No es desde luego el primero, y no será el último de los fabricantes de automóviles en tomar este tipo de decisión
Seguro que recordáis el escándalo de los asientos calefactables de BMW. La firma lanzó una polémica suscripción para poderlos activar, pero las enormes críticas le hicieron dar marcha atrás —y nunca mejor dicho—. Ahora otro fabricante se enfrenta a una situación similar.
Mazda y las suscripciones. Louis Rossmann, conocido por sus campañas por el derecho a reparar, cuenta cómo los clientes de Mazda se han visto sorprendidos con una nueva suscripción. Una por la que tendrán que pagar 10 dólares al mes y que ofrece opciones para el coche que antes se ofrecían gratuitamente.
Nada de arranque remoto. Entre las ventajas incluidas en esta suscripción está la del arranque remoto, es decir, la posibilidad de poder usar un smartphone para arrancar el coche gracias a una serie de servicios conectados.
Ni se os ocurra buscar trucos para no pagar. Un desarrollador llamado Brandon Rorthweiler desarrolló una aplicación Open Source y gratuita en 2023 que permitía precisamente acceder a esa opción de arranque remoto de forma gratuita. Como señalan en Ars Technica, en Mazda enviaron un aviso de violación de la DMCA que obligó a que Rorthweiler matara el proyecto. El argumento del fabricante: la app usaba "información propietaria de la API".
El que avisa no es traidor. En Mazda habían avisado de que opciones como el arranque remoto podrían acabar siendo de pago, pero aun así esta decisión ha provocado muchas críticas.
Alternativas a la vista. Es posible no obstante que acaben apareciendo alternativas que permitan acceder a opciones como el arranque remoto. Será difícil no obstante que esas alternativas incluyan otras funciones como el informe de estado y salud del coche o el acceso sin llave al vehículo.
El coche es tuyo, sus funciones no. La decisión tomada por Mazda es parte de una preocupante tendencia que llevamos viendo desde hace años: convertir en suscripción cualquier extra. Lo hizo BMW, pero también es algo que es especialmente llamativo en Tesla, que cobra una suscripción de 199 dólares al mes para poder acceder a su sistema Full Self Driving de asistencia a la conducción. Toyota, Ford, General Motors, el grupo Stellantis o Mercedes son algunas de las marcas que plantean ese tipo de servicios adicionales basados en una (escandalosa) suscripción.
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