Cuando alguien me pregunta sobre qué equipamiento montar en su vehículo, qué dejar a un lado y qué incorporar sí o sí, hay algo que tengo clarísimo: invierte en las mejores luces que puedas. La evolución en los faros de nuestros vehículos ha sido extraordinaria en los últimos años. Unas mejoras con las que, puede, nos hayamos pasado de los límites.
Una experiencia. Hasta hace poco, contaba en mi garaje con un coche que caminaba hacia las dos décadas de vida. Como expliqué en este artículo, de lo poco que echaba de menos cuando probaba un coche para Xataka y luego tenía que coger el mío eran las luces. Subirse a un coche moderno y luego hacerlo en uno con 16 o 17 años a las espaldas era un choque brutal.
Pasar de un coche moderno a uno considerado "antiguo" es como si te cambiaran una potente linterna en mitad del bosque por un pequeño candelabro. Montar las mejores luces posibles mejora nuestra seguridad. No solo porque veamos más lejos y mejor lo que tenemos delante, también porque llegaremos menos cansado a nuestro destino.
Una revolución. La evolución que han experimentado los coches en los últimos 20 años en sus sistemas lumínicos ha sido increíble. De los faros halógenos se pasó al xenón, lo que supuso un enorme salto en materia de seguridad, con unas luces blancas que parecían descubrirnos un mundo hasta ahora desconocido.
Pero los faros xenón también tenían la desventaja de ir perdiendo fuelle conforme se iban descargando. Los grupos LED llegaron para cambiar esto, con un consumo inferior a los xenón y, sobre todo, a los halógenos. Una iluminación mejor, mayores facilidades para las marcas de crear firmas identificativas con los faros y la clara ventaja de que deberían durar toda la vida útil del vehículo.
Mejor, un ejemplo. El año pasado, se permitió la sustitución de las luces halógenas por bombillas LED homologadas. Esto ha permitido que quien utiliza un coche que hasta ahora contaba con luces halógenas pueda mejorar sensiblemente su seguridad en la carretera.
Alvaro Ruiz, en Motorpasión, explicaba la experiencia con un Volkswagen Golf, señalando todo lo que hay que tener en cuenta pero dejando claro que el salto cualitativo en la circulación nocturna era más que evidente. Explicaba con fotos que iluminaba más lejos, con luz de mejor calidad y más uniforme. Las fotografías son muy esclarecedoras.
Pasarse de la raya. Pero todas las mejoras que estamos experimentando como conductores... podemos estar sufriéndolas como meros espectadores ante lo que otros montan en sus coches. Según un estudio en el que ha participado la asociación holandesa ANWB y que se ha desarrollado en diez países, de la mano de sus socios, el 78% de los conductores reconoce ser deslumbrado habitualmente o siempre por las brillantes luces de los coches.
De ellos, el 20% de las personas que asegura haber sido deslumbrada habitualmente califica que estos haces de luz son insoportables. Tanto es así que el 72% de los conductores afectados dicen tener que retirar la mirada de la carretera para posar sus ojos en otro lugar. El 60% dice achicar los ojos para tratar de intuir mejor lo que sucede en la carretera.
Pidiendo a Europa. Los autores del estudio han pedido a la Comisión Europea que tome cartas en el asunto. El problema, aseguran, afecta a las luces de cruce de los coches, pero también a las luces LED traseras, los antinieblas e, incluso, los intermitentes. Reclaman, por tanto, que Europa regule mejor qué tipo de luces pueden instalarse en los vehículos.
Lo cierto es que Europa está encontrando algunas voces críticas en los últimos tiempos. Desde sus organismos se ha puesto en marcha el proyecto Visión Cero, con el objetivo de reducir al mínimo los accidentes en la carretera. Pero estos esfuerzos se han centrado, sobre todo, en el exceso de velocidad, dejando de lado el peligro que pueden representar unos sistemas lumínicos mal diseñados o el crecimiento de las pantallas.
Conducir a ciegas. Desde ANWB aseguran que un deslumbramiento es una situación realmente peligrosa en la carretera. Recuerdan que el ojo puede tardar alrededor de nueve segundos en volver a acostumbrarse a la luz, una vez ha sido cegado. Esto, señalan, supone recorrer a tientas 75 metros... a una velocidad de 30 km/h. En carretera, a 100 km/h, la distancia recorrida aumenta hasta los 250 metros.
En los últimos años, los fabricantes han ido popularizando las luces con cambio automático (entre cortas y largas) o las matriciales (que rodean el coche que nos precede para evitar deslumbramientos). Sin embargo, desde la DGT nos recuerdan la importancia de mantenernos atentos a la conducción y no relajarnos, combinando entre largas y cortas manualmente si es necesario o creemos que podemos deslumbrar a otro vehículo por las propias circunstancias del tráfico.
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Foto | Stellantis
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