Una vez más, la historia se repite. Un modelo histórico se despide. Un nuevo SUV lo sustituirá. Si lo queremos comprar, tendrá que ser eléctrico. Esto es lo que le ha sucedido al Renault Mégane, el compacto que apareciera por primera vez en 1995 y que, cuatro generaciones después, ya no se puede comprar en formato de combustión en nuestro país.
Al menos, como coche nuevo, si queremos configurarlo a nuestro gusto. Porque un paseo por la página web de Renault nos deja claro que, todavía, quedan unidades en stock del compacto francés, que se venden como seminuevos.
Pero quien busque un próximo compacto de Renault tendrá que elegir: SUV o coche eléctrico. No queda otra.
Los siguientes pasos de Renault
Como ya ha avisado la marca, la próxima generación del compacto de Renault será completamente eléctrica. De momento, el Mégane E-Tech, debería recibir un lavado de cara a lo largo de este año para asemejarlo al último Renault Scenic E-Tech. La idea es reducir costes, asemejando la producción de ambos modelos.
Pero para la nueva generación del Mégane tendremos que esperar hasta 2027. Con la actualización, Renault intentará alargar la vida de un modelo que tendrá un duro rival en su propia casa. El Scenic E-Tech es más grande, cuenta con mayor autonomía y el precio es muy similar. De hecho, ha obligado a reducir el precio del compacto.
Por lo tanto, quien busque un coche compacto de combustión, lo más parecido que encontrará será el Renault Captur. Y así seguirá siendo en el futuro. Porque la marca ha adelantado hace unos pocos días que sumará a su oferta el Renault Symbioz, un modelo que se situará entre el Captur y el Austral, con un tamaño seis centímetros superior al actual Mégane.
De momento, la información es escueta. Se han presentado sus formas y ya se ha adelantado que incorporará las mecánicas híbridas no enchufables. En este caso, el enfoque es el de un coche familiar de menos de 4,5 metros. Ese hueco que antes ocupaban los Renault Mégane y Scénic (coches prácticos y familiares) ha sido ocupado exclusivamente por modelo SUV.
Además, Renault se pone la tirita antes de la herida. Aunque el Renault Scénic E-Tech promete muy buenas cifras sobre el papel, el salto a ofrecer exclusivamente una mecánica puramente eléctrica sigue siendo arriesgada.
El movimiento ejemplifica a la perfección lo que está pidiendo el mercado y están exigiendo las políticas europeas. Si miramos a los diez coches gasolina más vendidos en España en 2023, cinco de ellos son modelos SUV. Además, el Dacia Sandero (en su versión Stepway) y el Citroën C3 cuentan con este tipo de estética. Entre los diésel, los cinco coches más vendidos son SUV.
Según ANFAC, de los 387.749 turismos de gasolina matriculados, 210.433 unidades eran SUV, mientras que en los diésel la proporción fue de 70.509 coches de carrocería SUV por 118.646 turismos diésel matriculados.
A ello se suma que el coche pequeño necesita electrificarse en los próximos años. Al menos esa era la hoja de ruta hasta ahora. Con Euro 7 se esperaba que el coche de combustión tuviera las cosas mucho más difíciles, aunque finalmente se espera una normativa mucho más laxa que debería llegar en 2027, como la siguiente generación del Renault Mégane.
El problema es que la industria y la burocracia europea avanzan a ritmos distintos. Con cada nuevo coche, el fabricante tiene que pensar en los retos a los que se tendrá que enfrentar en los próximos siete años, lo que más o menos dura la vida comercial de un vehículo. Euro 7 puede retrasarse pero en 2030, Europa tiene como objetivo una drástica reducción de las emisiones contaminantes en el transporte.
Por eso, ante de la reformulación de Euro 7, Luca de Meo, CEO de Renault, ya avisaba de que el salto al coche eléctrico llegaría mucho antes de 2035. Los fabricantes ante la amenaza de multas por emisiones y ante la imposibilidad de vender propulsores de combustión a partir de 2035, contemplan los últimos años de esta década como la última oportunidad de lanzar un automóvil con motor de combustión.
No parece que la fecha final sea 2025, como si aseguraba Luca de Meo, pero no será mucho después. Marcas como Opel o Mercedes han asumido que no hay vuelta atrás y cada vez irán desapareciendo más modelos de combustión. Especialmente entre los más pequeños, a los que es más complicado aplicar un motor hibridado (más costoso) si no se pasan al SUV (más querido entre el público).
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