 quedara en una legislación mucho más débil de lo que se preveía pero los fabricantes de superdeportivos tienen que seguir realizando enormes esfuerzos para rebajar su producción de emisiones. Y eso, en vehículos de enormes motores, pasa por una electrificación irremediable de gran parte de su gama. Así como la venta de vehículos eléctricos que no sumen emisiones al volumen medio de la firma.
Las obligaciones en materia de seguridad han obligado a que, por normativa, un vehículo sea mucho más sencillo de conducir que hace años. Pese a sus descomunales cifras de potencia, quien compre un Ferrari también compra un automóvil con unos sistemas de seguridad que dulcifican la experiencia.
Lejos quedan los tiempos en los que comprarse un Ferrari F40 no sólo requería de dinero, también de manos y conocimientos si no se quería vivir situaciones de riesgo. En estos momentos, es evidente que los centenares de caballos de potencia pueden comprometer las manos inexpertas o descuidadas pero el riesgo es menor.
A todo lo anterior hay que añadir los gustos de los clientes y la presión del resto de compañías. Aunque Ferrari se haya resistido durante años, el público quiere SUV. Y los de Maranello no han tenido más remedio que ceder con una media sonrisa. Porque aunque los puristas sintieran que Ferrari hincaba la rodilla, al menos la compañía va a recibir una enorme cantidad de dinero para seguir diseñando sus modelos más exclusivos.
Ferrari no se encuentra en la situación que vivió Porsche con su Cayenne pero el volumen de ventas ha sido tal que ha tenido que cerrar pedidos de su Purosangue para que la marca no perdiera valor. Aunque su precio de salida se acercaba a los 400.000 euros, la burbuja creada es tal que ya se pueden ver de segunda mano por más de un millón de euros.
Todo indica, por tanto, que las cifras de 2023 serán históricas. Hace dos años, en 2021, Ferrari marcó un nuevo récord de ventas. Sus 11.155 unidades colocadas en el mercado supusieron un aumento del 22% respecto a 2020 y, sobre todo, un 9,18% más que en 2019, cuando la producción no estaba aún afectada por la crisis de coronavirus. En 2022, con 13.221 deportivos puestos en la calle, la firma consiguió elevar aún más su listón.
Y con un superdeportivo eléctrico en el horizonte para 2025, las ventas de Ferrari ya están inundadas de modelos electrificados. En el segundo semestre, el 43% de las matriculaciones fueron automóviles con esta tecnología. Bloomberg, quien se hace eco de estos datos, augura que Ferrari ha subestimado el poder de sus híbridos, pues en 2026 esperaba que el 55% de sus ventas los representaran este tipo de vehículos. Tres años antes ya se acerca peligrosamente a esta cifra.
Los inversores, además, están respaldando los pasos que la compañía está dando. Desde 2021, la cotización de las acciones de Ferrari han crecido en un 54% ya ha conseguido enorme éxitos en mercados como China, al tiempo que se ha abierto al público femenino que, hasta hace poco, era poco menos que testimonial.
Desde el diario económico también apuntan a que hay un interés creciente entre los millonarios en los que se reclaman superdeportivos fabricados con una menor huella de carbono. De momento, la Ferrari de hoy es más eléctrica y amable con sus clientes que décadas atrás. Todo indica que seguirán por el mismo camino. Y los datos les dan la razón.
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Foto | Ferrari
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